23 junio 2022

MEDITACIÓN



A solas, en lo profundo

de mi estancia y de mí mismo;

despojado de todo

y tratando de acompasarme

al flujo respiratorio

que por lo común se sube por los cerros

o cae en la sima de un profundo letargo.

Al tiempo que hago por sosegarme,

tomo conciencia de mi fragilidad

y dependencia,

me adentro por el mármol reluciente de la nada

y se confirma que es mucho menos lo que necesito

que lo que ambiciono.

No es fácil desprenderse de la cáscara,

de todo lo superfluo o redundante,

así como del fausto y prolijo oropel.

Todo es mío, pero nada me pertenece:

frente al espejo de tu mirada

de poco valen los ropajes y la tramoya,

tampoco las luces, el soliloquio o el proscenio

para quien lo sabe todo y lo penetra todo.

Silencio. Ha bajado la intensidad

de mi murmullo interno y siento frío,

al tiempo que calor y un innegable confort.

Te percibo en la armonía jovial de mis oídos,

en la revolución festiva de mis pituitarias,

en lo figurativo de los arabescos

que crecen y menguan en mis ojos entornados.

Tú me miras, me comprendes y me corriges.

¡Qué sería de mí lejos de tu ámbito!

11 comentarios:

  1. Dices: "se confirma que es mucho menos lo que necesito que lo que ambiciono", conforme pasan los años te das cuenta de que necesitas menos cosas, solo que a esa reflexión llegamos llegamos con años más que cumplidos.

    Un abrazo.

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    1. Es cierto, Emilio, pero es bueno llegar a ese convencimiento aunque sea a edad avanzada.
      Un abrazo.

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  2. Maravilloso!!!
    Me parece un profundo, humilde e inspirado diálogo con Dios.

    Es tan poquito lo que necesitamos....
    Un fuerte abrazo, y que sigas con esa gracia alrededor de tus hombros...

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    1. Muchísimas gracias, Maite, por esa mirada tuya.
      Un fuerte abrazo.

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  3. Si hicieras un libro con tus poemas, un buen nombre seria...
    "Conversaciones nocturnas con la muerte"
    Ya que siempre me deja esa sensación de quien le hablas y escuchas....

    Saludos

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    1. Yo más bien diría con la vida, Carlos. Te agradezco tu ayuda.
      Saludos.

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  4. Creo que somos muchos los que padecemos el mismo mal: tenemos mucho más de lo que necesitamos y todo se va a quedar aquí, tenemos que concienciarnos que es mucho más rico el que menos necesita para vivir. Saludos

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    1. La mayoría no se sacia nunca, pero quienes conocimos la ropa de diario y la de los domingo sabemos que se puede vivir confortablemente con menos. ¿Verdad, Charo?
      Un abrazo.

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  5. Yo solo tengo lo que necesito. Vida, salud y un techo donde protegerme. A los que quiero y fuerza para conseguir el sustento. Hace muchos años que aprendí a vivir. Ah! Desde los 17 aprendí a meditar y lo hago siempre.
    Un abrazo muy grande.

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  6. Cierto, tenemos más de lo que necesitamos, lo peligroso de ello es que a muchos les da por acumular algo que despues se queda aquí...
    Compartir sería algo hermoso
    Precioso tu poema, un abrazo y buen fin de semana

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