20 noviembre 2025

POR QUÉ

 




No es fácil, Señor.

No es fácil entender el por qué de las cosas,

tan duras de digerir como de asimilar.

A veces, un agente atmosférico,

una tormenta, un rayo concreto da en la diana

y le parte el alma a una criatura;

otras es una tromba de agua que se lo lleva

con los pies por delante;

o un incendio que le cierra el cerco.

¿Por qué un huracán, una galerna, una borrasca,

lleva su guadaña por delante segando vidas inocentes?

¿Acaso pagando culpas ajenas?

¿Por qué, Señor, si tú eres el Padre común,

unos comen en ricos manteles

y otros han de conformarse con secas migajas

en el sucio cuenco de sus sucias manos?

Dame, Señor, el entendimiento que no poseo

para seguir pensando que todo lo haces bien,

que tus caminos no son nuestros caminos;

pero que acabaremos todos en tu confluencia.

Cuando llego, Señor, a esta encrucijada,

cuando me faltan tus respuestas

y mis razonamientos no alcanzan a ver la luz,

sino escasamente a formularme preguntas

que acaban por inquietarme,

no me queda otra salida que pedirte:

Padre, ayúdame a darte el consentimiento,

a pedirte y a implorarte

que Tú seas Dios conmigo,

para que yo pueda responderte,

tanto en mi fortuna como en mi desgracia:

¡Bendito sea el nombre del Señor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario