A Encarni Cebrián, mi
amiga, mi hermana.
Se echa el viento,
se echa la tarde y se vislumbra la noche
con su manto pardo
sembrando inquietudes
y desasosiegos:
la noche es un choque tectónico
entre la calma y el reposo
por la agitación de lo incógnito.
Un pájaro sobrevuela los tules grises
que antes fueron añil y turquesa,
y, allá al fondo, se incendia el sol
—batiéndose en retirada—
mientras se acunan los bostezos del sueño;
se enmudece el jardín y despierta
la dama de noche
con su aroma envolvente
y empalagoso en la cercanía;
allá, a lo lejos,
el murmullo del mar
emulsionando incesantes idas y venidas
con bordados de nácar
y sobrenadan crestas afestonadas y cantarinas;
una brisa ligera mece las hojas
de las palmeras en lo inmediato
y concierta pianos trinos
que ya se adormecían;
canta un grillo bajo el farol
y pronto se enmudece.
A poco, todo es ausencia,
plácida somnolencia de la vida en retirada
para descansar —en
apariencia—
hasta el nuevo amanecer.
Paz, tu poema me inspira mucha paz, la del final del día con su descanso, la paz del sueño y la paz del amor sosegado, bonito y apacible es tu poema
ResponderEliminarfeliz domingo
Al menos está la esperanza de un nuevo amanecer, y tantos otros, si son como los describes, que sean millones.
ResponderEliminarAsi son las mayoría de las noches cuando no caes en estado cataléptico por el cansancio. Si no la mente no descansa y percibes los ruidos de la noche.
ResponderEliminarEstoy segura que si alguien me leyera estos bellos versos me dormiría enseguida.
Bss
Conocí esa playa de Costa Ballena cuando aún era virgen, sin edificios, ésa y la de las Tres Piedras.
ResponderEliminarNo se puede contar más bonito un anochecer, una noche.
Un abrazo Francisco.
Qué bonito lo pintas, que quietud ... leer tu poema es sentirlo.
ResponderEliminarFeliz domingo!!
hermosa, como todas tus poesías
ResponderEliminarbesos!!
Preciosa la foto y muy bello el poema.
ResponderEliminarLa noche y la libertad del descanso, de los sueños, de la paz del silencio. Del sol apagado y del tintineo de estrellas alumbrando como farolillos en el firmamento. La noche es del silencio, de las estrellas y la luna, de la paz muda.
Después de la noche llega un nuevo día, una nueva esperanza o una nueva desesperanza. Aun así el sol seguira brillando.
Precioso el poema que has escrito Paco.
Saludos y un abrazo grandeeeeee