No sé por cuánto
tiempo,
pero sé que existo
en tus recuerdos,
en las vivencias
que compartimos
y en cada uno de
los proyectos
que ayer no supe
llevar a cabo.
La vida es suma de
aciertos
y de fracasos,
de coincidencias y
de contrariedades;
me configuraste con
tu mirada
y me fuiste
modelando
con tus gestos de
aprobación
o con las muecas
desaprobatorias
que me corregían.
Sé que habito en ti
porque reconozco en
tu mirada
tu inequívoca
ternura,
pero, ¿qué será de
mí
si se borrase tu
memoria
y de repente tu
mirada
fuera un témpano de
hielo
o una cepa de
encina incombustible
y el frío se
instalara en nuestro hogar?
Hola Francisco. Duros los versos aunque no por ello preciosos, pero hay que estar preparados para todo. Se va perdiendo memoria y lo peor es que se van perdiendo recuerdos. Solo desearte que no te veas en ello ni tú ni tu esposa.
ResponderEliminarAbrazos
La vida a veces es muy dura, Isa, y el miedo a que suceda algo así es tremendo.
EliminarAbrazos.
Cuando se pierden nuestros recuerdos, somos la nada. Un abrazo
ResponderEliminarEsa nada debe ser tremenda, en especial para quienes le rodean.
EliminarUn abrazo.
Terribles versos. Yo cuide a una anciana, muy intelige por cierto, que un día me preguntó : tengo hijos? Y yo.le conteste: seis. Ella me miró asombrada y me dijo que eso era mentira. Terrible el olvido.
ResponderEliminar¡Imposible imaginar que una madre se olvide de sus hijos! ¡Qué tremendo!
EliminarUn abrazo.
Estremecedor poema, impactante en esa imagen de la encina incombustible.
ResponderEliminarEl frío instalado en el hogar a causa de una mirada que se hiela y ya no reconoce... no puedo ser más triste. Son dos dramas en esta enfermad: que ya no nos reconocen y que ya no los reconocemos. No sé cúal es peor.
Un fuerte abrazo, poeta de pluma sabia :)
¡Qué suerte que me leas, Maite, y que comentes tu parecer! Cuando no te guste, hazme crítica severa, soy mayor pero debo aprender.
EliminarUn fuerte abrazo.
Te podría decir cantidad de cosas que podrían suceder si perdiera la memoria....hay que aceptarlo con resignación y seguir viviendo ya sin alicientes.Saludos
ResponderEliminarAsí es, Charo, sólo podemos aceptar y aprender de aquello que nos toque vivir.
EliminarUn abrazo.
Francisco, has hecho un resumen de vida en común y después has mirado al futuro...Ese futuro, que todos tememos por nuestros límites humanos. Lo cierto es que, la vida empieza cada día y ese milagro nos trae la prueba de fe y esperanza para seguir adelante con valentía...Hay que seguir tejiendo el mimbre de eternidad, no debemos olvidarlo, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre.
En ese tejido estamos, María Jesús. Trenzando los días en vinculación total y deseando que no nos toque a ninguno de los dos el borrado del disco duro.
EliminarUn fuerte abrazo.
No hay que pensar, en lo que podría pasar. Hay que vivir la vida , día a día y no pensar en lo que podría pasar. muchas personas pasan por esta situación, pero no son todas.
ResponderEliminarHe sentido una gran admiración, por mi vecina de enfrente. Había quedado viuda y vivía sola. Hasta los 90 años, no le asignaron los servicios sociales, una mjujer que le ayudara en la casa. En las pruebas que le hacían, no veían que la necesitara.
Era un mujer afable, que sabía relacionarse bien con los vecinos. Todas las tarde iba a tomar café a un centro de mayores. Su rostro no tenía arrugas y se podía mantener una buena conversación con ella. Me maravillaba verla en la calle cuando hacía frío en invierno, yo iba enfundada e n mi chaquetón y ella llevaba una simple toquilla de lana y decía que no tenía frío.
Hasta los últimos años no necesitó un andador. Los médicos le indicron la necesidad de llevarlo a raíz de una caída. Hasta entonces había salido sola a la calle, pero a raíz de la caída, siempre salía acompañada. Como todas las tardes seguía acudiendo al hogar del pensionista, hasta que la vida se le marchó.
Murió cuando le faltaba un mes para cumplir los 99 años. Tenía una mujer que la acompañaba de noche y una de esas noches, ya no despertó.
Besos
¿Ves cómo es para temer que nos llegue algo así, Antonia? Gracias por contarnos tu experiencia en este capítulo en la persona de tu vecina.
EliminarBesos.
¡Horrible! Eso ni se piensa, al menos que te quieras volver loco.
ResponderEliminarLos pensamientos llegan sin llamarlos, Tracy. Vienen para sorprender y a veces se nos queda el murmullo demasiado tiempo.
EliminarUn abrazo.
Un estremecimiento recorre mi ser al leerte. Eso seria terrible amigo Francisco, eso puede suceder..... Saludos.
ResponderEliminarSi sucede con tanta frecuencia a nuestro alrededor, también nos podría tocar a nosotros, Sandra. ¡Ojalá que no!
EliminarUn abrazo.