Un instante.
A veces no bastan las
horas,
pero un instante
es la mecha fugaz
que puede alumbrarnos la
vida.
Un fotograma.
Una serie selecta de
momentos
unidas por el misterio de
la selección
arbitraria que se atesora
con la vaguedad de lo
fortuito.
Así los momentos
aleatorios,
el “collage” que quedó
archivado
de forma anárquica
y constituye la memoria
gráfica
de los momentos felices
y también de los otros.
Suplimos las limitaciones
con la habilidad del
montador de cine
y elaboramos un pastiche
con frecuencia
incongruente,
sin ligazón,
y mucho menos siguiendo un
guion previo
con carácter y ritmo.
De aquel verano
solo ha quedado la
indolencia
como cartera de pedidos;
de las vacaciones en la
sierra
la limitación crónica del
tobillo
y de los días de invierno
el confort del brasero
y las manos buscando calor
bajo la falda.
No hay fechas. Las
referencias
son siempre anecdóticas y
no cifradas,
pero como una constante,
ella merodeando
en todas las etapas de mi
vida.
Tenemos la curiosa habilidad de montarnos una película a base de recuerdos. A veces no todos son agradables y nos visitan inoportunamente como esos mosquitos de cada verano.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
No todos agradables, Cayetano, pero todos ellos conforman nuestra vida.
EliminarUn abrazo.
Evidentemente cada uno se monta la película de su vida que mejor desea; hay quien se la inventa, otros, viven la vida como una de película increíble, pero estamos seguro que habrá momentos buenos y malos, unos siempre estarán presentes, otros serán olvidados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Algunos se enconan, pero por comodidad se suelen pasar por alto los dañinos y se atesoran los gozosos.
EliminarUn abrazo.
Muy cierto. No sabemos por qué nuestro cerebro guarda ciertos recuerdos y otros los desecha, los tira a la basura directamente. La infancia dura eternidades y el resto apenas es un soplo. Misterios de la vida.
ResponderEliminarUn saludo
Tenemos incorporado un selector que nos cuida, Carmen.
EliminarUn abrazo.
Bellas palabras...
ResponderEliminarUn abrazo
Bella respuesta, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Así trascurre la vida, momentos fugaces de felicidad y otros más largos de tristezas no deseadas pero a las que nos tenemos que adaptar y seguir pasando cada etapa para comenzar otra hasta que nos llegue el final.Saludos
ResponderEliminarEs cierto, Charo, eso que dices: la durabilidad no es tan real como emotiva.
EliminarUn abrazo.
Me encanta ese viaje hacia la memoria. Somos quienes fuimos y quienes nos acompañaron. Es bueno recordar momentos que nos dejaron huellas. A veces bonitas y otras menos guapas. Pero todas ellas somos.
ResponderEliminar¿Verdad que sí, Asun? De vez en cuando no queda otra que darse una vueltecita por el interior y actualizar lo memorizado.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Muchas veces vivimos de recuerdos, recuerdos enlazados donde la felicidad era nuestra aliada, y recuerdos duros donde nunca quisimos participar de ellos, pero desgraciadamente nos tocaron. Todo ello nos va labrando nuestra personalidad.
ResponderEliminarAbrazos
Y como bien dice, Isa, todos forman parte de nuestras vidas.
EliminarUn abrazo.
La memoria es muy selectiva y siempre selecciona, lo momentos vividos de mayor felicidad.
ResponderEliminarBesos
Es verdad, Antonia, y eso viene en nuestro favor, porque si solo recordara lo adverso...
EliminarBesos.
Poema lindíssimo que muito me fascinou ler. Gostei mesmo muito.
ResponderEliminar.
Saudações poéticas.
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarAbrazos.
Siempre estará rodando esa cinta en el teatro de nuestra existencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Rafael, pues está mucho más allá de nuestra voluntad.
EliminarUn abrazo.
¿Te parece poca referencia?
ResponderEliminarTodo lo contrario, Tracy, y los mejores fundamentos.
EliminarUn abrazo.
Instantes y recuerdos que tienen el poder de alegrarnos o entristecernos, Francisco. La mente necesita recrearse en lo vivido para seguir adelante. A veces lo vivido nos paraliza, pero siempre volvemos a limpiar el recuerdo para recargar pilas, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo por esa profundidad y capacidad de análisis, Francisco.
Siempre sobresalen los recuerdos felices. La mente y el corazón defienden a caoa y espada lo que nos hace bien.
ResponderEliminarAbrazos.
Ese recuerdo, el tobillo, la inmovilidad de esos momentos, el calor del hogar, todo en la memoria y el destello rápido para plasmarlo. Besos
ResponderEliminar