No era el único que
deambulaba;
por entre los veladores
de una algarabía que
trataba
de olvidar la pandemia y
pasar página
con las estremecidas notas
de un violín,
cuyos sollozos herían el
alma
de muy pocos.
No supe identificar la
melodía
ni mucho menos al autor de
la partitura.
Posiblemente un alumno
que tuvo que dejar el
conservatorio
para sudar
el pan nuestro de cada
día.
Su rostro era bronce de
intemperie
y su gesto adusto.
Acariciaba con el arco las
cuerdas
y todo él parecía fluir
por la barbilla,
de la que el instrumento
era una prolongación tan
ajada
como todo él mismo.
Sus ropas raídas, pero su
empaque
de concertista consumado.
Algunos son francamente buenos. Mucho talento desperdiciado.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Es verdad, Cayetano, algunos son verdaderos talentos en el dique seco.
EliminarUn abrazo.
He visto a varios hombres, creo que son rumanos, unas veces los veo recogiendo y rebuscando en la basura y otras tocando la guitarra o el violín pidiendo unas monedas, no lo hacen mal, pero ahí están invisibles para mucha gente.
ResponderEliminarSaludos
No vemos lo que no queremos, Emilio. Ninguna criatura es transparente como para pasar desapercibida.
EliminarUn abrazo.
Existem, em todas as áreas, enormes artistas de rua. Os músicos não são exceção. Alguns são verdadeiros talentos. Temos em Portugal um grande cantor e compositor que foi artista de rua em Londres-Inglaterra. Seu nome: JORGE PALMA.
ResponderEliminar.
Saudações poéticas
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Cierto, Rykardo, hay ejemplos en todos los lugares.
EliminarAbrazos.
Francisco, tus letras arrancan un largo acorde, todo un grito, una llamada de atención que mantienes con solidaridad. La pandemia ha traído más y más víctimas, que se aferran a un violín como tabla de salvación. Ojalá la música les fortalezca el alma y abra los corazones de todos los demás. La vida sigue y evoluciona para todo el mundo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable por esa sensibilidad.
Incluso los músicos profesionales lo han pasado muy mal en este tiempo que nos empeñamos en dejar atrás, pero los infectados crecen en número en toda Europa. Esto no ha terminado. Gracias por tus amables palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Si no voy con escasez de tiempo, yo suelo pararme si me gusta la música que interpreta. Es una lástima que gente con talento, tenga que estar tocando en la calle, para seguir con su vocación.
ResponderEliminarBesos
Me parece estupendo lo que haces, Antonia.
EliminarBesos.
Demasiado desamparo para muchas personas, incluso virtuosas como él. Muy mal tiempo presente para cada día más personas. Es muy doloroso.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tengo visión de futuro, Sara, pero es evidente que estamos asistiendo a un cambio muy trascendental de la vida ordinaria. A mí no me alcanzara a conocerlo, pero cada día está más cerca.
EliminarUn dulce abrazo.
El violín es uno de mis instrumentos musicales favoritos y tiene que ser muy triste ver a una persona en las circunstancias que describes, un consumado violinista se merece estar en una una buena orquesta.Me ha dado por pensar que es lo que le ha llevado a tal estado de precaridad.Saludos
ResponderEliminarLas circunstancias pueden ser tan variadas como cada uno de los casos, Charo. ¡Quién sabe!
EliminarUn abrazo.
Francisco, un gran poema que de alguna manera "duele" porque nos pone frente a la realidad que se vive en muchos paises. No todo es causa de la pandemia, pero digamos que la falta de trabajo se acrecento y hay mucha gente como este señor en las calles, talentosos, haciendo cualquier actividad para llevar el pan a sus hogares.Dios quiera todos tengan la posibilidad de trabajar y vivir de manera digna. Un abrazo y gran dia para ti.
ResponderEliminarMi intención, Eli, no es hacer sangre, pero sí que nos condolamos de las vicisitudes por las que atraviesan estas personas.
EliminarUn abrazo.