Reconocer los errores te acerca a
la humildad, pero ni te hacen humilde ni te es garantía para no caer de nuevo.
¿Qué es lo que estamos haciendo mal? ¿En qué se está equivocando esta sociedad consumista
que no escarmienta con la crisis que estamos atravesando? Hace dos días, en la marquesina
de la parada del autobús se me acerca un joven negro que hablaba nuestro idioma
sin muchas dificultades. Era un día lluvioso; calzaba unas deportivas empapadas
de agua y vestía un vaquero y una cazadora bastante decente; en ese momento
llevaba el paraguas plegado, el cual usaba para señalar el lugar de un
aparcamiento en la calle a los que circulaban.
— ¿Cuánto tiempo llevas en España?
- — Seis años. ¿Te gusta? —me dice señalando la
publicidad de la marquesina donde lucía un coche último modelo.
- — Prefiero el autobús; me llevan y no tengo que
dar vueltas para aparcar.
- — ¡Este coche vale por cuatro mujeres!
- — La mía, para mí, vale más que cuatro coches.
¿Qué han visto estas criaturas del
África subsahariana en nosotros para cruzar con tantas penalidades el desierto
y luego con mayor riesgo de muerte el Estrecho? ¿Cómo les hemos inoculado la
ambición del lujo para que lleguen a medir el valor de un último modelo de
coche con el de cuatro mujeres? Ese pobre hombre es un gorrilla, una persona que ayuda clandestinamente a los que buscan aparcamiento
en la calle por una propina, y encima están perseguidos por esa acción ilegal;
come en un comedor social y duerme bajo unos plásticos en el talud del río.
Ayer por la mañana, he oído en la
radio que había atracado en el puerto de Málaga un crucero en el que viajan 150
pasajeros y 250 tripulantes. Este barco tan exclusivo tiene la mayoría de sus
camarotes vendidos, cuyos propietarios viajan continuamente a la carta sin ruta
preestablecida, sino la que ellos van eligiendo. No me he enterado del precio
de compra, pero sí decía la periodista que el alquiler de uno de estos camarotes
va de los 1.000 a los 3.000 euros por noche.
¿Qué mundo estamos construyendo?
Lo que para las personas del primer mundo son las necesidades básicas, dicen
los misioneros y cooperantes que es artículo de lujo en el tercer mundo, y
quienes consiguen escapar de allí con tantas penalidades lo que buscan es
alcanzar un camarote de lujo para el crucero del derroche, ese mismo que lleva
a unos pocos a disfrutar de mucho y a muchos a conformarse con muy poco.
El absurdo mercantilismo que nos mete por los ojos todas sus banalidades y nos lleva por caminos equivocados.
ResponderEliminarTanto sacrificio para terminar anhelando lo que realmente no se necesita y dejando de lado las cosas que dan verdadero sentido a la vida.
Un abrazo.
Seguimos pensando en el becerro de oro, Rafael. Es cierto que las sociedades menos avanzadas económicamente son más solidarias que los voraces del primer mundo, pero en el fondo todos quisiéramos ser un Bill Gate o un Amancio Ortega.
EliminarUn abrazo
Así es la vida, mas o menos todos desean lo mismo pero unos lo consiguen y otros no.
ResponderEliminarConfieso que a mí me sorprendió. Lo que había visto hasta ahora es que viven muy sacrificados para mandar remesas bien pequeñas de dinero a su país, con lo que allí van sobreviviendo, pero hasta ahora no me había topado con que en el fondo estuviera el sueño del poderío.
EliminarUn abrazo
Yo siempre me he preguntado en qué condiciones tienen que vivir en su país, para pasar tantas penalidades para querer venir aquí y... acabar en un semáforo vendiendo pañuelos o aparcando coches. Si así se sienten afortunados, ¿cómo tiene que ser su vida en su país?
ResponderEliminarNunca me he encontrado con ninguno que compare tener un coche con el valor de cuatro mujeres, y menos mal, porque seguramente le hubiese partido la cara (y eso que soy la persona más pacífica del mundo). Entiendo que en su cultura, las mujeres no tienen el valor que merecen, pero si cambia de país, debería cambiar de forma de pensar... o volverse de nuevo al lugar de donde vino. No soy racista, de hecho mi cuñado es senegalés, pero hay cosas que no soporto y una de ellas es ese concepto que tienen sobre las mujeres.
No sé qué imagen vienen buscando, pero si lo que les llega es el lujo y tener cosas... mal lo estamos haciendo, porque al menos desde algunos sectores, lo que queremos transmitir es lo contrario: el compartir y el ser solidarios.
Que tengas un lindo día. Un beso
He tenido ocasión de hablar con algunos y las penalidades hasta llegar a Ceuta son increíbles; pero es que cuando llegan a nuestro territorio, todavía hay que cruzar el Estrecho y la media del recorrido total puede ser de unos tres años. Luego les ves, con suerte, durmiendo en un albergue una temporada o bajo plásticos y cartones. Lo que llama la atención es esa sonrisa blanca en cada semáforo tratando de vender los pañuelos de celulosa. Hasta ahí ya sabía; las costumbres de valoración de personas por un cierto número de animales (por las lecturas y el cine), también; pero soñar en un coche de lujo estando en la situación en la que se encuentra me ha sobredimensionado.
EliminarBesos
Pues es un mundo, este que como dices "construimos" : vacío y de falsedades. Yo creo simplemente que cuando estás en la necesidad más absoluta, arriesgas lo que sea por 'mejorar' aunque el paraíso que te vendan no sea el sueño que una vez soñaste.
ResponderEliminarBesos Francisco. Tristes historias las que hoy nos cuentas.
No cabe dudas de que todo el mundo sale de su casa para mejorar su situación y es muy lícito. Los españoles que emigraban a los países europeos en los 50-60, lo hacían con el propósito de mandar y mantener a su familia y ahorrar para construirse una casita o iniciar un negocio a base de sacrificar sus vidas. Eso no sólo es lícito, sino loable, pero de ahí a regresar con un mercedes (de segunda mano) para fardar en el pueblo...
EliminarQue somos incorregibles, Laura. Un beso.
No estamos construyendo mi querido Francisco, hemos construído:-)
ResponderEliminar¿Por qué los que nada tienen no van a ambicionar lo que nosotros hemos ambicionado? Tienen el mismo derecho. ¿O es que los que emigraron hace años en la Segunda Guerra Mundial, después de la Guerra Civil a las Américas iban a por bocadillos?
El veneno lo llevamos en los genes, cada día estoy más convencida y eso dela humildad,solidaridad, generosidad es un atributo de muy pocos. Pesa más la ambición, la riqueza y el poder. Y si no cógete un libro de Historia.
Por descontado que sí. El motor de la emigración a lo largo de toda la historia ha sido y seguirá siendo buscar un horizonte más próspero, pero pensé que sería más lógico soñar en algo más factible como conseguir un medio de subsistencia y dormir bajo un techo.
EliminarBesos
El problema no está fuera, está dentro.
ResponderEliminarFuera habrá siempre tentación, ambición, poder, lujo, crímenes, abusos.
Pero si dentro hay luz y claridad, la opción es clara.
Lo malo es cuando lo sucio que está fuera, lo metemos dentro.
Muchos santos han vivido limpios en medio de un mundo enfangado de todo lo malo habido y por haber. Pero lo bueno que llevaban dentro, lo han traslucido hacia fuera.
Un abrazo.
¡Tienes más razón que un santo, Manuel! Somos duros de cerviz y así nos va. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Entendemos mal la cultura del "otro", las mujeres como los hombres tienen un valor en todas partes en los países avanzados se paga un salario en función del trabajo que realizamos, al hombre menos que a la mujer (cosas de la desigualdad); en África, que la tenemos más cerca, una mujer cuando va a contraer matrimonio, puede valer varios camellos, cabras, caballos o cualquier otro tipo de animal, depende de la riqueza de la familia del que quiera casarse con ella, y de la importancia de ella en el entorno familiar en el que vive (Precio de la novia).
ResponderEliminarEl valor y fuerza del hombre es tan importante que en el confían muchas personas para que, viniendo a Europa se juegue la vida por el camino y una vez llegado puedan recuperar con creces el dinero entregado, los hombres africanos en la emigración son los mas fuertes, los mejor formados y capacitados de un África que se le está esquilmando por todas partes, tanto en sus riquezas naturales, como esclavizando de forma moderna a sus habitantes.
En América Latina al contrario que en África es mayor el número de mujeres las que migran, eso se debe a que dan mayor posibilidades a que estas encuentren trabajo a los hombres.
Un saludo
Sin discrepancias, Emilio, no creo entender mal las costumbres del otro; por el contrario, me molesta aquellos que gritan pretendiendo que se amolden de inmediato a la cultura de donde llegan, como si eso fuera tan fácil de conseguir.
EliminarEntiendo el asunto de la dote, algo que aquí desapareció pero que fue vigente durante mucho tiempo. Lo que no entiendo es la contaminación que les ha llegado para colocar al cochazo como la meta de los sueños. Eso es lo que he querido manifestar y no otra cosa o la no admisión de la diversidad. Las personas, todas ellas, somos distintas y complementarias.
Un abrazo
Creo que en sus países de origen el vivir diario debe ser una auténtica hazaña e incluso en el caso de las mujeres...una tortura,aunque éstas por desgracia viajan menos,son unos bultos incómodos que llevar y se han de quedar padeciendo.
ResponderEliminarLo que no sé, es cómo les llegan las noticias de aquí o de cualquier otro lugar tan desvirtuadamente.
Sabemos que existen, como en casi todos los sitios,seres sin escrúpulos que los engañen con la única finalidad de sacarles sus ahorros y por ende sus ilusiones, cuando al llegar comprueban que nada es como les habían prometido y nada les queda para volver.
Besos.
No lo sé todo, Marinel, pero creo que es la televisión e internet la que ha acabado con los departamentos estancos. Según me cuentan, en esos países, sobrevivir al día presente ya es una hazaña. Mueren jóvenes, la salud está fuera del alcance o en un dispensario misional; el agua más o menos potable a varios kilómetros muchas veces. Para no extenderme, lo que para nosotros constituye "lo imprescindible para vivir", para ellos es soñar. Pues además de todo eso, las mafias les engañan y les sacan lo poco que tiene la familia o las deudas de años venideros y se lanzan, porque la oportunidad de vivir es única.
EliminarBesos
A diferentes culturas... distintas reflexiones!!!!! En su país cambian a las mujeres por camellos... aquí lo harían por coches!!!!! Es muy complicado cambiar una cultura tan arragaida... pero que muy complicado. Besos mil primo.
ResponderEliminarYo diría que imposible. Se necesita una segunda o tercera generación para que se produzca el cambio. Hace día vi una entrevista a una joven china que salía del instituto y ya difería mucho su idea del trabajo respecto a sus padres. Ella no estaba por la labor de 7 días laborables por semana y sin reloj.
EliminarBesos, prima querida.
Un modelo de sociedad insostenible y difícilmente justificable desde el punto de vista ético o moral.
ResponderEliminarMe da vergüenza explicar a mis alumnos cuáles son las bases del mundo en que vivimos.
Un saludo.
Me alegro mucho de lo que me comentas, Cayetano, porque ahí es donde está el quid de la cuestión.
EliminarUn abrazo
Mucho que comentar, tanto que estaríamos aquí todo el día y no es plan.
ResponderEliminarQue este sistema tiene fallos es evidente, que hay corrupción, desigualdades, abusos, etc., nadie lo niega, pero yo, como parte de este sistema, no me siento responsable de la pobreza en el mundo.
Vivo en un piso de 90 m., no tengo coche de lujo y no hago ningún viaje al año, paso 15 días del verano en el apartamento de un amigo que nos deja a muy buen precio, y el día que comemos bacalao al horno es motivo de fiesta.
No creo que mi estilo de vida sea el responsable de la pobreza de otros; se podrían resolver los fallos de este sistema, pero también habría que cambiar mentalidades, sistemas políticos autoritarios y corruptos, costumbres y culturas aberrantes que no dejan prosperar a los ciudadanos de un país.
El consumismo al que algunos han llegado es consecuencia de una cierta educación, no atrapa a quien no pretende ser o tener más que otro.
Los problemas del llamado Tercer Mundo no se resuelven con la poca ayuda que nosotros podamos dar, es algo que se debe gestar a niveles tan altos de la política internacional que se nos escapan. Pero estas políticas internacionales poco harían sin la predisposición de los dirigentes de dichos países.
Un abrazo Francisco.
Es genial lo que sucede cuando uno coloca un texto en el blog y luego vienen los amigos complementando, poniendo matices y puntos de vista. Desde luego que el resultado global es muy enriquecedor, pero no de mi autoría.
EliminarA ti te sucede como a mí y como al común de los españoles, que vivimos con modestia, según nuestros parámetros, y que tenemos muy poco margen de maniobra para cambiar las cosas. Y por supuesto que no está en nuestras manos poder arreglar los problemas del Tercer Mundo, como tampoco se nos puede achacar al pueblo llano la responsabilidad de la crisis porque nos hemos excedidos. Una amiga ha ido esta mañana a un abogado para que le ayude con el escándalo de su hipoteca, de su situación de paro y de la subida que le ha metido el banco vaya usted a saber por qué clausula. Pero por otra parte, una población mundial que crece de manera exponencial no puede sobrevivir con el sistema de vida y los recursos energéticos que necesitamos el el primer mundo, porque no hay suficiente para todos. Las fronteras ya no son capaces de sujetar la hambruna. Les corresponde a los altos dirigentes reordenar las condiciones de vida. Sólo un dato que no es nuevo y ya he dado en otra ocasión: el 20% de los humanos estamos usando el 80% de los recursos de la tierra; mientras que el 80% de los humanos se tienen que conformar con el 20% de los resursos. Bajo estas condiciones, no pueden existir fronteras. El mundo no tiene más remedio que dar un viraje antes o después. Pero ni tú ni yo podemos cambiarlo. Lo que sí podemos hacer es desprendernos de algo para que se le pueda poner una vacuna a un niño lejano o hagan un pozo.
Tampoco quiero extenderme más, Elena. Y por favor, cuando pongas bacalao, avísame, Córdoba no está tan lejos. Un beso.
La cuestión es que esos artículos de primera necesidad empiezan a ser para nosotros también de lujo. No sé dónde vienen a buscarlo, pero creo que se han equivocado. Aquí mucha gente, después de trabajar toda la vida, ya no puede pagarse un techo, ya no puede pagarse la comida. Nos ha llegado la hora.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Así es, Madame. Cada día son más personas normales, lo que se conoce como pobres vergonzantes las que acuden la las instituciones pidiendo ayuda. Desconozco adónde vamos a llegar, pero está tomando unos tintes realmente muy serios. Y estas criaturas llegan con la ilusión de haberlo hecho a una tierra que mana leche y miel.
EliminarBisous
El tema que nos traes hoy daría para hablar muchísimo.. Las personas que llegan buscando algo mejor es evidente que tienen que sufrir situaciones terribles para arriesgar hasta su vida en el viaje ..
ResponderEliminarPero creo que el buscar lujos es algo que va con cada persona .. Y la culpa es nuestra porque así es como hemos educado a nuestros hijos .. Desde pequeños les hemos vestido "de marca" ( como si eso significara ser mejor) y ahora quieren lo mismo..
Sin embargo también somos muchos los que pensamos que hay cosas mucho más importantes que un cochazo o una mansión.. y que la ropa y el lujo no hace a la persona.. sino los sentimientos ..
Un enorme y cálido abrazo siempre querido amigo
Por descontado que la educación influye, pero a este pobre desgraciado poco le han podido educar en lujos; sin embargo hay algo dentro de cada uno de nosotros que se llama EGO, que se agiganta sin necesidad de darle mucha rienda. Por naturaleza, los humanos no buscamos lo sucinto para nosotros, sino lo extraordinario, y eso si no lo corrige la educación tiene mal arreglo.
EliminarUn fuerte abrazo
YO PIENSO QUE EN LA VIDA HAY QUE TENER DINERO PARA VIVIR CON DIGNIDAD. LOS LUJOS POR AHI SON DE LA GENTE FRÍVOLA. PARA SER FELIZ BASTA CON LO ESENCIAL AUNQUE A ESTAS ALTURAS YA NI ESO SE PUEDE PEDIR.
ResponderEliminarCAMBIARON LOS ROLES, ANTES LA GENTE HUMILDE ERA HUMILDE DE VERDAD Y LUCHABA PARA SALIR ADELANTE; HOY LA GENTE POBRE QUIERE SER RICA Y AHÍ ESTÁN LOS CHOQUES Y DEMÁS...
BESOS FRANCISCO.
Pero lo que en Argentina es digno, Luján, en Alemania no llega a lo básico y en Somalia es la sobreabundancia. Por tanto, lo esencial no es uniforme en todo el orbe, sino que existen distintas escalas de valores. Precisamente por eso me llamó la atención que esta persona soñara con ese cochazo en lugar de algo más asequible y básico para su vida.
EliminarBesos
He aqui la gran paradoja, en que los valores han ido perdiendo parte de su valor y todo toma un cariz preocupante, donde los ricos hacen cierta ostentación de su poder y los que menos tienen ponen precio a su vida con cosas inutiles, mientras una gran mayoria esta luchando por ser alguien en la vida y por mantener su vivienda y dignidad como personas. Un beso.
ResponderEliminarLo has resumido tan bien que no veo la necesidad de ninguna otra anotación, Ilesín.
EliminarUn beso
La base de todo ello están en la educación y creo que ahora mismo precisamente ese punto está siendo atacado por todos los frentes. La diferencia entre el consumismo desmedido y la humildad es la sabiduría, el saber analizar la situación general y la propia, tener cabeza, vamos.
ResponderEliminarUn saludo
El sentido común que decían los abuelos, en lugar de pensar en las nubes. Tienes razón, Carmen.
EliminarBesos
Buena reflexión Francisco, la pena es que no nos ponemos a ello, todos cada uno con su pequeño granito de arena, no hay que irse muy lejos para ayudar y ver gente que necesita y que lo está pasando muy mal.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tus comentarios en mi Mirada, de corazón te agradezco tu paso, ahora que por mi profesión me puedo conectar menos.
Un abrazo muy fuerte
Es cierto, Estrella. Muchas veces no encogemos de hombro porque no podemos solucionar la vida de los demás, pero aquel a quien le ayudes ya ha sido ayudado. Todos podemos hacer algo, cada uno en la medida de sus fuerzas. En un evangelio dijo Jesús que una viuda que puso unos céntimos era la que más había aportado, porque puso de lo que ella necesitaba. Con frecuencia ayudan los que menos capacidad tienen, pero un corazón más generoso.
EliminarBesos
Ainsss Francisco, nos trajiste hoy una muy bella reflexión que me hace pensar. Hoy mismo hablábamos en el colegio de mi blog (uno que tengo para el trabajo donde comparto mis materiales) y me decían, de verdad compartes tus materiales? todos los que haces? pero por qué no eres más egoísta? la gente no comparte igual contigo. A lo que yo me quedé sorprendida y otra compañera dijo, bueno, ella gana algo, tiene publicidad en su blog, y yo la contesté, es publicidad cuyo dinero no quiero para mí, es para una gran persona que por circunstancias de la vida, por la mierda de la crisis, o por lo que sea que esta pasando en este mundo que cada vez va a peor, se ha quedado sin trabajo.
ResponderEliminarNo se, pero cuando oí los aaaaa, eso es una buena acción, pensé, dar dinero es una buena acción, compartir gratuitamente con otros no? Cada uno ayuda lo que quiere y lo que puede y todo se vale.
En esta crisis en la que nos hemos metido, siempre habrá quienes seguirán pensando que en este mundo hay que ser egoísta, y otros, que seguirán pensando que solo se puede ayudar de una manera, y se llama dinero.
Un besazo.
Las buenas acciones son casi innumerables. Conozco una joven estudiante que por las noche va de voluntaria a un centro donde acogen a personas sin hogar y da su esfuerzo, su descanso, su sueño a cambio de la satisfacción íntima de darse a sí misma.
EliminarBesos
Hay mucha desigualdad y tergiversación de valores. Es un tema muy complejo, que nos da para mucho análisis.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por esta escalada tuya buscando mis letras pasadas.
ResponderEliminarUn beso.