Hoy anidaba una nube en mi ventana
amenazante de desabridos augurios
como la panza oscura de un negro pensamiento
que provoca el hastío profundo, seco y radical
donde se incuba la desesperanza.
Una llamada ha corrido el visillo
de tal sequedal y me ha devuelto en imágenes
la alegría de estrenar momentos de éxtasis
e ilusiones renovadas sin fecha de caducidad.
Hoy mascullaba un negro pensar que me hacía
arrastrar los pies de plomo del buzo
que a veces me habita y me desahucia;
por el encerado donde debería escribir tu nombre
—con caracteres góticos y exageradas tildes—
una llamada tuya ha trocado en miel
la hiel de mi figurativo abandono
y el sol se ha demorado ralentizando el atardecer
para no perderse ni siquiera el más mínimo detalle.
Una llamada puede cambiar en unos segundos la lluvia en un rayo de luz.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Francisco...¡lindo poema! Y tan cierto lo que dices, una llamada puede cambiar el panorama. Me encantó, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarTe he echado de menos en los últimos días. Gracias por regresar.
EliminarCuando todo parece perdido en una total oscuridad, la llamada del amor lo cambia y lo vuelve del revés. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarNo tengo buenas experiencias con el teléfono, normalmente es para trivialidades o para dar malas noticias; las buenas, son escasas. Bueno un pequeño matiz, recuerdo como mi esposa y yo mantuvimos durante un año una relación telefónica antes de casarnos, aquello no fue malo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que forma mas hermosa de decir, que una llamada te alegró el dia...
ResponderEliminarMe quedo con: Y el sol se ha demorado ralentizando el atardecer
para no perderse ni siquiera el más mínimo detalle.
¡Precioso!
Un abrazo.
El teléfono es imprescindibles para los que amamos, bien sea hijos, amigos o amantes, cuanta alegría nos da casi siempre ese repiqueteo o melodía y cuanto pesar cuando permanece mudo, lindo poema, me has traído a la mente muuuuuuchas cosas
ResponderEliminarBssss
¡Ay esa llamada! en este caso te ha llenado de felicidad ¡cuántas veces suena para matarnos!
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
UNA LLAMADA PUEDE CAMBIARNOS LA VIDA DE UN SOPLO.
ResponderEliminarESTAMOS SIEMPRE PENDIENTES DE ESO...
IGUAL NO SOY TAN OBSESIVA CON LOS CELULARES.
UN BESO GRANDE QUERIDO FRANCISCO.
Un poema rico en contenido y bello en los versos.¡Muy hermoso!
ResponderEliminarHay llamadas que pueden cambiar el rumbo de una vida. Unas son capaces de causar un dolor profundo que ahoga el corazón, pero otras - y son más las buenas que las malas- pueden llenarnos de gozo y alegria, tornando las lágrimas en risas, o, como en el caso de tu llamada, la hiel en miel.
¡Felicidades poeta!
Hola Paco, precioso lo uqe escribes. Lleno de metaforas y muy bonito.
ResponderEliminarEs lo que tienen las llamadas, pueden ser para dar noticias felices, o por el contrario tristes. A ti afortunadamente ha sido para hecerte más feliz. Me alegro por ti.
Saludos y un abrazo grandeeeeeee
en general detesto la tecnología celular, lo siento como un agente de la CIA comiendome los talones, pero a veces tiene su lado bueno. Como este que estas contando
ResponderEliminarbesos