A hoy le debe seguir mañana,
pero le sigue la cantinela,
una calcomanía del hoy,
como a la una le sigue las dos
con su mismo sol ardiente: cantinela.
Mañana volverá a ser una copia,
idéntica letra: cantinela.
Algunos madrugan mientras reniegan,
otros reniegan y llegan tarde;
los viejos se desvelan
porque han dejado de soñar:
todos los amaneceres son idénticos.
Los jóvenes aplican las fórmulas aprendidas
y no le salen las cuentas:
la misma cantinela. Siguen
viviendo en casa de sus padres.
Así, mañana, torpe cantinela,
sigue con letra y música de ayer
No se, me he levantado con sueño para analizar si el vivir es una cantinela, creo que no, aunque lo parezca.
ResponderEliminarUn abrazo.
La letra no lo es, pero esa musiquilla de lo cotidiano le lleva a uno a pensar en cantinela, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Pues si digo la verdad hay días en que mi vida si se parece a una cantinela pero es que ya me da igual y sigo adelante. Saludos
ResponderEliminarHay días que tienen el sabor de la monotonía, Charo.
EliminarUn abrazo.
Todo cambia y evoluciona, Francisco...Nuestra actitud puede cambiar la cantinela o el sonsonete de los días si se lo propone. Quizá se trata de hacer un ejercicio de renovación y darnos cuenta de que, la vida empieza cada día y hay que dibujarla y llenarla de sentido. Todo depende de cada uno...Nos hiciste pensar, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo siempre.
En verdad mi propósito no es hacer otra cosa que reflexionar por medio de la palabra.
EliminarUn abrazo.
Hay que cambiar esa cantinela, si no nos queremos aburrir.
ResponderEliminarEs verdad, Tracy, las cosas que saben a monotonía se vuelven insípidas.
EliminarUn abrazo.