La placidez es eso,
una sombra alargada que te tiende
los brazos de paréntesis,
una brisa que anuda sobre los hombros
un echarpe de tul
y un césped mullido, sobre el que
ha nacido una minúscula flor en soledad
con corola amarilla;
unos niños que corren,
una madre que corrige,
un bebé que duerme
y un coro de grillos que le cantan la nana;
la hierba húmeda en los pies
y el libros que se aferra a las manos,
cuando Ángel González
afirma:
“Me basta así”
Me basta así:
la mirada perdida que no busca las cosas,
los oídos abiertos a la música
del pentagrama no escrito de la naturaleza,
el olfato invadido y acosado
por el jazmín cercano
y el tacto a papel impreso entre los dedos,
donde la poesía invita a desabrochar el alma
para captar las mayúsculas
de las cosas sencillas.
La placidez es eso…
La placidez es eso...
ResponderEliminarPoder leer las cosas sencillas que cada día nos cuentas en tu blog.
Un abrazo.
Y si además de todo eso tienes, en estos días de calor, una cerveza bien fría a mano... ¡eso ya es la gloria! Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarque versos tan bellos, encontrar la placidez en las pequeñas/grandes cosas de la visa.
ResponderEliminarCariños.
Relax total, en los que loas palabras suenan a ritmo cotidiano y sencillo. Te dejo un cálido abrazo.
ResponderEliminarBss
Y tu lo cuentas muy bonito, tanto que podemos sentirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
...he quedado plácidamente encantada con tu hermoso escrito..bss
ResponderEliminarEn las cosas más sencillas, se esconde la verdadera belleza de la vida.
ResponderEliminarQué más se puede pedir ante ellas?
Bello poema!
Besos y abrazos alados, Francisco!
A mi me basta con leerte, para que las cosas sencillas, brillen y se cubran de belleza.
ResponderEliminarUn abrazo.