Ante la aparición de las armas de fuego y los frecuentes ataques de los turcos, el rey Carlos I acordó construir una nueva muralla, de un perímetro superior a la que antes construyeran los musulmanes, que rodeara la ciudad. El proyecto fue encargado a Giovanni Battista Calvi siendo modificado y ampliado posteriormente por Giacomo Paleazzo. Conservadas hasta la actualidad, la murallas renacentistas disponen de siete baluartes poligonales y un revellín.
Dalt Vila o parte antigua de la ciudad está encaramada en la cima de un monte, en cuyo punto más alto se encuentra la Catedral, dedicada a la Virgen de las Nieves,construida entre los siglos XIV y XV, pero con importantes reformas en el XVIII, mezclando por tanto estilos tan diferentes como el gótico catalán y el barroco. Junto a la Catedral, se encuentra un edificio medieval que albergó la institución política que gobernó Ibiza desde el siglo XIII hasta el XVIII, la Universitat. El edificio es hoy Museo Arqueológico. Y en la misma plaza, la Reial Cuira, con su inconfundible puerta gótica, que albergaba lo que hoy llamaríamos tribunales y notarías.
Desde este mirador, así como desde los baluartes, se nos ofrecen panorámicas sobre toda la ciudad, sobre el puerto y sobre la isla de Formentera.
Fachada de la catedral.
Fachada del museo Arqueológico y torre campanario.
Nave central
Lateral izquierdo
Lateral derecho
Órgano
El descenso de Dalt Vila ofrece multitud de perspectivas únicas, como esta puerta en la que se aprecian vestigios de la vieja muralla árabe.
O bien un callejón tan recoleto como este.
Calle con casas de sillares y otras enjalbegadas de cal.
Según se callejea hacia la marina, la Catedral t su campanario siempre lo preside todo.
Patio de Armas.
Entrada (para nosotros salida) principal al recinto, con su puente levadizo y su foso.
Sobre la puerta principal se lee que fue inaugurado este recinto por el rey Felipe II.
Vaya repaso de historia y arquitectura ibicenca. Pensar que lo más conocido y transitado son sus playas... el Dalt Vila tiene un encanto profundo, nos envuelve su pasado pero con horizonte de futuro. Beso.
ResponderEliminarFrancisco, después de tan exhaustivos reportajes, dan ganas de irse para allá. Me han encantado las fotos.
ResponderEliminarSaludos y a divertirse.
Veo que has subido a la parte alta de Eivissa. Buen panorama se divisa desde allí. Luego toca bajar hacia el puerto, allí cerca.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro de que te hayas tomado la molestia de ir cargado con la cámara y luego colgar las fotos en esta entrada. Lo digo porque viendo la riqueza patrimonial o natural de un lugar me entran ganas de visitarlo. Probablemente Ibiza caiga un día.
ResponderEliminarSaludos
Me estás descubriendo una Ibiza para mí totalmente desconocida. Siempre la he asociado solamente con el movimiento hippy. Un abrazo
ResponderEliminarPreciosas fotos, sobre todo las de las calles.
ResponderEliminarAbrazo!
Precioso, me encanta la arquitectura románica... y esas callecitas ¡que ganas de recorrerlas!
ResponderEliminarBesitos para ti!
Romático, el pueblo parece de cuento. Veo que estás disfrutando lo tuyo. Y de paso estamos haciendo este paréntesis ibicenco contigo. Gracias
ResponderEliminarUn beso