Yo
he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
(Jn 10. 10)
Montoyas y tarantos,
gitanos y payos, judíos y
cristianos:
mixturas imposibles que se
rechazan
por nacionalismos y
convicciones
establecidos en el ámbito
del hogar;
pero la vida, es sangre y es
roja,
y late en el pulso de todos
por igual
repartiendo nutrientes y abriendo
caminos.
Hemos nacido para vivir,
que quiere decir amar;
para ser felices, para
entendernos
y para cooperar; para tender
la mano
y llevar en esta un mendrugo
de pan,
una pelota o una traviesa peonza.
Dos niños pequeños juegan en
la calle,
no saben, no distinguen de
razas,
no comprenden las
limitaciones impuestas
─hablan
idiomas distintos─
y juegan sin parar comunicándose
por gestos;
y juegan, y juegan. Juegan
sin cesar, y ríen.
Caminan por un rastrojo, por
la mies segada
de sus mayores como símbolo
de una urgente replantación
tan necesaria.
No tienen miedo, no sienten
miedo;
caminan de espaldas al
presente,
pero ya han oído hablar del
miedo
a sus mayores. Se comunican
con juegos,
con gestos. No saben
transmitirse miedos,
ni odio ancestral, solo
saben jugar y reír.
La esperanza de los niños
palestinos
y de los niños israelitas
es jugar, es reír, es
compartir, es olvidar;
para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Comparto mis pensamientos en cada uno de tus versos.
ResponderEliminarSabes que soy una enamorada perdida de los niños.Si nos hiciéramos como ellos ¡qué distinto sería todo ! el mundo sería un lugar de risas y de cantos. Yo espero que, antes de partir, pueda ver y saber que las cosas mejoren y los niños, dondequiera sea, puedan jugar y ser felices.Ellos tienen en sus almitas el secreto. Roguemos ...
Apapachos.
"Si no os hacéis como niños no podréis entrar en el reino de los cielos". Son muchos quienes creen que no existe el cielo, pero no caen en pensar que el cielo puede estar aquí mismo si nos hacemos como niños. Todo el mundo desea la Paz, al menos en Navidad, y el comportamiento de los niños podría llevarnos a ese estado de cosas. Mil gracias, María del Carmen.
EliminarApapachos
Que hermosa entrada Francisco...Llena de esperanza que es lo que le está haciendo falta a este mundo....y no una esperanza de sentarse a ver que sucedan las cosas...sino una esperanza llena de tú..de yo..de nosotros...que con nuestros pequeños aportes podamos lograr que los que vienen detrás cambien su visión de la manera como está el mundo...Se acerca la navidad y pienso que a medida que se acerca esa fecha nos vamos llenando de buenos deseos...ojalá y los que dirigen el mundo sientan igual...besosss amigo Fran
ResponderEliminarHermosos son los ojos de quien lee y ve belleza, y le gustaría que todo esto fuera posible. La esperanza, Mirella, es esa reserva de combustible que nos hace llegar al mañana. Como he dicho tantas veces, sin esperanzas ya estamos derrotados.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Maravilloso alegato, Francisco.
ResponderEliminarSi todos fuéramos niños o enamorados… La inocencia y el amor se encargan de unir aquello que dividen las fronteras, las religiones y las ideologías.
Un grandísimo abrazo.
P.D.- Por cierto, muy bonito tu poemario. Me gusta y me llega con sus aires mediterráneos, mis aires. Otro abrazo.
Inocencia y amor, Isabel, los dos ingredientes para que este sueño sea una realidad. Gracias por tu adjetivo. Y gracias por haberte bajado y leído mi libro. Tengo otros diez pendientes de colgar de forma gratuita en el blog, pero un jubilado no dispone de tanto tiempo como a priori se imagina, además de la falta de pericia en las herramientas informáticas. Gracias, muchas gracias.
EliminarBesos.
Ayer se publicó que dos niños murieron en el Mediterráneo en el intento de huir de una guerra, la noticia se amplio informando de la cantidad de niños que se pierden y caminan solos, de como asesino raptan a estos niños sabe dios para que, posiblemente para usarlos para la trata o bien como contenedores de órganos, la noticia era terrible no solo por su contenido y es peor por lo que deja entrever, mientras tanto Europa y España de forma más enérgica se niega a actuar a favor de todas estas personas que huyen de la guerra.
ResponderEliminarSaludos
A todos nos abrieron las carnes esas noticias, a las que se suman las de hoy. No me lleva a escribir de esto vislumbrarlo en el panorama inmediato, sino verlo como necesidad imperiosa en mi conciencia, Emilio.
EliminarUn abrazo
Comparto totalmente lo que dices en tus versos, los niños no entienden de razas ni de colores, como bien dices en tu entrada, se comunican jugando, que es lo que mejor saben hacer, son niños y actuan como tales, ¡yanquisieramos lonsmayoresnser como ellos!
ResponderEliminarLlevas razón en lo que dices respecto a los niños palestinos, lo están pasando muy mal, y su esperanza es jugar y reir para olvidar lo que sucede a su alrededor.
Besos, feliz semana.
Gracias, Demófila, por tus palabras. Creo que no sólo reciben daño los niños palestinos, sino también los niños judíos, aunque estos últimos estén más preservados físicamente; pero el gran daño que se les hace a ambos no es el riesgo de perder la vida, sino la maldad de arruinárselas sembrándoles el odio.
EliminarBesos.
Los niños no entienden de razas ni de credos. Son los mayores los que ya se encargan de separarlos o de enfrentarlos.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes toda la razón, Cayetano. Y como digo, ¿acaso no es perder la vida aprendiendo a odiar?
EliminarUn abrazo.
Los que vivimos en paz, no nos imaginamos siquiera lo que puede ser que una persona nazca, crezca y muera sin haberla conocido.
ResponderEliminarTiene que ser terrible vivir en ese clima de hostilidades permanente. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
No es nuevo aquello de "hay que ser como niño", si volviéramos a ser niños,las
ResponderEliminarguerras no existirían.
Quizás es que yo aún no he perdido la inocencia bautismal.
¡Ojalá no perdiéramos nunca la inocencia! Creo que según crecemos vamos a peor y finalmente la malicia no nos conduce a ningún sitio.
EliminarBesos.
Lamentablemente pronto dejarán de jugar juntos y cada uno se unirá a sus respectivos bandos.Un abrazo
ResponderEliminarDesgraciadamente será así, Felipe.
EliminarUn abrazo.
Francisco tu poema lo encabeza la amistad simbólica de esos niños(palestino e israelí). Ellos nos dan la solución y la respuesta a los males del mundo. Su inocencia, su deseo de compartir, de amar la vida y de ser auténticos...Ellos atesoran el mensaje de Jesús y sólo desde esa perspectiva inocente y humana podremos cambiar el mundo que nos rodea, porque el espíritu recuperará los valores humanos.
ResponderEliminarMi gratitud por esa profunda espiritualidad que te caracteriza.
Mi abrazo de luz y mi cariño.
M.Jesús
Muy bien visto por tu parte, María Jesús. Te agradezco esa profundidad que me asignas y que creo que se debe a los años, a la experiencia, a las vivencias.
EliminarBesos.
Algo tan natural, tan espontáneo y natural...
ResponderEliminar¿Cómo es posible que seamos así, que destrocemos toda posibilidad de paz y felicidad?
Me duele en lo más profundo.
Gracias por tus visitas.
Un beso y un abrazo grande y sentido.
;)
Une tu dolor al mía; hagamos vasos comunicantes entre el Nervión y el Guadalquivir: seguro que me ayudarás a caminar.
EliminarBesos.
Que razón llevas. El odio y la intolerancia se lo inculcamos los adultos. Bss y buena semana Francisco
ResponderEliminarGracias, Katy. por venir a leerme y dejar tu opinión.
EliminarBesos.
Nunca permitamos que nuestro niño interior se canse, que es de donde nos emana la mayor fuerza posible, para luchar por estos otros niños, que están viviendo situaciones muy injustas y absurdas. Que puedan vivir y conservar a pesar de todo, amor y pureza en su corazón.
ResponderEliminarFuerte abrazo, Paco.
Muchísimas gracias, Sara, por tu comentario y apoyo. Que tú también puedas vivir desarrollando todo tu amor.
EliminarBesos.
Se me parte el alma...se me hace añicos cada vez que veo imágenes tan horribles, descorazonadoras y deshumanizadas como las que cada día nos toca ver y sentir. Esos niños descalzos caminando sobre el barro frío con la carita llena de lágrimas, la desesperación y también, porqué no decirlo a gritos: la humillación de toda esa pobre gente...
ResponderEliminarNo soporto el mundo, Francisco. Me dan ganas de decir: paren este tren que me bajo
Y mientras, los todopoderosos, repugnantes e insensibles, mirándolo todo desde su poltrona.
Siento este comentario, pero tu poema hace recordar el desgarro del alma.
Besos.
Piensa que esta es también una forma de decir que me asquea este mundo que los adultos hemos fabricado, donde la mentira, la gran mentira nunca desvelada son los intereses económicos. La guerra es una forma de apropiarse de lo del otro; ahora no se habla del botín de guerra, pero ese es el norte de toda acción bélica: quedarse con las riquezas ajenas, convirtiendo a las personas en daños colaterales.
EliminarEstos niños no conocen la malicia del corazón del hombre y sus diferencias no les separa, sino que juegan juntos. Con este poema he querido parar el mundo, soñarlo de otra manera.
Gracias por tu comentario y un beso.
Lástima que el niño al crecer deja de ser niño
ResponderEliminarEs una pena que el hombre se desprenda de su mayor virtud que es la inocencia, esa que no prejuzga, sino que entiende que todo está bien hasta que deja de estarlo. Dice Jesús: "de los que son como niños es el reino de los cielos".
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