Es la madrugada;
una tos impertinente y
primaveral
me ha sacado de los brazos
del embeleso
y me ha entregado
a la intemperie de la
vigilia,
allá donde los mirtos
son jaramagos desaliñados,
el azahar huele a cloaca
y la destemplanza es hielo
humeante en las venas.
Duermes. Duermes
profundamente,
al tiempo que susurras…
¿Mi nombre?
Parece que paladeas mi
nombre
entre jadeos. Sí, es mi
nombre.
Murmuras mi nombre,
─acaramelando mi vigilia─
hago hilo con tu música
y no puedo volver
a hilvanar el sueño.
En la partitura de tus
labios:
vivo en ti, vivo por ti, vivo para ti…
Me pareció una tos de lo más pertinente..susurraba tu nombre mientras profundamente dormía.
ResponderEliminarAbrazo poético
Gracias, Merche por tu presencia y sutileza pertinente.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eso es amor. Un abrazo
ResponderEliminarIdealizar para hacer lo pequeño inmenso, Antorelo.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Muy bonito el poema. La tos hizo que te despertases y ¿ves? es bueno despertar porque vemos a la otra persona nos imaginan amos que piensa y suspira por nosotros. El amor palpita incluso cuando dormimos :-)
ResponderEliminarSaludos y abrazos
El amor, como la respiración o la circulación sanguínea, funciona hasta con los motores apagados, Isa. Busca en los labios de Antonio tu nombre, seguro que lo encuentras.
EliminarBesos.
Esos efectos de los cambios de primavera te está afectando y también lo estoy notando en mi garganta y con un leve constipado...la tos es molesta pero al fin y al cabo ha sido un dulce despertar. al escuchar tu nombre en boca de la persona amada.
ResponderEliminarBesos
No creas a los poetas, son muy mentirosos hasta cuando duermen a pierna suelta. Ja, ja, ja...
EliminarBesos.
Nunca una tos había sido tan propicia. Muy sublime ha de ser observar a alguien soñándonos.
ResponderEliminarUn abrazo después de una cucharada de jarabe contra esa tos.
Gracias, Sara, por esa cucharada de jarabe y, sobre todo, por tu lectura.
EliminarBesos.