18 junio 2022

SINO Y DESTINO



Si las manecillas del reloj

tuvieran la facultad de manifestar

su dócil desconcierto,

si además de señalar

horas y minutos, en silencio,

pudieran exteriorizar su sentir profundo,

se asemejarían a las orejeras

del burro en la noria:

girar y girar sin conocer su objetivo

ni el ignorado fruto de su labor.

 

Girar y girar,

como cangilón que se zambulle

y se vierte:

rutina cíclica e insulsa,

hastío de galeote ceñido al banco.

 

Día y noche. Gira y gira,

paso rutinario y sin parada

dos veces por el mismo punto

de la eterna senda,

sin conocer su absurdo destino.

4 comentarios:

  1. Esa es su misión y la ejecuta sin preocuparse por su sentido.
    Feliz fin de semana. Besos

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    1. Ciertamente, pero a nosotros es algo que nos atormenta.
      Besos.

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  2. Triste trabajo el del reloj y muy rutinario pero nos tiene atrapadas a todas las personas que siempre estamos pendientes de él.Saludos

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    1. Hubo otro tiempo en el que la gente se apañaba con la luz solar y sus tres momentos: ahora es de día, ahora está el sol en todo lo alto, ya comienza a anochecer...
      Un abrazo.

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