Ocuparon la plaza los voceadores,
los profetas que no detectaron el mal que padecemos y gritan para llenarse de
razones, los vendedores de manualidades ociosas y los tenderetes oficiosos de
los cultivadores ecológicos; cada quien con su megafonía, cada uno con su
cantinela; era un gentío inmenso y hasta las palomas emigraron aturdidas de gritos vocales y megafónicos. Como fin de
fiesta, unos rockeros, con las mismas
caras e indumentos del local de ensayo, punteaban estridencias arañando el
pentagrama. El volumen era atronador y yo acordándome del sueño helado de
Disney o del inmutable y arcaico de las momias. Todo eso ocurrió ayer, cuando
el segundo cuatrimestre va de huida y se han vencido los plazos de los trabajos
y los plazos de los aplazados estudios. Pasaron los camiones de limpieza y han
dejado el aire infecto de su murmullo metálico característico. Ni sé si he
comido ni me apetece; sólo busco un poco de sosiego para esta contaminación
acústica que ensordece. De repente oigo el silencio y me siento extraño, muy
extraño. De ese silencio surte la banda sonora de mi corazón como un potro
desbocado que quiere llegar pronto a la meta o tirar al jinete. En mi cabeza
resuena un tantán extraño y cambiante que enmudece al corazón, ahora más
relajado, un entrecruzamiento de pensamientos que van y vienen sin orden sin
concierto. Unos niños con patinetes agitan el gorjeo de las palomas que se
regresaron. He conseguido un asiento y me pongo a tomar el sol de esta primavera
arrebatadora en sus extremos, mientras lucho por dejar la mente en blanco y la
visión en negro. Oigo el flujo respiratorio y sigo mentalmente el subibaja del
pecho entre flujos y reflujos; todo se acompasa al tiempo que va anegándome el
sosiego. Unos niños corres y no quiero imaginar la pelota. Cerca, o no muy
lejos, una cantinela de agua como el murmullo de un pequeño surtidor y todo se
va encapotando de oscura y aquietada calma.
Una de las mayores satisfacciones es la de escuchar el silencio, parece mentira pero cuando se llega a percibir ese momento el relax alcanzado es el máximo.
ResponderEliminarUn abrazo y buen silencio, un silencio que por desgracia hay que buscar más lejos.
Seguramente esta entrada sea un grito en busca del silencio, un hartazgo de tanto ruido.
EliminarUn abrazo
Ese silencio de mente no necesita del otro silencio y es mucho más reparador.
ResponderEliminarBesos
Es cierto, pero hasta conseguirlo hace falta un poco de colaboración externa.
EliminarBesos.
Año 1971, lugar Sahara occidental español, un día cualquiera en los barracones de los campamentos de militares españoles, hora las 24,00; últimas palabras del locutor de radio nacional de España "y la voz del desierto se escucha en el silencio" último sonido.. el susurro del siroco en el desierto durante unos 15 segundos y finalmente.. tu silencio.
ResponderEliminarSaludos y buenas siestas silenciosas
No sé como hacerlo, pero debería poner tu comentario como texto y mi texto como comentario al tuyo. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Aaaaah..., bendito silencio reparador.
ResponderEliminarQue usted lo disfrute.
Un abrazo Fco.
Yo te imagino viviendo en una zona céntrica y silenciosa, sentada en una butaca cómoda, junto a un ventanal y con un libro en las manos.
EliminarBesos.
¿Por qué en la actualidad hay que consumir todos los decibelios que tenemos y alguno más para no escuchar la música moderna en las fiestas populares? Yo huyo de los conciertos de este tipo al aire libre como de la peste. Sin pudiste conciliar el sueño luego... Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEso es algo que no entiendo. A mí me gusta escucharla música en un tono adecuado y más bien bajito, que me susurre. Pero de repente pasa alguien en un coche que lleva la música a tope y se pregunta uno cómo es posible que no se vuelva loco.
EliminarUn abrazo.
Las palabras en silencio
son melodías de ternura,
y refugio de sensaciones,
que sigilosas van en busca de emociones
para vestir la vida de alegres tentaciones...
...deteniéndose en perfumar los sentimientos,
con el aroma de las flores, que irán brotado
durante este mes de mayo que termina de comenzar.
Hoy y cada uno de los días...
Un beso y una rosa para ti!
Atte.
María Del Carmen
Exacto, esa melodía de la ternura es la que necesitamos para no exaltar nuestro ánimo.
EliminarBesos.
Ese silencio que se vuelve casi atronador después de semejante trajín de gentes y algarabía...
ResponderEliminarTe miro querido amigo.. te veo .. te escucho .. te sonrío .. y sigo dando las gracias cada día ..
Mi cariño siempre en mis abrazos a vosotros dos
Estoy de acuerdo con tu primera frase y me hace feliz la segunda: quedo en silencio y te mando un beso.
EliminarQué pausa reparadora Francisco !! A mi también me pasa. Lo digo para mí... son los años.
ResponderEliminarTe mando una ronda de besos dorados :)
¡FELIZ DIA !!
Pues sí, es posible que sean los años, pero es más apacible que vivir en un frenesí.
EliminarBesos.
No sé en otros países, algún otro habrá, pero en España nos caracterizamos por hablar a grito pelao y música a todo volumen, y el silencio, alguno solo lo asocian a las Iglesias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que se trata de algo muy generalizado en el Mediterráneo; más al norte cambia la cosa.
EliminarUn abrazo.
A veces nos perdemos en el ruido...y después en el silencio volvemos a encontrarnos...Los sentidos y el alma agradecen la calma,la vida late de nuevo y todo comienza a ser otra vez...
ResponderEliminarMi gratitud por compartir tus reflexiones y mi abrazo,compañero de letras.
Feliz tarde noche,Francisco.
M.Jesús
La gratitud es mía, María Jesús, por tu seguimiento fiel y por la atención delicada con la que me lees.
EliminarBesos.
Tanto ruido y el alma intacta. Eso es bueno.
ResponderEliminarSólo oír contracciones del corazón, como una concha de mar.
Saludos.
Gracias por tu visita y opinión tan estimulante.
EliminarUn abrazo.
Has descrito a la perfección lo que nos espera dentro una semana para San Isidro.Ya han colgado las luces. Uff. Me iré corriendo a comprarme unos tapones. Porque esto dura una semana.
ResponderEliminarBss
Cuando se trata de algo anual es soportable, lo peor es cuando sucede semanalmente e incluso a diario.
EliminarBesos.
CUANTA FALTA NOS HACE EL SILENCIO, YO SOY UNA PERSONA QUE LO NECESITA PARA VIVIR, SOY MUY INDEPENDIENTE DENTRO DE MI CASA, QUIERO SOLEDAD.
ResponderEliminarUN BESITO FRANCISCO
Sin silencio no hay reflexión y sin reflexión solo somos bípedos sin cabeza.
EliminarBesos.
Los ruidos a veces son fastidiosos y mucho, otras son un poco alegres, otras necesarios , si son voces de niños a mi no me alteran mucho , será que ya estoy acostumbrada , pero... el silencio es muy necesario y dejar la mente en blanco de vez en cuando, también es necesario para dejarnos oír por dentro y dejarnos fluir . No me gusta la soledad pero si el silencio.
ResponderEliminarUn abrazo
Un poco de ruido nos informa de que no estamos solos; pero los excesos nos llevan a desear estarlo.
EliminarBesos.
Nos hemos acostumbrado tanto a esta sempiterna contaminación acústica, que consideramos ya silencio un importante nivel de ruido. Es espantoso.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Tenéis razón, Madame, no es fácil encontrar el verdadero silencio, pero nos sentimos aliviados ante una disminución del ruido.
EliminarBisous
Parece que el silencio les ardiera a algunos, y es tan sensato buscarlo, como el hombre de tu fotografía, parece dormitar junto a él.
ResponderEliminarSiesta que debe ser calma.
Gracias, Francisco.
Abrazos.
Lo más molesto son los ruidos no naturales. El hombre relajado de la fotografía lo ha conseguido cerca de una fuente; luego no es lo mismo cualquier sonido.
EliminarBesos
Hola Francisco, que foto más bien tomada. Jajajaja, seguro que si se ve el dueño de ese cuerpo adormilado tan plácidamente, pensará que ni dormirse puede uno en la calle porque le retratan jajajaja.
ResponderEliminarMuy buena la foto y desde luego seguro había mucha algarabía en ese parque para poder estar tan dormido y relajado.
Tal vez el hombre llevaba muchos días sin dormir y ahí se relajó.
Saludos y besos
La verdad que la foto no deja de ser una ingerencia en el descanso de este anónimo señor.
EliminarBesos.