Somos animales de costumbre más
allá de lo que imaginamos. Después de la somnolencia de estos últimos día, con
el soniquete de los Juegos Olímpicos y la demora en llegar los metales para
España en cada sobremesa, hoy echo de menos esa inquietud en saber si nuestras
damas del deporte serían capaces de darnos otro alegrón o si seguir viviendo la
resaca del gran partido de baloncesto en el que nuestros atletas lograron la
plata con brillos áureos. Como país, hemos quedado en un vigésimo puesto y esa
es nuestra realidad: somos lo que somos, ni los últimos ni los primeros de la
fila.
Esta mañana entré con sigilo y
saqué de la cama a mi nieto Alejandro, quien después de tomar el biberón de
antes del amanecer, no dejaba a su madre conciliar de nuevo el sueño. Salí de
puntillas con él y me di una sesión de babas y revolcones que para mí se
quedan. ¡Cómo es posible que una criatura que aún no sabe ni mantenerse de pie
pueda dar tantas satisfacciones!
Cuando anuncié la llegada de mis
nietos me comentó mi tudelano amigo Felipe: “también
es un descanso cuando se van”. Y no le falta razón; por eso es tan sabia
la naturaleza que da los hijos cuando se tienen resistencias para convivir las
veinticuatro horas con ellos y también los padres terminan agotados, pero así
es la vida, una cadena en el que somos eslabones engarzados unos a otros y por
tanto dependientes.
Con
Alberto en Ojén he revivido estampas de mi ayer que me hablan de lo no
perecedero, de cómo a él le gusta descubrir aquello que yo viví hace ya tanto
tiempo y que igualmente tanta aventura representaba. Verle correr por las mimas
calles, quedarse extasiado en las cuevas, visitar respetuoso la iglesia donde me bauticé, beber y mojarse en los
Chorros en la misma postura que yo lo hacía a su edad… Me veía reflejado en él cuando acudía a mí
desvelándome cada descubrimiento. Tiene razón Felipe: a estas alturas de la
vida no tenemos cuerda para tanta vitalidad, pero unos días con mis nietos
tampoco tienen parangón con nada. Somos lo que somos y cuando no podemos nos
esforzamos un poco.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarA nosotros nos fue mejor de lo esperado, ocho medallas en total: Una de oro, tres de plata y cuatro de bronce. Algo memorable si tenemos en cuenta nuestra historia deportiva.
Y de los nietos, ni hablar, nos dejan agotados cada vez que vienen, pero nos hacen mucha falta cuando se van.
Un abrazo.
Hemos vivido unos días junto a los tres nietos en el campo y acabamos casi agotados. Nos hemos venido con uno de ellos, el extremeñico, a Cáceres y nos encontramos mucho más relajados, pero ya echamos en falta a las dos navarricas. Nos agotan pero son el sentido de nuestra vida en estos momentos. Saludos cacereños.
ResponderEliminarHola Francisco...pues déjame decirte que disfruté mucho de los JJOO, España obtuvo un buen lugar, creo que dieron la batalla. Y aunque mi país, no trajo ni hojalata, me siento satisfecha y bien representada, porque somos lo que somos.
ResponderEliminarEn relación a los nietos, es muy bello tu sentir y me alegra que disfrutes de su compañía. Es un placer visitarte. Recibe un fuerte abrazo.
Hola Francisco: Me gusta visitar un blog como el tuyo y donde usualmente lucen poemas, citas o quizás alguna referencia; me encuentro con tus comentarios de familia y eso me alegra porque al mostrar parte de tu vida te vistes de otra identidad, te personalizas y te haces mas cercano.
ResponderEliminarSigue disfrutando de tus nietos como lo haces.
Un abrazo amigo
"Eeeeeee aaaaaa, las chicas son guerrerasssss!" Ya lo decían los de Leño, y sabido es: somos guerreras, no nos dejamos amedrentar y damos la batalla en todo momento y lugar!
ResponderEliminarLas mujeres al poder (otro gallo nos cantaría!)!
En fin!
Tus sesiones de babas y sonrisitas, gorgojeos... tienen que ser una auténtica delicia! Disfruta de ellos!
Y el redescubrimiento de nuestra propia infancia... otra gozada, porque, al fin y al cabo, los niños, son/somos/han sido siempre iguales (salvando las diferencias).
Apura, apura estos días de aplomo que la vida te está regalando con merecida razón!
Un besote enorme desde el Botxo orillero y caluroso!
;)
Somos lo que somos , sin más y tal vez sea nuestra propia identidad.El partido de baloncesto fue magnífico,nuestros jugadores brillaron con luz propia, como los grandes astros que son. ¿Y que mejores satisfacciones que las familiares ? Disfruta de ellas ! Esos pequeñuelos gozarán contigo también.la infancia es corta y pasa rápidamente , pero nunca se olvidan sus mejores momentos vividos.
ResponderEliminarUn fuerte Abrazo.
Somos lo que somos y no está nada mal, waterpolo, vela, natación, sincronizada, piragüismo, lucha, taekwondo, baloncesto, triatlón. Yo creo que podemos estar orgullosos.
ResponderEliminarY los nietos ... Disfruta mucho y carga las pilas con ellos. Los nietos tienen el poder de rejuvenecer al más cansado y volver alegre y jovial al más cascarrabias.
Un abrazo muy fuerte.
Me pasó lo mismo el lunes. Me encontraba vací asin los juegos, sin esa incertidumbre de saber cuántas medallas nos íbamos a llevar y en qué deportes. La vida sigue y la rutina vuelve (mejor así).
ResponderEliminarSaludos
Que más quisiéramos que tener su vitalidad. Pero gracias a ellos recuperamos nuestra parte infantil que todos llevamos dentro. Los nietos mayores también disfrutaron de los juegos y además animaron a los participantes.
ResponderEliminarBss
A ver, vamos a hablar con propiedad. España quedó en el puesto nº 21 de 202 paises que participaron en los juegos.Y eso porque van por orden de medallas de oro ganadas, ya que si fuera por el total de medallas hubiera quedado en el puesto nº 15.¡Esta muy bien! más que bien, requetebien, y si tenemos en cuenta que la mayoria de las medallas han sido ganadas por mujeres, ¡fenomenal!aqui si que les digo yo a los poderosos hombres del deporte en general ¡que se jodan!.
ResponderEliminarEn cuanto a los nietos, hago mio tu sentir y tu decir Paco, no se puede expresar mejor la satisfacción tan grande de verlos crecer, sanos, felices y enseñarles el recorrido, con fuente incluida, que hicieron sus mayores cuando tenían su edad. Una delicia este pasar, recordar y sentir de la vida al verla reflejada en la vida de sus nietos.
Un fuerte y calido abrazo
No puedo hablar por experiencia pero por lo que os oigo a los abuelos, los nietos son como un chute de vida, rápido y duradero.
ResponderEliminarFelicidades por esas babas compartidas y esos recuerdos reflejados en tu nieto.
Un beso
Un poco tarde pero vengo a limpiarte las babas que todavía te quedan y a darte un beso.
ResponderEliminar