Sé que hay muchas personas a las
que no les gusta la tauromaquia y no es mi pretensión entrar en polémica ni
molestar a nadie. Mi intención es sólo la de rememorar aquella tarde a la que
tuve la suerte de acudir como espectador y deleitarme con uno de los
espectáculos más completos a los que nunca asistí. Otro momento histórico fue
el vivido en una plaza de menor categoría que la de Madrid, pero donde se dio
también una extraña conjunción de estrellas. Unos años antes, no recuerdo la
fecha ni la ganadería —creo que el verano de 1966—, en Marbella: Antonio
Bienvenida, Antonio Ordoñez y Joaquín Bernadó, también formaron ese cartel
imborrable a la memoria, a pesar de los años transcurridos, tarde de la que uno
sale emulando al aire naturales y trincherazos desinhibidos del miedo del
animal inexistente.
Era la vigésima corrida de la
Feria de San Isidro. Los victirinos con un impresionante trapío, casta y
nobleza excepcionales. Al cuarto le dio la vuelta al ruedo Ruiz Miguel; estocada
corta y descabello: oreja, dos vueltas al ruedo y aclamaciones de ¡toreto,
torero!; en su segundo, dos pinchazos y estocada caída: oreja y clamorosa
vuelta al ruedo. Luis Francisco Esplá, dos pinchazos y estocada corta: aplausos
y saludos; el su segundo, media estocada recibiendo: dos orejas. José LuisPalomar, estocada tendida perdiendo la muleta: oreja, dos vueltas al ruedo y
aclamaciones de ¡torero, torero!; en su segundo, estocada atravesada y
descabello: oreja. El ganadero, el mayoral y los tres espadas dieron la vuelta
al ruedo y salieron por la puerta grande. La tarde sería reconocida como La corrida del siglo.
Ciertamente estoy en contra de la fiesta nacional pero eso no quita para que tu post sea muy ilustrativo, creo que recuerdo algo, sobretodo el nombre con que pasó a la historia aquella corrida
ResponderEliminarBsss
Francisco, no soy un entusiasta de los toros aunque reconozco su plasticidad y colorido, aparte de que forma parte de nuestra cultura. Nunca los prohibiría, como todo lo prohibido genera morbo y en este caso seguro que en Cataluña no se verán toros, pero habrá aumentado la afluencia de público en los pueblos de la frontera Francesa, en Aragón y Valencia entornos más próximos donde se celebrarán corridas de toros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has dado testimonio de un momento de una época.
ResponderEliminarsaludos
Aquí llega otra visita que no participa de su afición, pero, tal como usted señala, resulta apasionante sentir que uno ha asistido a un acontecimiento histórico.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, monsieur.
Bisous
Tampoco soy yo aficionada a los toros, pero recuerdo esa corrida, hace ya la friolera de 30 años, que se dice pronto.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
No soy aficionada a los toros y nunca he visto una en directo.
ResponderEliminarYa estoy por aquí aunque mi ordenador sigue teniendo algún que otro problema.
Un beso
Un hecho significativo para los aficionados a la fiesta taurina.
ResponderEliminarUn saludo.
Tapoco soy aficionada a los toros, pero si que creo firmemente que no se tendría que prohibir nada, todo tendría que existir y todos tendríamos que tener la libertad de ir o de no ir a los sitios de nuestra preferencia sin dar explicaciones ni ser objeto de ninguna clase de ataques.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Bueno Francisco...pues....en fin...que eso de los toros ¡no me va mucho!, pero respeto a quien disfrute con ello. Tu testimonio se remonta a una época en que creo que los toros me importaban muy poco, pero admiro tu resumen de una jornada de fiesta taurina en la que veo disfrutaste mucho.
ResponderEliminarRecibe un abrazo, sin astas de toro, claro.
Lo recuerdo Francisco, yo ya tenía 12 añitos, y me acuerdo como si fuese ayer por los medios de comunicación. Buen homenaje le has hecho a aquella tarde amigo, una entrada de pitón a rabo. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Si no me falla la memoria, yo era muy joven y aunque no muy entusiasta en el arte de Cúchares, vi aquella corrida por la tele. Creo recordar que su repercusión fue tal que fue ofrecida otra vez, en diferido, al día siguiente. Un saludo.
ResponderEliminarSoy una persona que trato de respetar a todo el mundo y pos supuesto, no me considero nadie para juzgar.
ResponderEliminarSi a ti te gustan los toros,pues me parece bien por mucho que a mí me parezca una crueldad.
De todas formas,me he criado entre muchos hermanos varones a los que les gustaba la caza y el toreo y junto a mi padre,disfrutaban de lo lindo de esas aficiones que yo jamás entendí,pero respeté.
Otro beso.