Nubes por occidente:
anchas, ambiciosas, en
expansión;
aborregadas, ensortijadas,
con perfiles blancos y
grises
que no se jactan en
turbulencias.
Flotan suspendidas de la
nada,
como alas de libélulas en
reposo.
No amenazan hasta el pánico;
ofrecen sombras generosas
como la grandeza de la
gratuidad.
Pero los huesos artríticos
─tan quejosos ellos─
se retuercen en silencio
y se estremecen ante tanta
arrogancia.
Anuncio de una lluvia que
tal vez
no llegue a regar los campos
y las calles,
pero que hace memoria
de hordas y tropeles
vividos.
Viene. Se acerca. Inquieta.
Todo lo hace en silencio,
con su toque de misterio.
Tal vez, calladamente,
se haya disipado al alba
porque tan solo era un
ensayo,
una sutil amenaza.
Las nubes, especialmente las muy negras y densas, son una amenaza o una bendición, nunca llueve al gusto de todos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y muy especialmente entre la gente del campo, cada quien con sus intereses en función de lo sembrado. Somos muy diversos, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Debería ser obligatorio que lloviera solo por la noche. Y cuando toque.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Aprovechando que ya no hay serenos. Pues no es mala idea.
EliminarUn abrazo.
Bello poema. Qué bonito se ve el cielo con esas nubes arreboladas. Dicen los entendidos que cuando hay esas nubes con piel de cordero es que va a llover mucho.
ResponderEliminarAbrazos
Me da pena no haber aprendido a interpretar el clima como lo hacía mi abuelo mirando al cielo, Isa.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado este poema que dedicas a las nubes, estos días en mi tierra tienen un color gris oscuro muy amenazante, hoy me arriesgué en ir a caminar y se han portado genial, es lo que tu llamas sutil amenaza.Saludos
ResponderEliminarMe alegro mucho de ese paseo tuyo, Charo.
EliminarUn abrazo.
Ese "ensayo" que a veces suele resultar simplemente una falsa alarma resulta precioso en estos versos Francisco. Muy bonito poema!Asi estamos en este momento en mi ciudad..a puro ensayo, lluvia sol, lluvia, sol. Abrazo grande y gran dia!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Eli. A veces es un ensayo y otras una certeza, como cierto es mi abrazo.
Eliminar¡Que falta hace esa lluvia! y al final no cae nada más que cuatro gotas.
ResponderEliminarSabes mirar al cielo y mirar la belleza que tiene las nubes. Eso es lo que te ha inspirado tan hermoso poema.
Besos
Es verdad, aquí estamos muy necesitados de lluvia abundante, no sea que se vaya por las nubes como la electricidad.
EliminarBesos.
La imagen y tus palabras van de la mano, que lindo poema amigo. Saludos.
ResponderEliminarDe eso se trata, Sandra, aunque no siempre lo consiga.
EliminarUn abrazo.
Somos naturaleza y a veces estamos confusos, como las nubes, sin saber si reir o llorar...Al parecer viene otra tanda de tormentas para el fin de semana, Francisco...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu constante inspiración.
Y cuando llegan las torrenciales tormentas, ni avisa. Ayer estábamos a 37 grados C. Y en un momento cayó una tormenta con granizo que tiró la fruta y rompió ramas de los árboles. Que no hay descontrol climático ¿dicen? Por Dios!
ResponderEliminarBesos.