Ya ves,
la luz se deprime, muy fatigada,
tras la estela del
viajero
de fuego
cuando su ardoroso ímpetu
se oculta como azorado
y apaga su incendio incontinente.
Hay antiguas rutas comerciales
y nuevas autopistas,
pero el camino de la sabiduría,
el puente al infinito,
es tan viejo como el tiempo
y tan laso como el espacio
en su diagrama eterno.
Mientras la manecilla corta del reloj
pasa dos veces al día
por el mismo punto,
el camino astral
pasa una sola
—con continuas derivas—
anunciando la noche
y haciendo sonar
el contrabajo tenebroso
de los desasosiegos.
Ya ves,
siempre es lo mismo,
cada día un apagón entristecido
de añoranza
con el repetitivo acento de la mismidad,
mientras mil luceros centelleantes
se asoman tras las sombras
a ocupar el vacío.
Los atardeceres han vacíado muchos bolígrafos, pero este tuyo, con esas imágenes tan bellas me ha transportado a algunos que los he vivido como inolvidables.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por tus palabras y puntualidad.
EliminarBesos
"Ya ves
ResponderEliminarsiempre es lo mismo
cada día un apagón entristecido
de añoranza " ¡No puede ser más elocuente y más bello.
Soy una enamorada de tus versos.Hoy , tu poema me regaló un derroche de ternura y una dulce añoranza.
La imagen vistió de fiesta tus palabras.
Eres un poeta que enternece y agasajas al lector. Quién no querría leerte ?
¡Apapachos !:)
Tus comentarios siempre son desbordantes, cosa que te agradezco por su espontaneidad. Te confieso algo: este poema fue escrito ayer en la sala de espera de la clínica, mientras esperaba pasar al traumatólogo, en medio de un gentío, de ello es testigo Pepita.
EliminarEl acto creativo nunca es igual, pero a veces brota como un manantial de manera incontrolada.
Cuento de que tú siempre quieres leerme.
Apapachos.
Todos los días el mismo recorrido, haciéndonos soñar, llenándonos de gozo o de melancolía...todos los días esperado...mas el atardecer de la vida siempre queremos alargarlo...
ResponderEliminarBellos versos, Francisco
Un abrazo
Yo estoy viviendo el atardecer de la vida y lo que trato es de perpetuar los instantes, las sensaciones.
EliminarBesos.
Todos los días un apagón pero con distintos tiempos, no como tu poesía que siempre llega con la misma calidad.
ResponderEliminarAdmiro tu maestría a la hora de contar cualquier momento.
Un abrazo Fco.
Muchas gracias, Elena, por tu amable comentario.
EliminarUn beso.
Los atardeceres tienen una luz especial, invita a la relajación y al recogimiento. Un abrazo
ResponderEliminarAsí sucede, hasta los animales se recogen cuando cae la tarde; luego inventamos la luz eléctrica y le robamos tiempo a la noche, pero no es lo natural y por eso nos inclinamos a ello.
EliminarBesos.
En cualquier lugar puede surgir un poema, porque ya se lleva dentro. Pudo ser engendrado junto a una cascada, al borde de un acantilado o contemplando al atardecer el vuelo de las garcillas en busca de aposento donde tras la algarabía y disputa por escoger el mejor rincón de una rama, dormir hasta el despuntar del día. Luego nacerá en el momento más imprevisto.
ResponderEliminarAsí sucede algunas veces; otras, como dijo el maestro, es mejor que la inspiración te pille trabajando. Muchas gracias, Angulu.
EliminarUn abrazo.
El crepúsculo es un buen momento para la meditación ante el espectáculo de belleza que se abre ante nuestros ojos.
ResponderEliminarUn saludo.
Es cierto, Cayetano. Parece como si el exceso de luz no nos permitiera contemplar lo que hay sobre nuestras cabezas. También la noche se presta más a la meditación que el pleno día.
EliminarUn abrazo.
Ese viajero de fuego...dá el toque de salida cada día y comienza la carrera de la vida...Unos van más deprisa y otros más despacio, pero lo cierto es que numerosos pensamientos y sentimientos marcan
ResponderEliminarnuestro camino...Y ese viajero de fuego al final del día nos espera...Nos pregunta por el amor y nos envuelve en un abrazo de sueño...Precioso y reflexivo tu poema, Francisco. Seguiremos vislumbrando nuevos crepúsculos y aprendiendo a vislumbrar la "ruta de la sabiduría..."que siempre va unida a la humildad y al amor...sonrío.
Mi felicitación y mi abrazo grande, poeta y amigo.
M.Jesús
Es el momento reflexivo, el momento de las preguntas, de las dudas... de sentirnos empequeñecidos ante tamaña grandeza. ¡Cómo agradezco tus palabras!
EliminarBesos.
Me gustan los atardeceres, me parecen bonitos sean como sean, más o menos luminosos no sólo en función de la luz, sino dependiendo de cómo haya ido el día. Muy buenas letras Francisco. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amigo.
ResponderEliminarGracias, Pepe, por tu constante presencia en mi blog y tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Pero cada día el sol vuelve a salir.. solo tienes que darte la vuelta para que no te pille de espalda.
ResponderEliminarY nos iremos, Paloma, y seguirá saliendo y ocultándose puntualmente.
EliminarBesos.
Que bonitos que son los atardeceres mirando el horizonte.
ResponderEliminarUn mundo de color.
Hermoso poema Francisco.
Un beso grande.
Gracias, Luján, por los hermosos ojos con los que lo has leído.
EliminarUn beso.
Puede ser que sean iguales, que todo transcurra con absoluta parsimonia o no, que el reloj del tiempo sea irrefutable, pero no todo el mundo sabe ni describe estos hechos de la misma manera y tú, como siempre, lo haces desde una infinita sensibilidad.
ResponderEliminar:)
Besos.
Mi niña, ¿te das cuenta de que me has piropeado, Marinel? Y ahora, ¿cómo te lo agradezco?
EliminarBesos.
Me gustan tus versos, me encanta el atardecer y me dejas una bella frase que entresaco
ResponderEliminar"mientras mil luceros centelleantes
se asoman tras las sombras
a ocupar el vacío."
Siempre es igual, pero siempre es nuevo. Solo depende de nuestra mirada.
Bss
Eso es lo misterioso, Katy, que nos resulte nuevo lo que siempre es lo mismo, aunque con distintos matices. Muchas gracias.
EliminarBesos.
Hermosos versos! Y los atardeceres son sus aliados.Me gustó este blog.Saludos.!
ResponderEliminarPues has llegado a tu casa, Idolidia, y te agradezco tus palabras.
EliminarSaludos.
Me dejas asombrado. ¿Cómo es posible que un poema así surja en una sala de espera rodeado del bullicio de la gente? Eres increíble. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEso, Felipe, sucede cuando uno lo lleva en la cabeza y él solito hace por salir; otras veces tienes que andar a su búsqueda y no quiere aparecer ni en el más profundo silencio.
EliminarUn abrazo.
Siempre tan locuaz y sincero en tus versos. Sigue con tus versos inspirados en momentos ciertos. Besos querido primo.
ResponderEliminarMuchas gracias, prima, por tus estímulos.
EliminarBesos.
¿Qué tendrá el atardecer que nos inspira tanto? ¿Serán los últimos rayos del sol dorado lamiendo nuestros recuerdos? ¿Será la llegada del impetuoso carro de la oscura y negra noche?
ResponderEliminarUn beso
Posiblemente la añoranza de la luminaria cegadora perdida, Carmen. No sabría explicarlo, sólo que me veo arrastrado.
EliminarUn beso.
Amigo Francisco: No nos apabulles: leerte sin más es querer seguir la estela del viajero
ResponderEliminarde fuego. Por ello yo me emociono. Ángel
No es mi intención, Ángel, sino la de estimular los sentimientos de quien lee.
EliminarUn abrazo.
Cada día un apagón pero ... son apagones bellos y no tristes , los atardeceres no son tristes , algunos son más hermosos que otros pero son alegres , el Sol se esconde porque ya ha cumplido su misión de alumbrar el día y se esconde alegre porque sabe que volverá por la mañana , se esconde feliz y deja paso a la maravillosa Dama de la noche que es también hermosa aunque a algunas nos guste más o menos que a otras .
ResponderEliminarY bueno, Francisco, ya tengo mi ordenador de nuevo y aquí vuelvo a daros un poco la lata ,jeejejejeje. Perdona mi ausencia de tu Blog pero me costaba mucho comentar desde la Tablet , pero ya estoy de nuevo contigo.
Un abrazo grande .
Se esconde a nuestra vista, pero él va de camino repartiendo luz y calor a otras latitudes. Me alegro enormemente que hayas recuperado tu ordenador, lo cual me beneficia.
EliminarBesos.
Bello poema sobre la eterna ceremonia que se celebra en el borde del ocaso. He seguido tu consejo y he dibujado un sol que ha iluminado mi gris melancolía. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, Emma, pero no tienes por qué seguir al pie de la letra lo que yo te sugiera.
EliminarUn abrazo.
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