Mayo es el mes propicio para
bodas, bautizos y comuniones. Ayer sábado, la plaza de San Lorenzo era una
pasarela de modas entre la parroquia y la basílica del Gran Poder, un hervidero
de gente ceñida en trajes imposibles que reclamaban a gritos otros cuerpos más
estilizados u otras tallas más generosas. Comprendo que para los familiares y
amigos son acontecimientos importantes en los que cada quien hace por sacar sus
mejores galas y lucir como si de las reinonas de la pasarela se tratase, pero
lo adecuado sería que cada quien se mirase al espejo antes de salir de esa
guisa a la calle.
Algunos llevan la corbata como si
de una pistola al cinto se tratase y se les ve que están deseando desabotonarse
el cuello y aflojar el nudo y hasta sacarse la chaqueta. Ellas, no todas, pero
sí bastantes, enfundada en una faja que se intuye y unos frunces que se ven,
como se ven las blanquecinas carnes a través de un escote generoso que algunas tratan
de disimular cuando pasan al templo con un echarpe. Entre recogidos, lazos,
pamelas y tocados, se les nota a la legua que ellas mismas son imitaciones de
lo que pretendían ser.
Subidas en una plataforma como la
tarima de una cátedra o el estrado de una magistratura, con taconazo de estreno
y un equilibrio difícil de guardar por falta de hábito, más parece una bufonada
que la pasarela de la elegancia; luego te aproximas, miras fijamente a los
novios y de forma automática te sale la selección: esta es de la familia del
novio, aquella de la familia de la novia. Lo que de elegante pudieran tener en
origen los vestidos, se pierde en las curvaturas de la generosidad anatómica y
acaba de desvirtuarse en esos andares vacilantes como si le hubieran declarado
la guerra al acerado. Todo es exuberancia, tanto los brillos, como los tocados,
las plumas y los prendidos florales, como el maquillaje impresionista, que no
impresionante, que más parecieran mascarillas que toques de luz o realce de
labios y pómulos. Me dejo la estridencia del colorido, los moños y los
postizos, y es que no quiero perderme detalle de ese caminar titubeante de
quienes van subidas a los zancos, empujadas por una moda que les ridiculiza.
Estos son los sábados BBC de
primavera: bodas, bautizos y comuniones, una competición del disparate, un
baile de máscaras en el que son minorías las personas elegantes. No hablo de lo
que juzgo, sino de lo que mis ojos han presenciado y padecido.
Ustedes viven de "parranda " siempre festejan y me parece fantástico. Pero te digo Francisco, por supuesto que las mujeres ganamos con el tiempo lugares en generosidad como dices. ¿ ustedes no ?.
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
Es cierto que todos "ganamos" corporeidad con el paso del tiempo, pero también deberíamos ganar cordura y saber vestir con discreción. Hay que vestir de acuerdo con el acontecimiento y con el físico y la edad; no a todos nos sienta bien aquello que vemos en las modelos.
EliminarEs cierto que somos un pueblo alegre, pero no vivimos de parranda.
Besos.
Yo también he visto esta mañana mucha gente procedente de bodas en los alrededores de las iglesias y en lo que más me he fijado ha sido en los tacones de los de caerse del tacón a la calle, por lo que me he preguntado como estarán cuando termine el festejo.
ResponderEliminarPues lo más llamativo de los taconazos son los andares; cuando ves de lejos a una que anda como haciendo equilibrio sobre el suelo... ahí hay alguien con unos tacones imposibles montados por añadidura sobre una plataforma.
EliminarAbrazos.
Jijiiii Ay... Francisco se ve que tienen tiempo para festejos. Acá estamos todos amargados en mi ciudad porque es de una tristeza que ni te cuento. La gente ya no es la de antes. Salen poco a la calle porque tienen miedo a los asaltos. Ustedes también están en crisis... bueno algunos parece que no...
ResponderEliminarBesos
Es una pena no poder vivir en libertad. Aquí ese problema no existe, sí los problemas económicos para muchos y los de mal gusto para esta geste que ayer vi de celebración.
EliminarBesos.
Personalmente tengo una fobia manifiesta y declarada a este tipo de celebraciones. No porque se trate de bodas, comuniones o bautizos, sino por todo lo que rodea a estos eventos. Las ceremonias deberían ser más sobrias. Y hay gente que pide préstamos y se entrampa para hacer frente a los gastos que ello conlleva. Aunque no soy creyente, creo que estos rituales desvirtúan el sentido profundo de lo que se celebra. Y no hay cosa más ridícula que intentar aparentar lo que no se es y participar en una mascarada con esos disfraces agobiantes.
ResponderEliminarUn saludo.
No entré en lo de los préstamos porque en este caso no conozco esas interioridades, pero la estampa era surrealista. Y por supuesto que que hay una gran incoherencia entre el sacramento y la forma de presentarse al mismo.
EliminarUn abrazo.
Es otra de mis contradicciones, no me desagrada ver a la gente en BBC, es un signo de que la gente está contenta y disfrutando, que en los momentos que pasamos no vienen mal del todo, mas tarde vendrá el "llorar y crujir de dientes". Como bien dices también hay sus momentos de risa cuando el que se ríe está fuera o incluso dentro del tinglado, esos trajes que, llevan padrinos, madrinas y amigas varias, no siendo feos pero si llamativos, no son para el cuerpo que los lleva, parecen auténticas morcillas embutidas en su multicolor y corto traje, en cuanto a los hombres el traje es más sobrio, pero hay algunos.....
ResponderEliminarSaludos
Para mí no existe contradicción en arreglarse adecuadamente para estas celebraciones, lo que resulta chocante es disfrazarse de espantapájaros con ropas que en lugar de embellecer hacen todo lo contrario por lo inadecuado, según los cuerpos.
EliminarUn abrazo.
Buena reflexión sobre la moda, la hipocresia generalizada y nuestra particular hoguera de las vanidades, que aquí en el sur, se resume con guasa en esas siglas de la televisión británica: BBC. Es lo que hay. Buen domingo, Frnacisco.
ResponderEliminarGracias, Paco, tú sabes bien a qué me refiero.
EliminarUn fuerte abrazo.
Razón llevas en lo que dices, demasiado tacón que no se domina y tallas escasas que engordan la figura en vez de estilizarla y todo ello se lleva con la ilusión de creer que queda como gustaría que quedara y no como queda en realidad.
ResponderEliminarEs un espectáculo de colorido atrevido y de formas que deforman. Una miradita al espejo no les vendría nada mal.
EliminarBesos.
¡Anda, pero si también me vas a salir un poquito criticón! Bueno, la verdad es que no te falta razón, y es que todo lo que dices tendría una fácil solución si la gente se aprendiera y llevara a rajatabla eso de que "menos es más".
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
PD.- Estoy dudando si cogerme el rosa o el amarillo ¿tú que me aconsejas?
El que tú dejes me lo pido yo ja, ja, ja.
EliminarUn abrazo
No soy criticón, Elena, sino observador de la realidad y hay algunas realidades que son molestas al sentido común. Los vestidos es lo que he encontrado en internet sin que aparecieran personas, para no molestar a nadie.
EliminarBesos.
En mi presupesto hay para compraros un traje a ti y otro a Elena, así que no os preocupéis que eso corre de mi cuenta.
EliminarBesos.
Y es que en Sevilla la gente va de punta en blanco en primavera, algunos con mejor gusto y otros con menos, como bien apuntas. No hay parroquia en la que no se vean cerca corbatas y corbatones, flores por doquier, taconazos, y vestidos de dudoso gusto, con pamelas de lo más caóticas. Quizá, en este sentido, los tocados sean los más dignos de ser criticados.
ResponderEliminarUn saludo
En Sevilla es cierto que la gente viste muy bien, quizás por eso llama más la atención cuando la gente jugando a elegantes se reviste de horteras.
EliminarBesos.
Paco, perdón por cementar en ellugar que no me corresponde pero me venia al pelo.
ResponderEliminarLos años pasan y la medidas cambian lo malo es no aceptarlo.
Un abrazo
En mi casa no hay limitaciones para ti, así que puedes entrar y salir a tu voluntad.
EliminarBesos.
Monsieur, son ocasiones verdaderamente espantosas de las que huyo siempre que me es posible -y casi siempre me las arreglo para que me sea posible-. No soporto esas estridencias que usted menciona. Me produce verdadera angustia su conjunto.
ResponderEliminarFeliz tarde de domingo
Bisous
Lo malo, Madame, es que la gente no percibe que el mismo vestido en cuerpos distintos sienta de manera muy diferente. Es importante conocerse y reconocerse.
EliminarBisous.
Y ... es que, Francisco , el Libro de los gustos está en blanco , o al menos eso dicen y además eso de " lucir" los mejores trajes ( aunque estén algunas para matarlas) y colgarse muchas cosas es lo que " mola ahora , pegue o no y sea agradable a la vista o no. Lo que decíamos el otro día , hay un terrible afán de Tener y Tener y si puede ser mejor que el de mi vecina pues yaaa... solo falta un Concurso a ver quién tiene más , jajaajaja.
ResponderEliminarUn abrazo
En un concurso del disparate hay algunos que que se llevarían todos los premios.
EliminarBesos.
Hola Francisco. Cuanto tiempo sin visitarte. Hemos estado desde el martes por la tarde en el pueblo.
ResponderEliminarRealmente tienes razón, nos ponemos cualquier cosas que pensamos que nos quedan bien, aunque vayamos todo el día con dolor de pies y apenas sin poder respirar para que no salga para fuera la panza, el estomago o los michelines.
Sin animo de molestar a nadie, muchas veces cuando veo a una persona ir tan despampanante me digo a mi misma: ¿Y no se habrá mirado en el espejo, o no tendrán a nadie que le diga que no le sienta bien lo que lleva puesto? Ante gustos, no hay nada escrito, pero a veces vamos haciendo el payaso con todos mis respetos para estas encantadoras personas.
A mí me gusta ir siempre con los mismos vaqueros que lavo por las noches y me vuelvo a colocar los mismos hasta que los rompo. Y cuando tengo que ir a compararme ropa repito el mismo pantalón si aun existe en la tienda.
Recuerdo cuando mi sobrino el mayor hizo la primera comunión , hasta él mismo fue en pantalón baquero y camisa normalita.
Nadie fuimos con trajes. Y que a gusto estábamos todos.
El pequeño no la hizo porque quería ir vestido de futbolista, jajajaja. El cura le dijo que así no la podía hacer. Un día se confesó, y tomo la primera forma consagrada. Le dijo a sus padres que ya había hecho la primera comunión.
Pues este mes es el mes de ver disfrazadas a muchas personas. Sonreiremos y bueno, que cada cual se disfrace de lo que quiera :-)
Saludos y besos
P.D. Gracias por escucharme y por quererme.
Hoy he leído mensajes atrasados.
Te agradezco que vengas a mi casa en cualquier momento, tú sabes que siempre está mi puerta abierta para ti. Yo comprendo que hay un vestido para cada ocasión, pero no todo el mundo se tiene que uniformar con los mismo modelos, sino cada quien de acuerdo a su edad y su cuerpo.
EliminarMuchos besos.
Al ver los modelitos he pensado: Ahora Francisco se va a dedicar a la moda y ¡¡¡nooooo!!!!. Simplemente a crítico de la moda.
ResponderEliminarPues no se si llevas razón, pero cada cual es libre de ponerse lo que apetece. Se ha perdido el sentido del ridículo y el que dirán.
Eso es lo que lleva, ¡zancos, postizos, cirugía plástica, morros de chorizo....
Y yo me pregunto si yo tu tuviera 20 años ¿Que haría? ni idea igual el ridículo.
Bss
A los 20 años es muy difícil hacer el ridículo; a los 60 y con un cuerpo sobredimensionado es muy difícil no hacerlo.
EliminarBesos.
La vida nos ha regalado
un nuevo día,
para que lo rellenemos
de momentos felices,
como lo pueden ser...
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Que tengas un genial domingo
que contigo estoy compartiendo
y un feliz día de la madre
que en España hoy celebramos!!
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Un abrazo con ternura
y un beso con dulzura
para ti!!
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Atte.
María Del Carmen
Un abrazo fuerte para ti, María del Carmen.
EliminarEstoy de acuerdo en que las jovenes de 20 años se pueden permitir vestir como quieran, pero con cierta edad tendriamos que mirar un poco lo que nos ponemos. Sobretodo ropa ceñida o tacones de 10 centimetros de alto. Es mi opinión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso mismo opino, Rafaela.
EliminarUn abrazo.
Esa es la distinción que quería hacer: no es posible para todos enfundarse el mismo vestido, en consecuencia, hay que saber adecuarse al momento.
ResponderEliminarBesos.
Estoy de acuerdo,Francisco...A veces presenciamos y padecemos un desfile de apariencias,superficialidades e intentos de equilibrio...La elegancia sale de dentro y debemos vestir en consonancia con nuestro interior y nuestro exterior,sin duda...
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo siempre,compañero.
M.Jesús
Quisiera que entendieras y entendieran todos que no es una crítica lo que hago, sino un contemplar lo que resulta estridente a la vista. Gracias, María Jesús.
EliminarBesos.
Estoy de acuerdo,Francisco...A veces presenciamos y padecemos un desfile de apariencias,superficialidades e intentos de equilibrio...La elegancia sale de dentro y debemos vestir en consonancia con nuestro interior y nuestro exterior,sin duda...
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo siempre,compañero.
M.Jesús
Ja,ja,ja
ResponderEliminarCómo me gusta este tema,oyessss
Hace dos años tomó mi hija la comunión y es absolutamente cierto,que los padres parecen querer ser,de repente,personas totalmente ajenas a lo que son!
¿Para qué?
Me preguntaba yo de manera insistente.
Soy fan incondicional de la sencillez, de llevar los tacones cómodos,que no niego que me puse y pongo tacones si la ocasión lo requiere, pero no esos de vértigo de los que puedo aterrizar o esos vestidos tan,tan,tan...
En fin, que respeto a todo el mundo, es sencillamente que yo soy siempre yo.
Por aquí se tiene además la costumbre de hacer el paseíllo por todo el pueblo con los niños de comunión y los padres,hasta llegar a la iglesia,con la banda de música detrás...
Ufff, cómo me alegré de que mis dos hijos se negasen a esa parafernalia!!!
;)
Besos.
Lo que no puede ser es la uniformidad, porque sencillamente no lo somos. Ni sacrificio económico ni físico, pero un poco en el tono del acto que se celebra sí. Se trata de un poco de sentido común y de mirarse al espejo y no querer mirarse en la vecina o en la televisión.
EliminarBesos.
jooo, pues a mi me gustan mucho los "zancos" jajajaja, pero claro, también es cierto que si no sabes andar con ellos, mejor no te los pongas jejeje.
ResponderEliminarQue me digan a mi si no ha empezado la BBC, mi padre ya empieza a realizar sus reportajes de fotos.
Un besazo.
A ti te asigno esbeltez y tipazo como para ponerte cualquier cosa, además de juventud, y eso lo cambia todo.
ResponderEliminarBesos.