La Compañía Nacional de Teatro
Clásico ha presentado en Sevilla, en el teatro Lope de Vega, La
verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, en versión de Ignacio
García May y bajo la dirección de Helena Pimienta. Esta obra dramática fue
escrita en verso entre 1618 y 1621. Se publicó, bajo el nombre de la Parte segunda de las comedias del autor,
allá por 1634. Comenta la directora del montaje, en el programa de mano: “el texto puede inscribirse dentro de un
grupo amplio de comedias de varios autores en sintonía con los afanes de
Olivares para reformar las costumbres heredadas del reinado de Felipe III,
intentando ofrecer mejores horizontes a un país inmerso en la corrupción, la
vanidad, la ostentación y el lujo”.
Todo ello en busca de una
rectitud moral que, como ahora, había hecho mutis por el foro. ¿No me diga que te
suena? Por lo que se ve, la situación presente viene a ser una especie de virus
que renace periódicamente o que nunca se extinguió del todo. Lo cierto es que
el casquivano del segundo hijo de Don Tristán, por fallecimiento de su hermano
mayor, es examinado por su padre, a quien le horroriza cualquier mácula que su hijo pudiera tener y
no hacerle honroso merecedor de la dignidad que iba a recibir.
Don García, el agraciado hijo de
Don Tristán, es un mentiroso compulsivo que cada vez que es cazado en una
mentira corrige esta con otra mayor, gracias a su desbordante imaginación. De
enredo en enredo, se produce una serie de hilarantes situaciones, de equívocos,
como hilo conductor de toda la comedia. Don García hace de su propia virtud
mentira y en medio del embrollo se ve necesitado de un inmenso despliegue de
mentiras que se contraponen unas a las otras tratando de justificar la anterior.
De tal guisa que usa toda una suerte de ellas: de seducción, de defensa, de
necesidad, piadosas, maliciosas...
Lo irónico de la obra respecto al
presente, y lo que hace inmortales a los autores del canon, es precisamente la
actualidad del tema, pues parece ser que también hoy, para detentar el poder,
necesitan “los García” de turno una sarta de mentiras que no se desdicen, sino
que se ahorman a las vicisitudes de cada instante. Un espectáculo de calidad;
una oportunidad para la reflexión.
Sin duda sera para reflexionar, un abrzo
ResponderEliminarAhora par a mis bkogs directo pincha mi nik y vas directo el otro fllecio
Me paso ahora por tu blog, pero no he entendido bien qué has querido decirme. Te busco.
EliminarUn beso.
Cada cierto tiempo Ruiz de Alarcón se levanta de la tumba y agita conciencias. Un abrazo Francisco.
ResponderEliminarEsa es la virtud de los clásicos así como de los temas universales.
EliminarUn abrazo.
No aprendemos de nuestros errores.
ResponderEliminarSaludos
Al contrario, Emilio, y tropezamos una vez y otra en la misma piedra.
EliminarUn abrazo.
Parece mentira que cosas escritas hace cuatrocientos años sigan de actualidad, pero así somos. ¿Lo llevaremos en los genes? Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEl amor, la muerte, los celos, la envidia, lo trascendente... hay temas que son inagotables y perdurables.
EliminarUn abrazo.
Espero que la obra pase por aquí también, porque me apasiona el teatro de esa época. No me la perdería aunque no estuviera tan de rabiosa actualidad, lamentablemente.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Pues sé que ahora estarán dos semanas en Madrid y luego hacen una gira por Logroño, Bilbao y... tal vez Oviedo. Pero esta Compañía Nacional suele pasar el mayor tiempo en el teatro de la Comedia de Madrid, su sede.
EliminarBisous
Seguramente la obra es muy interesante . Es increíble a lo que llevan las mentiras, una vez que te enredas con ellas no hay modo de salir, cada vez son peores .Mitómanos hay muchos, que finalmente terminan creyendo en sus propias mentiras. ¡qué feo...!
ResponderEliminar¡¡APAPACHOS !!
Para oír mentiras actuales, escucha en noticiario en televisión: los políticos se desdicen de un día al siguiente sin el menor rubor y dicen que la nieve arde y se quedan tan frescos.
EliminarApapachos.
Soy una forofa del teatro.Casi siempre te divierte ote hace reflexionar como en este
ResponderEliminarcaso. Los hombres hemos asistido a un progreso sin igual, pero el alma humana sigue instalada en los mismos defectos y vicios. No hemos cambiado nada.
Bss
Has dicho una gran verdad, seguimos almacenando en el alma la misma basura que el hombre de la edad de piedra.
EliminarBesos.
Sabia que habias ido al teatro y espera tu publicación y ahora, después de leerlo, te digo...
ResponderEliminarPor qué no la pones en Leo y comento ,tu otro blog, para que sus lectores puedan leerla tambien?
Un abrazo
No lo había pensado hasta que he visto que me lo sugerías y ya lo he hecho. Pensé que era sólo para los libros leídos. ¿Verdad que soy obediente?
EliminarBesos.
Dicen por aquí que la humanidad no ha avanzado absolutamente nada a lo largo de los años. Y será verdad.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Ha avanzado mucho tecnológicamente. Si volvemos al tiempo de las hachas de silex y hacemos una panorámica visual hasta el día de hoy, es asombroso los avances que ha hecho el hombre. Pero su alma sigue siendo la misma y hasta posiblemente más insolidaria cada vez. Nos alimentamos mejor, nos aseamos y vestimos mejor, pero la conciencia, el alma sigue igual de sucia movida por la ambición fundamentalmente.
EliminarBesos.
Amigo Francisco.
ResponderEliminarMientras el humano exista, y así mismo no se mentalice llenando el alma de lo bueno y lo bello, limpiando así su parcela en el corazón, siempre existirá esa mentira que aumenta y siembra la desdicha.
Desde el principio del tiempo, ha sido y seguirá siendo la mentira, compañera de la ambición.
Tus letras de hoy son buenas para reflexionar, gracias.
Un abrazo.
Ambar
Pero cabe la esperanza, Ambar, cabe la esperanza. A propósito de esa esperanza, al menos para aquellos que tenemos fe, dice el profeta Isaías, (11, 1-9): "serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá... nadie hará daño... porque la tierra estará llena del conocimiento de Dios.
EliminarDe momento, y tal vez más que nunca, el hombre sigue siendo un lobo para el hombre, pero habrá un día en el que reine la paz.
Un abrazo.
El hombre ha cambiado poco, una vez que se cae el barniz que da la educación, sale el animal que hay dentro.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo has descrito muy gráficamente, Antorelo. La educación e la que nos hace cambiar un poco lo que el instinto nos dicta.
EliminarUn abrazo.
Sin ir más lejos el Telediario es una sarta de verdades a medias, cuando no propaganda política. Lo que es peor que la mentira. La sociedad ha evolucionado poco en cuanto a mejorar la ética y dar gato por liebre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las verdades a media, en el fondo, son mentiras disfrazadas y esas son las que nos ofrece la propaganda política.
EliminarUn abrazo.
Ruiz de Alarcón hace una buena crítica del hombre...La materia lo suele enredar en vanalidades y se olvida de la moral, la conciencia y el alma...Entonces surge la mentira y la hipocresía...Y así ha sido siempre...El materialismo, la riqueza y la opulencia no se llevan bien con el espíritu, que quiere caminar libre de apegos de la mano de la humildad y la sencillez...sonrío.
ResponderEliminarMi gratitud por informarnos, Francisco. Mi abrazo grande y mi cariño.
M.Jesús
Así es, María Jesús, tal cual. Para muchos, alma y cuerpo están disociados, pero nada más lejos de la verdad, pues el materialismo arrastra a la conciencia hasta hacer desaparecer todo rastro de ética y nos comportamos como verdaderas alimañas.
EliminarBesos.
Ya sabían entonces, como siempre ha sido y será en el futuro, tomar con sentido del humor las mezquindades humanas, las de siempre. Progresa la humanidad materialmente, hay cambios morales en la forma de ver ciertos asuntos, pero nuestra esencia, la buena y la mala es la misma. Un saludo.
ResponderEliminarCon rectitud ética nada de esto sucedería, pero somos un saco de egoísmo insaciable y sin fin.
EliminarUn abrazo.
Gracias por compartir la tarde de té como siempre, me alegra tanto que les guste a todos esta manera de sentirnos cerca aún a la distancia, sabiendo que del otro lado alguien sonríe o se emociona. De eso se trata este medio: de aprender, de enriquecernos... de ayudar.
ResponderEliminarCariños Francisco
Compartir es la asignatura que solemos suspender curso tras curso. Cuando se comparte, el mundo se hace más ancho y las fronteras más franqueables.
EliminarBesos.
Hola Francisco, parece una obra interesante.
ResponderEliminarEl hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero yo creo que tropieza infinito. La mente, mejor dicho los sentimientos humanos queda estancada como las aguas cenagosas donde hay animales y las ensucian. Pues asís somos los humanos egoístas y avariciosos.
Que hayas disfrutado de la obra junto con tu esposa
Saludos y besos
En otras palabras, Isa, que somos unos trepas, que no nos importa pisar al otro con tal de sacar nosotros la cabeza. Esa es la característica humana, que va mucho más allá de la supervivencia animal.
EliminarBesos.
Por el cartel parece que la adaptación la traslada de época. ¿Han adaptado también el lenguaje o permanecen los versos tal como se escribieron? Es que algunas veces las adaptaciones son más recreaciones que otra cosa.
ResponderEliminarEl lenguaje es el mismo, no sólo en cuanto a los versos, sino también al uso de palabras que luego han evolucionado con el tiempo y que los actores las mantienen, lo que hace estar viviendo un hecho del siglo XVII. Son las conductas humanas las que nos recuerdan que el hombre sigue en sus trece y que ha evolucionado el habla, el modo de vestir, de alimentarse, se ha revestido de innumerables medios tecnológicos, pero su conciencia sigue siendo la misma. Inevitablemente, viendo la obra no tiene uno más remedio que trasladarse al tiempo actual y ver que estamos rodeados de mentirosos que hacen por trepar social y políticamente, como en todo tiempo, con la moneda de la mentira.
EliminarUn abrazo.
Sin duda que precisamente tanto antes como ahora y por la actualidad del tema, la temática de la obra no se desvía ni un ápice respecto a lo que está sucediendo en nuestros días. Los que hoy en dia ostentan el poder, han precisado de mil embustes para engañar a 45 millones de españoles.
ResponderEliminarEs sabido que el Pueblo que olvida su Historia, está condenado a repetirla.
Y así nos luce el pelo.
Un abrazo, mi entrañable Francisco.
No basta con la denuncia, José Luis, necesitamos quitarnos de encima a esta plaga de mentirosos y corruptos, a quienes se tapan los unos a los otros, a todos los inmorales, y establecer la política como un servicio y no como una servidumbre de la que aprovecharse.
EliminarUn fuerte abrazo.
Debajo del mismo cielo y el mismo sol
transitan cada día nuestros sentimientos,
por un puente construido con amor y ternura
que nos une de corazón a corazón…
Un hermoso puente llamado amistad.
Gracias por acompañarme siempre
con la magia y el silencio de las palabras.
Un abrazo y feliz fin de semana
con una sonrisa en las pupilas de la ilusión.
Atte.
María Del Carmen
Muchas gracias, María del Carmen.
EliminarUna gran obra que, como bien dices, mantiene su interés precisamente por su tremenda actualidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa es la virtud de las grandes obras clásicas, que abordan temas eternos.
EliminarUn abrazo.
La historia siempre se repite. Es igual que la moda, antes o después, vuelven los pantalones de campana.
ResponderEliminarCreo que esta obra la leí en clase hace mil años. No me importaría retomarla.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
Es cierto, nos pasamos la vida repitiendo las mismas cosas una y otra vez.
EliminarUn beso.
La sociedad no cambia Francisco, tanto para lo bueno como para lo malo... así somos y como dicen en el Telediario... así se lo hemos contado. Espero que disfrutaras de la Obra, la verdad es que es una gran compañía; la conozco un poco porque mi cuñado en ocasiones ha trabajado con ellos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEl único medio conocido para hacer que la sociedad cambie es cambiar yo. Todos tenemos conductas que cambiar.
EliminarUn abrazo.