Con mayor frecuencia de lo que
quisiéramos nos formulamos esta o similar pregunta, sin saber dónde hemos
puesto las llaves, las gafas o el reloj antes de salir de casa, lo que suele
ocasionarnos algunos trastornos, además de retrasos indeseados, como también no
encontrar la palabra o el nombre que buscamos.
A la vista de las experiencias
ajenas, de los desastrosos finales que padecen las personas víctimas del alzhéimer,
solemos preocuparnos mucho cuando se nos olvidan las cosas, algo que se hace
muy común con los años. Me explicaba mi amigo Luis, médico geriatra, que los
problemas de memoria tan habituales en los mayores son debidos a la menor actividad
neuronal. En el cerebro hay millones de células las cuales se comunican entre
sí mediante conexión eléctrica intercelular; a medida que van desapareciendo
neuronas —las únicas células que no se renuevan en el cuerpo humano —, la
interconexión entre ellas se hace más lenta, lo que acarrea esos trastornos
transitorios de memoria, olvidos que son siempre más agudos al tratar de
recordar lo reciente, más que lo vivido en la juventud.
Como no se trata de hacer aquí
ningún estudio científico, ni estoy capacitado para ello, lo que pretendo es
tranquilizar a aquellos que como yo no suelen recordar a veces dónde han puesto
las cosas. Si acaso eres consciente de que estás sufriendo pérdida de memoria,
eso es simplemente un estadio habitual consecuencia de los años vividos y no
que estás haciendo una demencia. La persona cuyo deterioro acabará en alzhéimer
no es consciente de que va perdiendo facultades, así que en vez de alarmas, te
dejo un par de recomendaciones muy simple y útiles que a mí me da resultado:
- No confíe las cosas a la memoria; mejor escríbelo en la agenda.
- No sueltes las llaves en cualquier lugar; usa un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.
No coincido en lo que dices de que la persona con Alzhéimer no es consciente de sus fallos de memoria, pues hay una primera etapa en que sí lo es y por ello hay muchas que van ellos mismos al neurólogo. Tampoco me parecen los olvidos exclusivos de personas mayores, pues cuando llamáis a una casa, ¿habéis probado a dejarle el recado a alguien joven? Lo más seguro es que se olvide de darlo a quien corresponde y no porque su cerebro no funcione, sino porque está en otras cosas,que es lo que nos ocurre también muchas veces a nosotros.
ResponderEliminarPor desgracia, yo he tenido experiencia cercana con una persona enferma de Alzhéimer y he visto que la falta de memoria no es lo principal en esa enfermedad, sino que es más indicativo la falta de comprensión, pues falta de memoria la tenemos a todas las edades dependiendo de lo ocupada que tengamos la mente con otras cosas.
No es cuestión de polemizar con quienes han padecido de cerca la virulencia de esta terrible enfermedad. Sólo he querido hacer referencia a lo que cuenta la ciencia médica y la experiencia clínica. Ellos afirman que quien es consciente del deterioro debe estar tranquilo, pues quien está haciendo algún tipo de demencia no se percata de ello.
EliminarLamento mucho tu experiencia tan dolorosa y te dejo este abrazo como bálsamo.
INTERESANTE PROPUESTA, EN MI CASO HUBIERA LLENADO LIBROS, SIEMPRE PIERDO LAS LLAVES
ResponderEliminarUN ABRAZO
Seguramente que encontrarás mucha mejoría si consigues organizar un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar.
EliminarUn abrazo
Hay tantas teorías al respecto que ambos tenéis razón. Cada persona es un mundo y reacciona a la enfermedad de forma diferente, aunque el nexo común sea la pérdida de la memoria. Un abrazo grande. Soledad
ResponderEliminarGracias, Soledad. Yo te deseo que en ningún momento de tu vida te encuentres conjugando tu nombre, sola.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, muy buenas tus recomendaciones. La primera a mi me funciona muy bien. Cuidate amigo.
ResponderEliminarMe alegro de lo que comentas; eres la prueba del nueve de que la cosa funciona.
EliminarUn abrazo
Recuerdo que mi madre cuando perdía algo, rezaba a San Judas Tadeo y le aparecían, al menos, eso ocurría cuando yo estaba.
ResponderEliminarMi suegra, persona a la que quiero mucho, con 90 años, salvo por la memoria está como una rosa, aun vive solo y solo quiere vivir en SU CASA, olvida lo que tiene que comprar, o lo que se le ha dicho hace cinco minutos, pero recuerda a sus nietos, a sus bisnietos y además los quiere un "jartá", ella reconoce sus olvidos, en fin, cosas de tener 90 años.
Saludos
Tengo entendido que el patrón de las cosas perdidas es San Antonio, pero no tengo evidencias de eso. Lo de tu suegra es el claro ejemplo de cómo se suele recordar lo anterior, pero no lo reciente.
EliminarUn abrazo
Así es. Es algo muy corriente cuando se van cumpliendo años.
ResponderEliminarSin embargo, aunque comparto contigo que las cosas muy importantes hay que apuntarlas y no confiarlas a la memoria, es muy conveniente no apuntarlo todo para seguir ejercitando la mente. En mi centro (de adultos)hasta hace poco (antes de los recortes) teníamos un taller de atención y memoria para personas mayores. Y los profesores que lo impartían hacían ejercicios de "mantenimiento" con sus alumnos.
A mí me viene estupendamente la materia de historia porque me obliga cada año a repasar y memorizar algunos temas antes de impartirlos.
Un saludo.
Doy testimonio de lo que cuentas. Aunque también han pasado sobre mí los años y se notan, antes de los teléfonos móviles (celulares) me sabía casi todos los números de teléfonos; ahora ni siquiera los de mis hijos. Hay que ejercitar la memoria para que ésta no flaquee o se demore en hacerlo.
EliminarUn abrazo.
No te lo creerás, pero me has quitado un peso de encima. Últimamente mi memoria se ha deteriorado bastante. El médico me dice que es normal (los años... a lo que yo añadiría los desengaños, sólo por hacerlo rimar) Lo de las llaves... y lo de las gafas... y lo de... y lo de... Es que está bien lo de anotar, pero yo, como necia recalcitrante, me empeño en hacer trabajar a las neuronas que me queden que para eso están. Y si tienen que hacer horas extra, espero que no me pasen un recibo que no pueda pagarles.
ResponderEliminarBueno... mientras recordemos cómo nos llamamos y que estamos vivos y que queremos seguir viviendo, la cuestión no es grave. Digo yo.
Por cierto, tus relatos son estupendos. Y los temas actuales y sangrantes. Gracias.
Gracias, Aurora, por tu presencia y tu comentario. Creo que haces lo correcto en hacer que trabajen las neuronas y no se queden anquilosadas. ¡Ánimo, dentro de cien años todos estaremos en el mismo nivel de memoria!
EliminarUn abrazo
Tal cual. Creo porque lo he comprobado en cercanos y ajenos jóvenes y menos jóvenes, que los olvidos y despistes se dan siempre, pero a cierta edad saltan todas las alarmas. Hace años que yo hago ambas cosas. "Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio".
ResponderEliminarY la agenda es indispensable desde siempre. Tenemos muchas cosas acumuladas en la testa y no no nos podemos fiar únicamente de ella ella.
Bss
Tenía 19 años y todo lo fiaba a la memoria; entonces se acercó mi jefe con delicadeza y me mostró sobre el papel a hacer pequeñas anotaciones como recordatorios de la memoria y me ha sido muy práctico para toda la vida.
EliminarBesos, Katy
Todos tenemos despistes, lo peor de todo es cuando los olvidos se hacen cada vez más frecuentes, entonces ya pueden ser signos de alarma, a cualquier edad puede aparecer el alzheimer, aunque la más frecuente sea en la ancianidad, pero también se de casos de personas que con 40 años ya la padecen, de todas formas, debemos dejar siempre las cosas en el mismo sitio, así de seguro allí las encontraremos siempre, yo es lo que hago.
ResponderEliminarUn beso.
Yo he conocido algunos casos de demencia muy prematuros y alarmantes. Seguramente sean esas vivencias las que me han llevado a leer y escribir sobre el tema. Gracias, María.
EliminarUn abrazo
Fíjate, hago desde siempre lo que recomiendas y no me va mal.
ResponderEliminarDías antes de salir de viaje coloco un papel en el poyo de la cocina y hago una lista de lo que no me debo dejar atrás, el día de la salida voy echando a la maleta lo que voy tachando del papel.
Y por supuesto, mis cosas siempre están en su sitio habitual.
Esperemos que la enfermedad pase de largo, o mejor, encuentre cura.
Un abrazo Fco.
Mañana voy a salir por el fin de semana y haré el equipaje como me es costumbre: primero sobre un papel; hasta ahora no suelo olvidarme de nada. Confía y no temas, Elena, por tu callejón no pasa la desmemoria.
EliminarBesos
La edad no perdona y hay muchas otras cosas que salen a luz.
ResponderEliminarUn abrazo
Chelo querida, eres capaz de explicar todo un teorema con cuatro palabras. Gracias por tu cercanía.
EliminarBesos
Me contaron en la facultad que la memoria se pierde en sentido inverso a como se crea, es decir, se olvida lo reciente y se recuerda lo antiguo. En cualquier caso lo preocupante es cuando se olvida algo y se olvida, los otros olvidos momentáneos son sólo falta de atención.
ResponderEliminarNosotros vamos a seguir escribiendo cositas por aquí por allá, que este ejercido es un seguro para la memoria.
Un beso
Lo que te contaron en el aula es muy cierto. Más arriba contaba Emilio que su suegra, de 90 años, se acuerda perfectamente de todo lo antiguo. Por otra parte, este ejercicio diario en alguno y frecuente en otros, es muy bueno para mantener la actividad cognitiva.
EliminarBesos
Ay primo!!!! un tema que he vivido de cerca como muchos de los que te leemos... en fin!!!! de vez en cuando, suelo hacer cosas con la mano izquierda (dicen que va muy bien)... soy diestra, así que me cepillo los dientes con la izquierda... intento calentar los motores de ese hemisferio que casi no uso... no sé si servirá de algo pero yo lo intento... hago sudokus... samurais (que me encantan).
ResponderEliminarPor cierto, ayer perdí la llave del buzón... la encontré dentro de una barquilla de aguacates!!!! Besos cariñosos.
Prima querida, las vivencias de unos se repiten en los otros. Leí sobre la necesidad de ejercitar los dos hemisferios; entonces comencé a tratar de lavarme los dientes con la mano izquierda, pero me costaba tanto esfuerzo y lo hacía tan mal que olvidé pronto esa práctica y aquí ando a la buena de Dios.
EliminarTodo mi cariño.
Ayer mismo comentaba con una de las mamás de ballet,que su padre padece esta terrible enfermedad y en sus momentos de lucidez que aún tiene, se pregunta qué le está ocurriendo,por qué no recuerda tanto...
ResponderEliminarHay que ejercitar la mente sin caer en la paranoia y lo de estas cositas,hay que tomarlas con total normalidad.
Besos.
Tienes razón. Vivir preocupados por lo que sucederá es estar ya padeciendo en la salud. Hay que vivir con alegría y no caer en la hipocondría que nos arrastre sin remedio. Leer tus poemas y buscar en ellos el sentido último es un ejercicio muy recomendable.
EliminarBesos
Mi madre padeció esta terrible enfermedad.
ResponderEliminarUn beso
Lo siento de veras. Sé que harás sufrido mucho y lo lamento.
ResponderEliminarBesos
A mí me pasa todos los días, no sé donde he puesto las llaves o el móvil o determinados papeles. Y el caso es que suelo apuntar las cosas en agendas o cuadernos, pero luego me pasa que no las miro. Pobre de mí. Interesante reflexión; un abrazo.
ResponderEliminarSe trata de eso, de reflexionar sobre el día a día, sobre qué debe preocuparnos y qué cosas carecen de importancia.
EliminarUn abrazo
Amigo Paco, yo pierdo las llaves, las gafas, la cartera, el paraguas, el libro que estoy leyendo... casi todo, pero más tarde lo encuentro. Últimamente no tomo tantas notas porque se me olvida el bolígrafo , el papel o simplemente el apuntarlo. En ocasiones llega a preocuparme, pero otras se me olvida. Para ejercitar la memoria estoy tratando de aprender algo más de inglés que para pedir la cerveza, el café o el hielo del gin-tonic. Espero que no se me olvide ir a clase. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarHola Paco, muy interesante entrada. Creo que vamos al galope y no pensamos lo que hacemos. Ya lo hacemos por inercia. Y después no sabemos donde hemos dejado las cosas. Yo soy muy despistada lo reconozco, y a veces pierdo tiempo buscando cosas que no sé por donde andan.Pero creo que aun tengo mucha memoría y muchos despistes porque hago muchas cosas a la vez.
ResponderEliminarEso sí cuando algo es muy importante, lo escribo y tiro el papel al suelo para verlo constantemente y no olvidarlo. Da resultado porque tengo que levantarlo para limpiar, y después lo vuelvo a dejar en el mismo sitio.
Saludos y besos