La cólera del mar
son macizos de agua,
moles gigantescas que se
engarzan en su derroche de
fuerzas
y de nateada espuma
que intimida y atropella
a todo aquello
que en tales días
se atreven a la aventura
marina.
Saltó el Levante
y cargó en sus lomos
un murmullo huracanado,
nubes madrugadoras
que se descorrieron
avanzando el día
y soleado zénit.
Este mar, por norma dulce
es un grito de furia agreste
que hace restallar los
cimientos
de la educada calma;
entonces, cuando muestra
su gesto agreste de enfado,
el mar presenta la fiera
angustia
y el terror repetido
de tantas cóleras y
amenazas.
Debe ser impresionante ver el mar montando en cólera. Y a la vez la majestuosidad de la naturaleza hará entender que su fuerza y poderío enseña al hombre cuánto debiéramos respetarla. La imagen da miedo , escucho el rumor enloquecido .de las olas que vienen y se van y vuelven a venir.Me encantaría presenciar ese espectáculo
ResponderEliminargigantesco contra el que uno no tiene defensa alguna.
Magnífica entrada. poeta de mar. Apapachos.
Siempre me ha dado mucho respeto el mar, y más cuando esta "encolerizado".
ResponderEliminarAbrazo!
Poseidón está enojado con los mortales. Viene de antiguo. Solo que ahora con los vertidos anda de peor humor.
ResponderEliminarUn saludo.
En el mar hasta la cólera es bella.
ResponderEliminarPrefiero el mar en calma, con olas plateadas recorriendo la superficie cual descargas eléctricas desde el centro de su corazón. Poseidón, como dice Cayetano, está entonces dormido y plácidamente se deja mecer por el sonido de las corrientes.
ResponderEliminarUn saludo
El mar en calma es precioso, pero realmente cuando está enfurecido hace pensar en muchas cosas,entre ellas lo insignificantes que somos.También me hace pensar en las personas que son demasiado pacientes y a fuerza de estar mucho tiempo calladas de repente se vuelven como el mar. Saludos
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