Pequeña es la abeja entre los animales que vuelan, pero
su producto es el más dulce. (Si 11, 3)
Un gorjeo me ha llamado a lo
lejos,
me ha invitado a compartir
su fiesta:
una rama delgada en extremo
que se balancea con la
levedad
de su peso, sus plumas y su
canto.
Yo no puedo brindarte otra
cosa
que el vacío que sopesan mis
manos,
¿qué podría yo ofrecerte que
no hayas previamente
gobernado?
Tuyos los bosques, la
clorofila, el aire,
y en las corrientes de su
navegación,
el polen que va musitando en
silencio
las instrucciones que le has
confiado.
Ante ti mi poquedad, mi apariencia;
ante ti la esencia y la reminiscencia
de ser barro de tus manos. Un
ser frágil,
una loza tosca a tu imagen y
semejanza.
Nadie de su corpulencia se
vanaglorie,
ni se muestre arrogante por
su sabiduría:
David era un niño, sólo en
apariencia,
y resultó un extraordinario
estratega:
dulzura y aguijón son unidad
en la abeja.
Me gusta mucho, mucho. Es pura ternura . Se va conmigo a mi cuaderno de los tesoros.
ResponderEliminarHace muy poco terminé de leer una novela maravillosa, puro realismo mágico.Se llama "El murmullo de las abejas"que hizo que me enamorara más aún de esta pequeñita
"que se balancea con la levedad
de su peso.sus plumas y su canto" Me fascinan estos versos.
Apareció mi españolito lírico.
Apapachos.
He tenido un par de días agitados, pero no quiero dejarte sin respuesta, sin agradecerte tus palabras.
EliminarApapachos.
Ayer escuché una noticia, las abejas tienen un problema grave de supervivencia debido a la avispa china llamada también asesina.
ResponderEliminarsaludos
También lo he oído, Emilio. Y la consecuencia es que sin abejas no hay polinización y sin polinización no hay cosecha. La vida está entrelazada y unos seres necesitamos de otros.
EliminarUn abrazo
Nunca hay que menospreciar lo diminuto.
ResponderEliminarSin las cosas pequeñas, lo grande no tendría sentido. Un mundo sin abejas sería imposible.
Un saludo.
Lo pequeño son corpúsculos de lo grande, Cayetano, de ahí la importancia de un ser aparentemente tan insignificante.
EliminarUn abrazo.
En las cosas pequeñas está la esencia. No se puede menospreciar lo pequeño, pues nos puede pasar como a Davd y Goliat.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo.
Muchas gracias, Josefa, por tu lectura y comentario.
EliminarBesos.
Francisco, nos traes la grandeza del trino, que nos eleva el alma y la dulzura de la miel que nos nutre el cuerpo...Ellos, el pájaro y la abeja, son diminutos, pero grandes en talento y trabajo...Cuánto tenemos que aprender de ellos, de su sencillez, laboriosidad y humildad...Ojalá con nuestras letras lográramos el trino y la miel, que mejoraran nuestro mundo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu profundidad y belleza literaria.
M.Jesús
Gracias, María Jesús. También los cuerpos complejos están formados de vísceras, miembros y así hasta las casi invisibles células. Somos la suma de muchas pequeñeces.
EliminarBesos.
Enhorabuena Francisco. Precioso canto.
ResponderEliminarDesde Gran Canaria, un abrazo, Ángel
Gracias, Ángel, por hacerte presente y dejar tu testimonio.
EliminarUn abrazo.
La esencia se vende en tarros pequeños, así es que ya sabes.
ResponderEliminarUn abrazo pequeño.
Muchas gracias, Tracy. Te lo intercambio con otro grande para compensar.
EliminarBesos.
Una abeja sola, no podría hacer nada pero su gran fuerza es la unión y la asignación de funciones de cada grupo de componentes (abeja reina, obreras y zánganos), viven formando una comunidad muy bien organizada, debería ser ejemplo para muchas empresas...la unión de todos da lugar a un óptimo resultado.
ResponderEliminarBesos
Das con tu comentario en la médula: no sólo lo pequeño tiene su importancia, sino que la fuerza reside en la sociedad, en la unidad de muchos hacia un mismo fin.
EliminarBesos.
Hay veces que con poco nos dan mucho. Un besazo.
ResponderEliminarEs cierto, Tamara, y otras que pasa al revés. Aunque sea de un género distinto, esta mañana he leído un comentario de un amigo en su muro que dice: "Quiero que vuelva la peseta; quiero ver con qué cara me pide el camarero seincientas cincuenta pesetas por un cubata".
EliminarBesos.
Hay lecturas por las que vale la pena tener ojeras al día siguiente, la tuya es una de ellas.
ResponderEliminarTe invitamos de paso a participar en nuestro reto de Halloween, a ver si logramos que las palabras crezcan dentro de alguien como nunca imaginamos.
Un besazo.
¡Qué bonito eso de las ojeras! Lamento decirte que lo de Halloween me ha llegado con mucho retraso; vamos, que me ha pillado en una edad muy avanzada y ya lo pasé en mi juventud lo bastante mal con las calabazas. Otro día, colaboro contigo en otra cosa donde no gotee sangre y haya más luz.
EliminarBesos.
No por pequeños somos menos validos. Cada uno hacemos nuestra función.
ResponderEliminarUn beso.
Dices muy bien, Musa, un pequeño elemento defectuoso inmoviliza la acción de otro más complejo del que forma parte.
EliminarBesos.
Qué maravilla de poesía! Observar y profundizar en los detalles es de una gran maestría. Beso
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Rosa María, por tus generosas palabras.
EliminarBesos.
Una profunda mirada a la pequeñez de su cuerpo y a la grandeza de su hacer...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael, por tu lectura y comentario.
EliminarUn abrazo.
"Nadie de su corpulencia se vanaglorie,
ResponderEliminarni se muestre arrogante por su sabiduría:"
No creo que haya muchos sabios y si hay alguno dudo mucho que presuma de ello, porque si lo hace deja de serlo:-)
Preciosos versos. Bss
Muchas gracias, Katy, por dejarme tu opinión.
EliminarBesos.
David era un niños pero venció a Goliat, los seres pequeños, a veces, suelen ser más fuertes que los grandes, sus estrategias de lucha los vence porque los llevan a su terreno y allí terminan con ellos.
ResponderEliminarBuena filosofia de la vida y buena reflexión de ella.
Gracias por tu visita y tu comentario, dices en él que los espíritus son figuraciones pero que antes los ojos del desvelados aparecen, creo que es cierto, y te rodean sin dejarte descansar.
Besos, feliz fin de semana.
Gracias, Demófila por tu comentario.
EliminarBesos.
Hola Francisco. Bellos versos. Si cada uno de nosotros trabajara un poquito aunque fiera con lentitud como lo hacen las abejas, y dejara un sabor dulce en los que más necesitan, el mundo sería de otra manera y más justo.
ResponderEliminarSaludos y besos
Tienes razón, Isa, dejar en el otro el sabor a ti, a tu esfuerzo, a tu entrega. No se trata de grandes cosas, sino de pequeños gestos, cada uno con su importancia, y dispuestos a ser sumandos de un total.
EliminarBesos.
Somos pequeños colibríes ante la inmensidad del mundo, de ese espacio que para los creyentes creó Dios y ¡pobre!
ResponderEliminarQue desconcertado e incluso airado con nosotros y nuestra deshumanización.
Más besos.
Imagino a Dios el todo, todo el tiempo, todo el espacio; ni pasado, ni presente, ni futuro, todo presencia. Se nos hace difícil entender que no hay ayer ni mañana, que todo es hoy. Por este motivo, él que es Presencia constante, nos conoce al dedillo y no creo que le podamos defraudar. Nosotros, en cambio, somos limitados para todo y medio miopes, tanto que no vemos las cosas insignificantes de la vida, que son los eslabones que conforman el todo.
EliminarCreo que es mejor que me retire a descansar y que te permita a ti hacerlo a pierna suelta también. Mi reconocimiento, mi amistad y mi afecto, Marinel.
Besos.
"dulzura y aguijón son unidad en la abeja."
ResponderEliminarUn poema hermoso en cada verso, desde la contemplación exquisita del pájaro en la rama, pasando por el milagro del polen que cumple su misión, y llegando al reconocimiento de la humildad del ser humano ante Dios.
¡Cuánta sutileza encuentro en tus versos!
Felicidades, y gracias por recordarme la importancia de ser humilde. Gracias.
Muchas gracias, Volarela, por tu lectura atenta.
EliminarBesos.