MÁLAGA HERMOSA

Vista desde Gibralfaro

Málaga hermosa de mis amores,

cuajá de rosas de mil colores,

tiene su parque lleno de flores

Málaga hermosa de mis amores...

(así dice el cantar)

Plaza de la Constitución

Mayo es un mes de apreturas para los estudiantes, pero en nuestro caso ha sido un día colmado de dicha y asueto, un día de apretado esparcimiento y aprendizaje. Próximos al final de curso, nuestra profesora de pintura María de la Rosa, ha organizado una excursión a Málaga con el intenso programa de visitar el Museo Thyssen y el Museo Picasso, una dieta aparentemente indigesta, pero de un aprovechamiento cultural importante.

Plaza de la Constitución

En próximos días entraré en los pormenores de cada uno de estos museos, pero hoy quiero quedarme sólo con lo externo, el encuentro madrugador con la profesora y los amigos que nos nutrimos de sus enseñanzas con aprovechamientos dispares. Todos fuimos puntuales y a las 7 de mañana, la hora convenida, todos estábamos en el punto de partida, la Alameda de Hércules de Sevilla; una parada en el camino para desayunar y el asombro de esa masa de personas a la misma hora en el mismo lugar de una de las áreas de servicio de la carretera, junto a una gasolinera.

Pasaje de Chinitas

Con meticulosidad y precisión suiza, llegamos un cuarto de hora antes de la hora prevista al Thyssen, para dos horas más tarde, como un segundo eslabón del atracón pictórico, pasar al Picasso a muy poca distancia uno de otro y un pequeño lapso cafetero o cervecero según los gustos. Terminadas las dos visitas culturales, disfrutamos de un largo almuerzo en el Restaurante Garum, de la calle Alcazabilla: unos entrantes de paté, pastel de cabracho con mermelada de tomate, tiras de pez san Pedro a la romana y medallones de solomillo en salsa y papa arrugás con picón; bebida, selección de postres dulces y café. A las 5 de la tarde, con los deberes educativos hechos y el sopor de la sobremesa, de nuevo a autocar sin más parada al punto de salida.

Antiguo edificio de Aduanas

Para las personas que sientan curiosidad por el extraño nombre del restaurante, les explico que el garum era una salsa hecha con vísceras fermentadas de pescado, considerada por los romanos como alimento afrodisíaco que usaban para condimentar otros alimentos. Entre los yacimientos arqueológicos encontrados en Marbella, se cree que existió una fábrica de garum.

Calle Alcazabilla

Alcazaba

Esquina de la calle Santa María

Restos del Teatro Romano