¿Y si la brisa de junio se
olvidase del fuego,
si no recordase hacia dónde
camina
y en noche inesperada esparciera
copos de nieve
en lugar de música de
ventilador?
¿Y si nos mandara una
lluvia de pétalos de jazmín,
o de fragante dama de
noche,
o de festivos y coloridos
papelillos de amores?
¿Imaginas una caladera de
papelillos de colores?
Ya puedo verlos. Están presentes
todas las gamas.
Todos los colores. ¡Mira,
amarillo verdoso
tirando a pajizo, rojo,
violeta, como lo es mi espera.
Oigo el murmullo arrebolado
de su risa de nácar,
esa alegría como torrente
en caída, animosa y jovial,
esa alegría contagiosa que
añoro a todas horas.
Oye cómo sopla, cómo
anuncia su llegada
y cómo me solivianta esta
larga espera.
Quiero mecerme en el hilo
de su sonrisa,
quiero atarme a él y por la trama,
por la intrincada urdimbre,
llegar a ella
y ser presencia en muy impaciente
espera.
Quiero anudarme a su
capricho
y anonadarme a su cuello o
a la solapa de su blusa,
para habitar su cercanía y
alimentarme
de sus limosnas de amor.
¿Y si yo me olvidase que
hemos sobrepasado
con creces el cuarenta de
mayo?
¿Y si el fuego de su boca
fuera la brisa
que remanse el ardor de mi
cuerpo?
"Hasta el 40 de Mayo, no te quites el sayo", han pasado dos días, nosotros también hemos sacado el ventilador y hemos puesto el aire acondicionado. No sabes la suerte que tienes pudiendo divisar el mar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antes de que nos demos cuenta nos estaremos quejando de frío. La vida no pasa, vuela.
EliminarUn abrazo.
Sí.
ResponderEliminarBesos.
Un beso azul, Amapola.
EliminarHemos sobrepasado con creces el cuarenta de mayo...y qué maravilloso sería que la brisa de junio se olvidara del fuego.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Junio dará algunos bandazos, pero seguro que no se olvida de apretar lo suyo.
EliminarUn abrazo.
El 1 de julio de 1981 había bastante nieve en el Puerto de Piqueras entre Soria y La Rioja con su consiguiente frío...fue la primera vez que mis hijas veían la nieve ya que veníamos de regreso a España tras vivir unos años en el trópico y no veas cómo se sorprendieron, por supuesto que yo también pues nunca había visto nieve en verano en esta parte de mi tierra.Hermoso poema sobre todo el final.Saludos
ResponderEliminarGracias, Charo, por contarnos esa experiencia tan linda. Y gracias por la atención que pones a mis letras.
EliminarUn abrazo.
El calor o la calor, como es su costumbre, será el o la protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Todavía es el calor, "la caló, comienza en los 40º y eso son palabras mayores.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Oh calor, color arcoiris y con música de abanico. Quédate más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dulce brisa de sesteo, no olvides tus obligaciones y acaricia a mi amiga Sara con tus rayos luminosos.
EliminarUn abrazo.
Una belleza de poema Francisco...me mató ese cuarenta de Mayo y me enamore de la ultima estrofa !!!Un abrazo y feliz lunes.
ResponderEliminarMuchas gracias, Eli, por ese subrayado.
EliminarUn abrazo.
Que preciosidad de poema. Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra. Preciosa tú.
EliminarUn abrazo.