Como el ascua de un
cigarrillo,
sin humo,
se asoma la luna
por entre el ramaje
del algarrobo.
Ruta nocturna,
sendero agotador
no exento de
trancos
ni de sorpresas:
en el fornido
tronco un buen respaldo,
en la copa la
música
que ejecuta el
viento,
y en el suelo, ¡oh
maná!
una alfombra de
algarrobas,
generoso sustento
cuando el hambre
se aleja de
manteles y servilletas.
Para el buen
senderista,
Fortuna encuentra a
su alcance
el módico menú del
día.
Hola Francisco. Se ve buen lugar para hacer senderismo.
ResponderEliminarLa naturaleza tiene muchos secretos aun sin descubrir, afortunadamente así no la maltratamos tanto. Solo hay que estar atentos para poder beneficiarnos de las cosas que nos puede aportar la naturaleza.
Abrazos
El más gozoso de los secretos de la Naturaleza es vivir el contacto con ella.
EliminarUn abrazo, Isa.
En Argentina no se practica mucho el senderismo, pero está muy bueno para renovar los aires. Un abrazo querido amigo.
ResponderEliminarEn España sí, y ahora que la gente trata de evitar las aglomeraciones son muchos los que buscan la montaña en lugar de las playas. Gracias por tu afecto, Luján.
EliminarUn abrazo.
Ahora la Naturaleza, es le lugar más seguro. Es un espacio al aire libre y sin concentraciones.
ResponderEliminarBesos
Precisamente en ese sentido respondía al comentario anterior.
EliminarUn abrazo besado, Antonia.
Me ha gustado hacer senderismo pero ya lo he dejado de hacer, los años no perdonan.Saludos
ResponderEliminarYo lo sigo disfrutando, pero en la memoria. Los años pasan y nos vamos limitando.
EliminarUn abrazo.
Práctico senderismo y me gusta, lo disfruto, pero el nocturno sólo me gusta el de las ensoñaciones.
ResponderEliminarBesos
La nocturnidad es un riesgo añadido, Tracy. Tienes razón.
EliminarBesos.
Que lindo poema, invita a transitar por esa ruta..... Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Sandra.
EliminarUn abrazo.