El amor se cuela
por la rendija de lo
imprevisto;
algo así como se abre un
postigo
por el impacto de una
ráfaga de viento.
Llega, sorprende, se
encona
y se hace endémico
y dependiente.
Tal vez sea cierto que la
primavera
es el tiempo favorable
para el amor;
en cambio la carnalidad y
la pasión
son cosechas del verano.
El tiempo
cuando lo escondido se
hace visible
y, llegado el caso, hasta
apetecible.
El invierno, con sus siete
capas,
es tiempo propicio para la
imaginación,
también para errores de
bulto.
Y es que las caléndulas es
tiempo de exteriores,
de visualización y
aproximación al tacto;
también los desarreglos
por estrabismos
y en general época de
tortura y gozo visual.
El amor es otra cosa más
selecta:
un relámpago en seco que
atormenta,
una mirada electrificada
con el poder de los rayos
x,
una imagen manchada,
extractiva,
que marca y quita el
sueño,
que empareja dos almas
en la calidez de la
certeza absoluta,
dos miradas coincidentes
que ven aquellos que
desean íntimamente
y en ello se confortan.
Quien lo probó, lo sabe.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Cierto, Cayetano, pero en la distancia llega a dudar si lo habrá soñado.
EliminarUn abrazo.
Es muy difícil explicarlo si no se ha sentido nunca, por eso tú lo explicas tan bien.
ResponderEliminarSí, Tracy, es que soy muy experimental y osado.
EliminarUn abrazo.
Me ha hecho gracia lo de las 7 capas de invierno ya que ahí estoy yo, me lleno de capas para combatir el frío:-)) Me ha encantado tu forma de definir el amor.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo, nos une el estilo de lucha contra el frío.
EliminarUn abrazo.
Las estaciones y el amor, ahí están, Francisco...Todo empieza por una mirada y puede derivar en una atracción o algo más...Muy interesante cómo reflexionas sobre ello, amigo. Lo cierto es que el amor requiere su tiempo para que "cuaje y fructifique".
ResponderEliminarMi abrazo admirado y mi ánimo siempre.
Casi siempre empieza todo en una mirada, en una atracción que a veces es un para siempre. Muchas gracias, María Jesús.
EliminarUn fuerte abrazo.
Aunque el invierno, parece que no es tan propicio para el amor, en la cama, se apetece más aproximación, para refugiarse del frío....y ahora para colmo está la subida abusiva de la luz.
ResponderEliminarBesos
No te falta razón, Antonia, pero ya sabes que las historias de cama son tan íntimas que no trascienden.
EliminarBesos.