Tenías aromática sonrisa de azahar
y una mirada de terciopelo
que se selló de forma imperecedera
en el pergamino soterrado de mi alma.
Un día, ya distante,
viniste con voz entrecortada,
la tristeza por toquilla
y nos contaste que un cirujano
quería hurgar en la intimidad de tu seno
con la promesa de una reconstrucción
que a todos sería imperceptible.
En la trigonometría del galeno
barajó de forma tangencial seno y coseno
y acabó en un bombardeo químico y sistémico
que terminó por despeinarte
como se avienta una parva
con viento desaforado.
Seguías siendo bella
y la juventud como radical eterno de tu ser.
Con la peluca te volvió la sonrisa
y un destello de esperanza
iluminó tu cara de porcelana.
Sin mirarte, sin palparte,
echabas en falta medio globo terráqueo,
la asimetría femenina de tu estética,
y el vano estéril fue para siempre
un vacío inexplicable.
La ciencia te dio esperanzas
y en el barbecho de tu cuero cabelludo
se comenzó a vocalizar la dormida simiente
como un fértil campo de trigo.
Tenías una sonrisa de azahar,
pero la lluvia que un día mojara tu pecho
fue inundación invasiva
que se extendió por todos tus dominios
hasta dormirte
y a mí me heló el alma para siempre.
Era, y lo sigue siendo hoy, un arrebato.
Un año y varios meses has tardado en volver, espero que te encuentres bien con esta primavera que huele a azahar y a verano y que tengas tiempo y ganas para visitar esa feria de Sevilla que a tanta gente le gusta aunque yo no sea uno de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, querido amigo. Llega un momento que la mejor de las ferias es estar en las mejores condiciones posibles. Si me pierdo, seguramente no será en la feria.
EliminarMe alegra volver a leerte, Francisco, aunque tus letras denotan el dolor de una pérdida irreparable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Rafael. Finalmente, tras larga espera, me han operado de cataratas de ambos ojos. Aunque todavía no he acabado el tratamiento, aquí estoy haciéndome visible y lamentando la pérdida de una joven muy querida en plena madurez de su vida.
EliminarUn abrazo.
Vaya por Dios!!!!, ni me lo imaginaba, cuanto lo siento!!!!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Dicen que el roce hace al cariño, y este es el caso.
EliminarMe alegra un montón verte de nuevo por aquí, lamento mucho tu pérdida, que gran vacío deja la partida de alguien querido. Sobre tu operación me imagino que ahora verás hasta los pensamientos de los demás ( lo dice mi hermano que también lo han operado ) Me encantó el poema.
ResponderEliminarMi encantamiento tiene más que ver con el recibimiento recibido que con la pulcritud de mi mirada. Ha sido muy larga espera, pero merecía la pena. Gracias por dejarme tu opinión. Un abrazo.
EliminarLo siento mucho.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Muchísimas gracias. Siete meses no son suficientes para olvidarla.
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