Solo conocemos el pasado,
pero la ignorancia nos
conduce
irremediablemente al
olvido.
El dominio del hombre
debiera ser el tiempo
presente,
filtrado por el tamiz del
pasado,
aquello que conoce;
pero se empeña en obviar
sus tropiezos
siempre en las mismas
piedras.
Solo Dios conoce el futuro
desde su perpetuidad;
también mínimamente
algunos avezados
que ponen la mirada en la
infinitud,
con ayuda de la ciencia.
Es tan grande el apego al
terruño,
además de la soberbia que
nos limita,
que no logramos poner en
relación
la acción concreta con sus
consecuencias.
Soberbia e ignorancia, el
pérfido cóctel
de nuestra pertinaz
estupidez,
y de ahí esta alcohólica
dependencia
al brebaje embaucador
desde lo insólito hasta lo
inaudito.
Soberbia y estrúpez que pueden llevarnos a la deriva.
ResponderEliminarMuy bueno.
Salud
No es que sea adivino, es que se ven ya los síntomas, Anna.
EliminarUn abrazo.
Sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Amapola Azzul por asentir.
EliminarUn abrazo.
Me conformo con ir día a día, y además agradeciéndolo.
ResponderEliminarEres muy sensato, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Que escrito tan certero el de hoy y que triste que las personas seamos tan soberbias, ignorantes y olvidadizas...pensamos que vamos a ser eternos, vaya estupidez ¡¡¡ Cuando menos lo pensemos tendremos que partir para siempre y sin ningún tipo de equipaje!!! Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Charo.
EliminarUn abrazo.
Soberbia e ignorancia, fatal combinación, nada bueno sale de aquella mezcla.
ResponderEliminarSaludos
Ciertamente, Carlos, una combinación nefasta.
EliminarSaludos