Una delgada línea coyuntural,
el visto y no visto de la contrariedad
cuando llega sin tarjeta de visita
y se auto invita.
Esa congoja que constriñe
por debajo del índice de los soportable
y se hace coca, y se anuda a la garganta
como bufanda, como aurora opaca
que se acomoda en hombros ajenos
y acaba por ajarlos o destruirlos.
La adversidad es eso,
ese cuchillo romo que saja
y abre en canal las entrañas
como material traslúcido
en la clausura de lo íntimo.
La adversidad es esa penuria que aflige,
esa derrota en la intimidad
silente de lo oculto que trastoca la vida
y la pone en vilo como mirada que niega
y fríamente rechaza.
Tu lo dices más bonito para mi son las dificultades y desafíos que nos enfrentamos y que ponen a prueba nuestra fortaleza y determinación.
ResponderEliminarSaludos
Sí, Emilio, todo eso, la vida misma.
EliminarUn abrazo.
Has expresado muy bien la llegada de la adversidad, Francisco...La vida nos prueba constantemente...A veces sólo nos queda esperar que el tiempo o la imaginación(como decía Cervantes) de salida a esas dificultades. También la fe nos ayuda a aceptar y dar sentido a todo lo que no entendemos y nos hace daño...Seguimos reflexionando contigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido por seguir escribiendo, Francisco.
Cuando uno tiene a sus espaldas una larga vida ya ha pasado por diversas fases que son las que van coloreando el día a día. Como truena en un momento inoportuno, así también la adversidad va jalonando los días.
EliminarUn abrazo, María Jesús.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstuve algo más de un año fuera de blog y ahora no sé como borrar el comentario que me pides. Otra carencia más. Si lo consigo, seguiré tu deseo.
EliminarNo hay nada que se pueda hacer cuando aparece, es un reto que debemos enfrentar y cada uno sabe cómo debe o puede luchar. Un abrazo. (borré el otro comentario porque me equivoqué)
ResponderEliminarSon las consecuencias de vivir en directo, sin ensayos, sino aprendiendo a base de errores y algunos contratiempos.
EliminarUn abrazo, Luján.
La adversidad llega sin avisar y causa mucho sufrimiento pero hay que seguir viviendo. Saludos
ResponderEliminarEs cierto, Charo, no está sujeta a guión y por eso nos sorprende.
EliminarUn abrazo, Charo.
Explicada por ti es más fácil mirarla con otros ojos que no estén arrasados en lágrimas.
ResponderEliminarOjalá yo pueda tener siempre una explicación que evite tus sufrimientos, Tracy.
EliminarUn abrazo.