15 julio 2020

ECHADO SOBRE EL CÉSPED




Echado sobre la hierba,
el cielo es un cobertor inmenso,
azul inmaculado
con evoluciones de algodón
que mueve la brisa.

En esta postura decúbito supino
todo es más accesible y confortable;
se agiganta el misterio
cuando la bóveda celeste nos cobija,
cuando somos conscientes de ello.

El sol juega a hurtadillas y no hiere,
las ramas del olmo danzan si cansarse:
ahora blancas, ahora verdes.
Y así, un juego infinito de complicidades;
la araucaria es un cono que mira al infinito
juntando las manos en forma de plegaria
y mi ocio acaba en recogimiento.

Echado en la hierba,
la vida parece pasar de manera inadvertida,
pero acabo siendo consciente
de que la tierra me sostiene y enraíza,
mientras mirar al cielo me da alas.

17 comentarios:

  1. Hola Francisco. bonitos versos. Es cierto, y si contemplas el cielo de noche el silencio de la noche y las estrellas brillando y de vez en cuando alguna camina para ir al otro lado, es tal la serenidad que te ofrece ese momento que te apetecería estar así toda la vida. Ya si hay luna llena y el mismo espectáculo con una pequeña brisa, es divino como te sientes ante tanta inmensidad.
    Abrazos

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    1. Imaginé que te gustaría, porque te supongo en similares circunstancias, observando lo que la naturaleza ofrece en cada instante.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Una sensación muy placentera. Saludos

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  3. Qué preciosidad..
    Hoy me tender a experimentar todo eso.
    Besos

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  4. El tumbarse y observar el cielo es una delicia tanto de día cómo de noche, lo he hecho infinidad de veces.Saludos

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    1. Si tienes práctica no me extraña que me des la razón, ya sabes lo que implica y significa.
      Un abrazo.

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  5. No hace falta bienes materiales para ser feliz. La Naturaleza, nos ofrece gratuitamente muchas cosas y que proporcionan una gran paz.

    Besos

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    1. Es cierto, Antonia. En este tiempo de confinamiento hemos descubierto que estamos rodeados de cosas superfluas y que no valoramos adecuadamente lo que de verdad son los pilares de la vida.
      Besos.

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  6. La contemplación es sustento para el alma. La tierra y el cielo... un compendio perfecto que nos inspira e induce a amar la vida.
    Un abrazo Francisco y gracias por poetizar bellamente.

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    1. Así es, Ceciely, sustento para el alma. No sólo somos materia.
      Un abrazo poético.

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  7. Que hermoso poema, que bella sensación echado sobre el césped ver el cielo..... Saludos amigo Francisco.

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    1. Te animo a practicarlo de vez en cuando, Sandra.
      Un abrazo.

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  8. Hemoso momento de solaz, lo había comentado pero parece que no lo publiqué. Te decía que la última estrofa es el corolario perfecto para el poema. Aquí lo hago en la terraza, especialmente me encanta mirar las nubes y hasta llegué a fotografiarlas. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu insistencia en dejar un comentario, también por esa contemplación que es sin dudas maravillosa.
      Un abrazo.

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  9. Desde la hierba tu mirada nos describe el encanto singular de cada árbol, de las nubes y el cielo. He podido sentir tu reflexión con forma de nube cambiante... La araucaria ahora la veré distinta y .
    Muy mística!
    ¿Has probado a hacer prosa poética? Casi lo es ya...

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