Tiene sed el campo. Canta
la naturaleza sus melodías
y la sombra se esconde
bajo los pies.
La noria emite lamentos
oxidados
y la hierba se hace paja
frágil
que no podrá ser
engavillada.
Es verano. La noche es muy
corta
y sudorosa. Amanece más
temprano,
como en un sobresalto. El
naranjo
verdea y tiene sueños de
agua.
La higuera madura sus
primeros frutos
y la parra es un deleitoso
sombrajo.
Cae la tarde en
tonalidades rosáceas
y la luz casi se eterniza.
En la alberca,
croan las ranas en el
amasijo de clorofila
y la luna se asoma con
ciertos remilgos
y apostura de señora de la
noche.
Vigila el búho. La
salamanquesa
permanece hierática en su
asecho.
Todo es quietud. Todos
dormitan
procurando guardar sus
espaldas
ante el posible imprevisto.
Mañana
será de nuevo tiempo presente
y todo volverá a ser
novedoso,
aunque muy similar a esta
estampa.
Es verano. La sed lleva
acento
diacrítico bien disimulado.
No hace viento. La noria
es
silencio y las chicharras todavía
no han aprendido a
enmudecer.
Y la caló, que me dices de la caló.
ResponderEliminarUn abrazo.
La caló, qué mala es la caló, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Ya está a quí la calor, cuando canta la calandria, responde el ruiseñor y las chicharras no paran con su ritual de cortejo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
A la calandria no he tenido ocasión de escucharla, pero a la invasión de forofos futboleros escanciando cerveza...
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Y llegó temprano y con fuerza...y ése campo sufrirá sus rigores.
ResponderEliminarQue pases bonito día.
Muchísimas gracias, Jorge Donato.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado lo de la salamanquesa, un palabra que no oía hace mucho pues aunque fue muy utilizada en mi infancia, les tengo pánico, ahora hablo de las lagartijas o salamandras.
ResponderEliminarEres el poeta que mejor narra las vivencias del día a día y que saca poesía de y con ellas. Un abrazo.
Pues son muy inofensivas. Se agazapan y en tal quietud no deja insecto vivo en su entorno. Gracias Chelo por tu palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Francisco. Bonitos versos, así es la naturaleza siempre expectante y simple al día a día. Ha cobijarse del calor que tendréis por esos lares.
ResponderEliminarAbrazos
Lo que hace falta es que respetemos a la naturaleza para que la desertización no vaya a más. Muchas gracias, Isa.
EliminarUn abrazo.
Que bien has descrito tu verano, yo añadiría las fuertes tormentas que están cayendo en mi tierra, la de hoy,que parece que ya se está pasando, ha sido impresionante, ahora varios días sin regar los tiestos.Saludos
ResponderEliminarLa verdad que esas tormentas son un azote tremendo. Ojalá todos estén bien.
EliminarUn abrazo.
Se nota bien que es verano...es abrumante el calor que hace.
ResponderEliminarEstoy viendo ahora a la Selección Española, jugando en Sevilla...se le resiste el gol.
Besos
En el entorno de la Alameda, desde el medio día, una multitud de camisetas amarillas y rojas dándole a la cerveza. ¿Cómo llegarían al estadio?
EliminarBesos.
Por mucha poesía que le eche, para mí el verano es como para dar un salto hasta octubre.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Siempre nos quedará el recurso de desplazarnos a la playa y repostar en el chiringuito. Que lo lleves bien.
EliminarUn abrazo.
Muy lindo poema veraniego. Por aca puro calor sofocante.... Saludos amigo.
ResponderEliminarPues cuídate de los sofocos del verano, Sandra.
EliminarUn abrazo.