La primavera está en la
calle
con todo su aroma y su idolatría
asociada al amor,
mientras el amor se expresa
con mayor colorido en otoño
y más sensualidad en verano,
cuando los cuerpos se curten
de desnudez.
Se acercan los días de
libertad vigilada:
hoy salen los niños como en
un tubo de ensayo;
quizás los viejos podamos
lucir
nuestras garrotas en breve
y sacudirnos del pánico
inoculado.
Hay un tiempo para pensar,
un tiempo para caminar, para
sentir,
para arroparse o
desabrigarse…
Ahora es tiempo de amar,
de mostrar el colorido de
los sentimientos,
de atemperarnos a este
presente tan indicativo,
de manifestar la ternura
interior,
de descartar recovecos hostiles,
de buscar conformidad con el
entorno
y con el Todo,
de ser aroma y no
pestilencia para el otro.
La primavera siempre nos da lecciones de coherencia y belleza. Mientras, la vemos pasar tras nuestra ventana.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Creo que la ciudadanía está demostrando ser más inteligente que lo que están haciendo aquellos que deben de administrarnos y gobernarnos, es que más no se puede hacer, son 43 días encerrados, saliendo para lo mínimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paco, Me has hecho recordar una frase que leí hace un tiempo, "donde te toque estar, florece".
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
He visto a niños desde mi terraza en bicicleta, patinete, jugando a la pelota y la mayoría sin mascarillas y sus padres tampoco.A mí ya no me preocupa el salir o no, además ni tengo ganas pues cuando era una necesidad no lo permitieron y a causa de ello lo estoy pasando muy mal.Sin embargo la primavera si que se ha instalado en los tiestos de mi terraza.Saludos
ResponderEliminarEs tiempo de amar y tiempo de reforzar nuestra fe.
ResponderEliminarUn abrazo lleno de ambas cosas, para que alargues tu paciencia.
Tenemos una gran maestra, que nos inculca generosidad y amor, la misma primavera, Francisco. Asi que el día 2 de mayo, cuando salgamos a pasear sentiremos la misma vida, que nos recibe.A ver qué le damos nosotros...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu buena reflexión.
Ser aroma y no pestilencia para el otro... este verso me ha encantado, es cierto que la primavera con los recuerdos que tenemos de ella, nos llenan el corazón, pero ante la vida y la salud hay que elegir... El día 2 de mayo, cuando salgamos a la calle, creo que abrazaré al aire que me entra en los pulmones, a los rayos de sol que me calientan o quizá a la lluvia que me empape, será un día que nos dejará su huella y aunque sea tiempo de amar y no pueda abrazar a quienes me encuentre, si abrazaré a ese espacio de separación entre ella y yo... y ese abrazo será como tocar el cielo.
ResponderEliminarMi cariño con un abrazo.
El tiempo de amar es siempre, al menos para mí.
ResponderEliminarHola Francisco. Afortunadamente la primavera se ha puesto de nuestra parte y estará esplendida para cuando salgamos podamos respirar todos los olores que nos ofrece de las diferentes plantas que nacieron. Ahí nos estarán esperando el día dos.
ResponderEliminarBello poema.
Abrazos. Cuídaté mucho