...y las diestras manos,
como palomas en vuelo
rasante,
surcan las arenas de la
playa
en busca de cuerpos
quejumbrosos
o sedientos de caricias:
sólo los pies, sólo el
tronco,
cuello y espalda...
se trocea la anatomía
y se hace asequible a
precios chinos,
al misterio de manos
orientales
con su supuesto pedigrí
de expertas en relajación.
Una toalla mugrienta,
un mismo lienzo sobre la
arena;
manos ágiles, pequeñas,
manos que no se lavan entre
un cuerpo
y el siguiente;
ojos rasgados que se asocian
a cultura milenaria de
medicina paralela.
La degradación fue tomando
naturaleza antihigiénica
y aquel itinerar manipulando
ha pasado a establecerse
en espacios concretos
con títulos acreditativos.
Soy adicta a todas las prácticas de alivio. Reiky , masajes con piedras sanadoras , pero siempre me los hice en lugares parecidos a quirófanos. No tengo la suerte de frecuentar playas, pero seguramente es como lo dicen. Quizás para abaratar los tratamientos o para ganar más se han convertido en prácticas antihigiénicas. Eso ya no me gusta , no sólo por estética sino por salud. Pero bueno... todos tienen derecho a elegir.. qué lástima. No debiera ser así. Apapachos.
ResponderEliminarYo voy al masajista cada dos semanas y sé de sus beneficios y de cómo uno no puede ponerse en cualquier mano. Los efectos son inmediatos, la pena es que mi organismo vuelve de nuevo a las andadas y el dolor busca refugio y amparo en unas manos que son maravillosas.
EliminarApapachos.
Me fío pco de ellos, en la playa, ¡claro está!
ResponderEliminarNo cualquiera es de fiar. Esto pasaba hace pocos años en las playas españolas con unas chinitas tal como describo. En Marbella, desde hace un par de años o quizás algo más, han instalado estas pequeñas carpas, debidamente controladas y profesionales que sí son de una eficaz ayuda. No obstante, no cambio de las manos que bien me conocen.
EliminarBesos.
Mal de muchos consuelo de pocos. Perece que es una práctica que se ha extendido a muchos lugares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, al menos en España florecieron como los hongos o como las tiendas chinas, pero no todos los chinos son herederos del viejo conocimiento anatómico.
EliminarUn abrazo.
Un oficio milenario que cuenta con muchísimo intrusismo. Sé de uno que en vez de alivio encontró una lesión.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo tengo una vieja historia de columna y me consta el mucho intrusismo; pero incluso dentro de los profesionales, no todos saben tratar de manera eficaz.
EliminarUn abrazo.
Estoy contigo, nunca hay que ponerse en manos de cualquiera que nos venda duros a pesetas...
ResponderEliminarEspero que tus masajes dados por manos profesionales te alivien, aunque hayas de volver cada cierto tiempo regularmente a buscar el tacto sanador...
Yo estoy llena de contracturas por todas partes, algunas crónicas ya. De vez en cuando me pongo en manos de Ana, nuestra médico homeópata, acupuntora y quiropráctica, licenciada en medicina y titulada en lo demás.
Muchos besos, amigo!
:)
¿Y cómo puede tanta belleza tener esos padecimientos? A mí me trata Oli como si le debiera algo, pero me deja nuevo. De él me fío, pero no de cualquiera.
EliminarMuchos besos.
Nunca he necesitado de un masaje terapéutico, pero desde luego no me pondría en manos de cualquiera, como muy bien dices, compartiendo el sudor de la toalla con sabe Dios quien.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto que resultaba bastante repugnante, por eso las autoridades tomaron medidas e impidieron a las chinitas actuar de por libre; ahora hay algunos puestos como el de la fotografía, donde ofrecen este servicio personal profesional y documentado, con todas las cautelas higiénicas que la cosa merece.
EliminarUn abrazo.
Solamente los he necesitado dos veces. Una me fue bien, la otra fatal. ¡Como para fiarme de los de la playa! Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEs una suerte haber necesitado masajes en un par de ocasiones solamente. Como bien dices, no siempre la manipulación es la adecuada. Merece la pena tomar precauciones.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, buen poema aunque sea para criticar las malas conductas higiénicas saludables.
ResponderEliminarAfortunadamente nunca he necesitado de estos servicios. Dudo mucho que con lo escrupulosa que soy subiera a una de esas camillas sin cambiar la sábana y sin lavarse las manos la masajista. Además donde cuelga el titulo como está capacitada para dar esos masajes?
Cada cual es libre de elegir, pero si no hay una seguridad es mejor que no nos toquen.
Saludos y un abrazo
No, Isa, estas camillas sí son higiénicas; lo que no lo eres es una toalla tumbada en la arena, siempre la misma para todos los clientes. En lugar de ir vendiendo agua, camarones o refrescos, ofrecían sus servicios de tan mala manera; ahora lo han normalizado con estas tiendas y estas camillas, servidas por profesionales.
EliminarUn beso.
Qué buena descripción! Tus letras abarcan todo, es que son el reflejo de unos ojos inquietos y escrutadores de la realidad. Me alegra saber que tienes un buen terapeuta.
ResponderEliminarYo trato de serlo, además de los criteriosos consejos para moverse mejor.
Un abrazo.
Gracias, Rosa María, por tus dulces palabras. Espero que llegues a ser una buena terapeuta, que cuando tus manos surquen una espalda esta sepa inconfundiblemente que eres tú.
ResponderEliminarUn abrazo.