Dice un viejo refrán que “quien
tiene un amigo, tiene un tesoro”, y eso sigue siendo cierto en cualquier lugar
y circunstancia. Ellos tienen una casa magnífica muy cerca de mi humilde pisito
—departamento en otras latitudes—, cuyas puertas siempre están abiertas para
nosotros, pero como no es cosa de repetirse, no puedo contar cada vez que
disfrutamos de la hospitalidad de Tomás y Encarni, porque me pondría pesado a
fuer de reiterativo.
Anoche fue un acontecimiento
especial; la estancia de Samu es de las que no pasan desapercibidas y era
cuestión de disfrutar de su compañía antes de su regreso y, como casi siempre,
compartir en la mesa. La familia crece en base a amigos que se hacen familiares
de adopción, y así Samu es sobrino y nosotros hermanos por elección generosa.
Hijos, nietos… la familia crece y se
compacta en torno a ese fermento que se generó hace unos treinta años, al que
todos hemos seguido permaneciendo fieles y creciendo en interés mutuo y estima.
Tomás se ha especializado como
maestro rotisseur, una cualidad más que
añadir a sus dotes como buena persona. En la mesa, dispuesta en el patio y con
alas extendidas, una suerte de aperitivos varios, con el puntito malagueño de
las exquisitas conchas finas y, para colmo y en abundancia, numerosas bandejas
de sardinas asadas, a las que sólo les faltaba la puñalada en el costado por
lanza de caña para pasar por hechas al espeto. Riquísimas es decir muy poco, y
abundantes es quedarse corto. El punto final, una deliciosa tarta de manzana
hecha por Pepita que todos se quería adjudicar, pero que en buena ley fue
pensada por y para Samu. De las copas no hablo porque en ese punto es donde
todo empezó a oscurecerse. Si el patio de mi casa es particular, el patio de
Encarni es particularísimo.
¡Qué bien os lo pasais! Me alegro por vosotros. Doy fe de que la tarta de manzana de Pepita, está buenísima.
ResponderEliminarUn abrazo
Los que hemos tenido patio sabemos el desahogo que supone un patio así en los meses de verano y lo agradables que son las comidas en él. Este. además, se ve que está muy cuidado y vivido, con ese zócalo de azulejos tan nuestro y tan cómodo para limpiar.
ResponderEliminarVeo que vuelves a disfrutar del patio de Encarni, me alegro por vosotros.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Me alegro que disfrutes tanto, cuánto me gustaría tener un patio así para poder disfrutar del verano y de mi gente.
ResponderEliminarUn beso.
Precioso relato! de un día inmejorable de los muchos que sueles pasar con estos amigos.Nunca mejor dicho que el que tine un amigo tiene un tesoro...pero los amigos hay que saberlos conservar afuerza de mucho cariño.
ResponderEliminarFeliz verano Francisco.
¡¡Anda, qué bien que os lo pasáis!!
ResponderEliminarSpaderman, como te quiero. Espero verte pronto. Un beso
EliminarAquellas amistades entrañables, son las que valen oro; y esos momentos compartidos, tan amenos, son maravillosos.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Buenos días Paco!!!! Qué gusto entrar en tu casa y encontrarme con ese patio tan particular!!!! No me extraña para nada que la reunión fuera un éxito en todos los sentidos. Buena compañía, comida riquísima, un entorno inigual y además con ese "guiño" a Málaga. Besos primo!!!!
ResponderEliminarMe alegro que os lo pasarais bien.
ResponderEliminarSaludos a Tomas, Encarni,a mi pepita y a ti Paco, bueno y a la compañía.
Bess Mº Isabel
Me alegro que os lo pasarais bien.
ResponderEliminarSaludos a Tomas, Encarni,a mi pepita y a ti Paco, bueno y a la compañía.
Bess Mº Isabel
Me alegra ver que disfrutais de vuestras vacaciones y que el problemilla de salud ya está totalmente superado. Seguir disfrutando y celebrando en ese patio tan particularisimo y encantador de Encarni.
ResponderEliminarUn dia de estos te envio un correo.
Un beso para los dos
Buenos ratos con los amigos ... ¡cosas crujientes de la vida!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ratos para no olvidar, que bonito ese rincón andaluz...y las sardinas ñam ñam que bueno!!!
ResponderEliminarBsss
Buena camadería observo y un yantar riquísimo, dan ganas de acompañaros......precioso y rico relato, Paco.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Leonor
Me encanta el patio, me encantan los aperitivos, me encantan las conchas finas, me encantan las sardinas asadas, y me encanta la tarta de manzana, y el vino y los licores y...¡todo! Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarPues mira, amigoPaco, que escribo este comentario cruzando los deditos, no vaya aser que me pase como todos estos días en Madrid, que escribía comentarios en los blogs amigos, aparecían publicados en primera instancia (como los juzgados), y desaparecían en segunda... Así que ahora comprobaremos si era cuestión delordenador de mi chico oalguna magiapotagia del San Blogger!
ResponderEliminarDecía yo que el patio de Encarni ya es un clásico y la carpa de la playa y los aperitivos, y la tarta de Pepita y lo bien que os lo pasáis y lo hermanados queestáis...
Y que me habías puesto el colmillo largo, claro!
Pues aseguir disfrutando de lo que queda de verano y los placeres propios, no permitiendo que nos hcafen la fiesta más de lo justo y necesario.
Un besote enorme y soleado!
;)
no solo disfrutaste del patio de Encarni, je
ResponderEliminarbesos