Echo la siesta algunas tardes:
no todas tienen un almohadón mullido
ni un silencio que acune y acompase.
Estoy junto al mar;
tengo sal en la boca,
sal yodada en el aire
húmedo
y el corazón alborozado
de acontecimientos;
las gaviotas pespuntean
las cestas blanquecinas de las olas
y a lo lejos un velero
saja la hoja impoluta del viento
como virgulilla del horizonte;
entorno los ojos y sigo soñando.
Bueno ... yo también voy a soñar. ¡Quiero ir en ese velerito y perderme con él en el mar.
ResponderEliminarEstá precioso tu poema , españolito.
Besos de mar, besos azules :)
Yo también sesteo de 3 a 4 de la tarde, pero que diferencia entre tu y yo. Tu junto al mar con un ruido de olas que te hace el sueño más fresco y tranquilo, yo con el aire acondicionado puesto, con un ruido que a pesar de su levedad te hace tener un sueño raquítico. En fin, siempre hay clases.
ResponderEliminarUn abrazo y que sigas descansando.
¡Qué imagen más idílicas has descrito! He llegao a ver el mar, las gaviotas, el velero...
ResponderEliminarUn abrazo
Con estas palabras le entran a una ganas de sestear, ¿parece temprano? esperaré un par de horas.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
El mar acompaña muy bien al que decide en esas horas de calor hacer un poco de "yoga andaluz".
ResponderEliminarUn saludo.
Que a gusto estás. Sigue sesteando y aprovechando este tiempo que nos permite gozar del aire libre. Quien pudiera estar viendo gaviotas aun teniendo que soportar la sal en la boca, y la arena en el bañador que es lo que menos me gusta del mar:-)
ResponderEliminarTe siento feliz.
Bss
Soy muy de mar, lo llevo en la piel del alma y no sabes cómo me han llegado tus palabras, ¡cómo te envidio a pesar de que todas las siestas no sean tan apacibles como deseáramos.
ResponderEliminarLo mejor del verano para mi es la siesta, siempre que sea en un lugar frequito, ya sea junto al mar o debajo de un árbol como son las mias.
ResponderEliminarDisfruta del verano y tus sietas junto a ese mar.
Un abrazo.
Hombre no me importaria meterme en ese velero hasta una cala solitaria y mezclarme con el mar y despertar tras un sueños y ver que era verdad, jejejeje
ResponderEliminarun abrazo amigo
Frente al mar con gaviotas y veleros es fácil soñar, amigo...
ResponderEliminarY las siestas deben ser una gozada con el vaivén de las olas, que nos acunan el alma...Gracias por este refrescante y poético post.
Mi abrazo y felices días en la playa.
M.Jesús
Ya sea frente al mar y bajo la sombra de un árbol, ese instante de soledad en el que nada te preocupa y tu alma puede volar libre es cuando uno recupera las fuerzas y la inspiración para entregar escritos y tan bellos como este que acabo de deleitar.
ResponderEliminarBesos.
Has traído el verano a estos lares en los que el frío se hace sentir con intensidad, Francisco.
ResponderEliminarY una siesta de verano no tiene precio.
Un fuerte abrazo.
HD
Porque será que la siesta apetece más en verano? cuando además el calor te hace sudar tanto, no sería mejor en invierno bien abrigaditos? ese barco me da envidia y ese mar en calma, al fresquito, que bueno...
ResponderEliminarBsss
Hola Francisco, bello poema.
ResponderEliminarMe encantan las siestas en verano. Aquí no hago nunca siesta, pero en el pueblo me encanta echarme la siesta aunque por el calor se sude mucho. Me encanta el sonido de las chicharras mientras estoy en la siesta. Y seguro una siesta en ese velero con la calma del mar sería fantástica. Este fin de semana soñaré que la mar me acuna mientras me echo la siesta :-) Soñar no cuesta así que soñemos en las siestas. La foto preciosa igual que el poema.
Saludos y besos