Al llegar el crepúsculo
te incendias,
como el sol poniente se
enrojece
de apasionado arrebol o
despedida,
de un hasta mañana
irreverente
que relame las copas de los
árboles
y se anilla a la línea del
horizonte
porque teme, como yo ahora,
no volver a verte.
Enmudecen los pájaros cuando
abrocha la noche
su capa parda y se cala el
sombrero:
se acentúa el silencio,
se diluyen los ecos;
tan solo el viento es música
distante.
Al llegar al crepúsculo
me apago
y se redoblan los miedos
como el que en silencio
ambos padecemos,
por esta pandemia y su
confinamiento.
Luego amanece y un día más -copia casi exacta de los anteriores- irrumpe por las ventanas. Hoy luce el sol y se agradecen esos rayos luminosos que se cuelan en la casa.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
La cedencia de los días, esa monotonía sin otro sobresalto que el del noticiario... A pesar de ello, sueño con unos tintos en la plaza porticada de tu pueblo, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Has conseguido un diálogo poético y apasionado con el crepúsculo, Francisco...Tus letras han sincronizado con la belleza silenciosa y divina de la naturaleza, expresándonos con sencillez y belleza ese sentimiento de oscuridad y temor que nos trae la noche en estos momentos.Precioso, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu bello y sentido poema.
Gracias, María Jesús, por un comentario tan cómplice conmigo.
EliminarUn abrazo.
Ese miedo en silencio que compartimos , amigo, que duro es a veces y que bien lo dices.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Chelo, por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Esos miedos que en la noche se acentúan son miedos al que pasará mañana. Seguro que esto pronto pasará y no será todo como antes porque montones de familias perdieron a sus seres queridos, pero habremos de continuar porque la vida continua, con más tristezas pero continua.
ResponderEliminarAbrazoss. Cuídate mucho
En tu comentario hay un hilo de esperanza y eso me gusta, Isa. Quienes queden tendrán que reconstruir la vida.
EliminarUn abrazo.
Estoy viviendo un continuo crepúsculo...pido a Dios un luminoso amanecer que nos llene de vida,de paz y termine esa angustia que nos acecha y acosa.Saludos
ResponderEliminarTodos queremos ver ese sol naciente, esa luz que borre tanta tiniebla. Ahora nos toca tomar medidas y ser esperanzados.
EliminarUn abrazo, Charo.
Ese miedo qu compartimos, se hace más presente al oscurecer.
ResponderEliminarEstamos a la espera de un nuevo y reluciente amanecer, con una luz diáfana, que disipen esas nieblas oscuras, que últimamente se han instalado en nuestras respectivas ciudades.
Besos
Nuestros sentimientos son comunes: queremos no inquietarnos más de lo debido, pero no deja de mordernos la situación. Nos toca ser pacientes y seguir las instrucciones.
EliminarBesos.