Cuando el Cordero abrió el primero de
los siete sellos, oí al primero de los cuatro Vivientes que decía con voz de
trueno: “Ven” (Ap 6, 1)
En la cuadra, sin bridas,
sin sujeción posible
que les detengan, los
cuatro corceles actualizados,
la inminente amenaza que
ya es temible realidad:
un sistema financiero
voraz y sin escrúpulos,
la violencia organizada y
progresiva,
─mucho más que una mera
amenaza─
millones de personas
malviviendo en la miseria
y el agotamiento de los
recursos naturales,
junto a la incontrolada
contaminación que nos devora.
El hombre ha olvidado su
transitoriedad y de paso
respetar y organizar el
legado para la posteridad.
No hay pensamiento. Todo
es fugacidad instantánea.
¿Dónde está la moralidad
que debiera conducirnos?
El caballo negro del
hambre es una realidad
acentuada por la pandemia
del Covid.
Por las crines del aguerrido
caballo alazán
fluye la épica y las
epopeyas futuras
con presagio de algo
inminente e inevitable,
y es que el hombre ha
olvidado que es imposible
crecer permanentemente
hasta rozar el infinito;
y todo, bajo una indecente
amoralidad financiera.
Se dice que los depósitos
armamentísticos
están pertrechos con la
capacidad de volar
la faz de la tierra hasta
cinco veces consecutivas.
Así, los relinchos del
caballo bayo son el regocijo
de tanta muerte como no
hubiera imaginado.
La esperanza está en la
cooperación,
en un consumo no ansioso
sino responsable,
en deponer los fanatismos
por el compartir,
y muy especialmente, en
confiar sosegadamente
que el misterioso jinete,
a lomos del caballo blanco,
sea la Esperanza que
tantísimo necesitamos.
Y ningún responsable de los gobiernos más poderosos del planeta se comporta como tal. Están todos ciegos. Mal vamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mientras que, en los momentos más críticos del ser humanos, los que nos dirigen sigan ganando más dinero, ellos se mantendrán en sus posiciones, robando, engañando, fabricando guerras, comiendo, bebiendo y follando, habría que ir pensando si la culpa es de ellos, que son unos pocos, o es nuestra por no movernos y somos muchos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy completamente de acuerdo contigo, pero los que tienen el poder no quieren poner freno a esto y solamente buscan su bienestar personal.
ResponderEliminarBesos
Es la triste y dramática realidad que estamos "mal viviendo" ¿ Nos lo merecemos? pienso que si pues no estamos a la altura de las circunstancias al no hacer nada para evitarlas.Quiero quedarme con la última parte de tu poena, con ese jinete del caballo blanco de la esperanza.Saludos
ResponderEliminarUm poema sobre a vida real que remete o/a leitor/a para uma intensa e profunda reflexão. Foi assim que, ao ler e reler, me deixei ficar... em reflexão sobre a vida e sobre quem nos governa.
ResponderEliminar.
Bom fim de semana.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Es la triste realidad. Todos estamos implicados en este desastre. Mejor quedarnos con la esperanza de que el mundo cambiará. Por lo pronto pongamos nuestro granito de arena sin esperar a que el otro lo ponga . la acción individual ayudaría más que otra cosa a hacer un mundo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estamos todos buscando la esperanza perdida, algunos por una cosa y otros por otra. Son tiempos duros querido Francisco.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Copio aquí lo que comenté ayer en un blog donde se criticaba que los políticos de la cumbre de Glasgow han utilizado no se cuantos aviones y coches.
ResponderEliminarYo lo miro de otra forma: Mientras yo no lo haga bien, no puedo exigirles a ellos que lo hagan.
La destrucción ante nuestros ojos.
ResponderEliminarBesos.