Fotografía de Carlos Espada |
Titubeo. Titubeo de
primavera
cuando juega al escondite,
─traviesa ella─
con la gracia juvenil
de una quinceañera
entreverada de niña a mujer.
La torre Pelli, el techo de
Sevilla,
ha perdido el pie y levita
solemnidad
hacia los cielos
como quien mira por encima
del hombro, henchida
de orgullo de sí misma.
No hay dudas:
mañanita de niebla,
tarde de
paseo;
la caló, la sevillanísima
estación,
se ha plantado fatigada
de volantes y lunares
con intención de afincarse.
Hola Francisco. Qué bonito poema al calor de Sevilla. Muy original lo del calor con volantes y lunares :-) En algunos lugares parece que el verano se adelantó.
ResponderEliminarSaludos y abrazosssssssssss
Muchas gracias, Isa, por tu comentario
EliminarBesos y un abrazo para Antonio.
Como un cohete. La niebla parece el humo del despegue.
ResponderEliminarLa primavera es así de contradictoria. Pronto vendrán los días de calor y habrá que buscar refugio cerca del agua.
Un abrazo, Paco.
Esa es la sensación, la de un cohete que se eleva hacia los espacios siderales. La foto la tomó ayer de mañana mi hijo Carlos cuando iba camino del trabajo.
EliminarUn abrazo.
Y esa "caló" no avisa, llega cuando estamos desprevenidos provocando más de un catarro...me gusta mucho la foto que ha sacado tu hijo Carlos.
ResponderEliminarBesos
Tú también sabes lo que es la caló, claro que sí. Gracias por la lectura y comentario.
EliminarBesos
Mientras sigue titubeando, nos ahorramos días de calor.
ResponderEliminarEl calor es soportable; la caló, la caló es insufrible.
EliminarBesos.
Antes el techo de Sevilla era mi amada La Giralda, lo digo con despecho pero la vida sigue. Me encanta esa foto, y por supuesto esas palabras que la acompañan.
ResponderEliminarY sí la caló es insufrible porque viene acompañada de la flama.
Saludos.
Estoy contigo, Tania, ese techo actual dista mucho de tener la categoría arquitectónica y simbólica de la Giralda, pero no nos queda otra que aceptar los hechos como son.
EliminarUn abrazo.