A la virtud la asecha y acosa la noche
con toda una baraja de encartes
capaces de rendir la pureza de espíritu.
Aunque no se explicita,
es el dinero quien toma la iniciativa
y termina por domeñar el pulso
y provocar el vómito
al más puro manantial de agua cristalina.
No es imprescindible contar
con renacuajos sobrenadando el lodo,
sino provocar la sed
y deslumbrar con los destellos
del metal brillante y sonante,
con la pulcritud del metálico
y repartir migajas a los lugartenientes.
Yo mismo, en un pretérito anterior,
en el que se manejaban las rubias
fui tentado con medio potosí y sentí miedo,
porque estaban decididos a convencerme.
¡Qué frío es el dinero nocturno
y qué frágil el cristal de la honestidad,
cómo se raya con la luz y deja
una pestilente mácula para siempre!
El reloj de la vida surca un cauce natural,
pero cuando se desvirtúa,
no hay cuerda ni pilas que le lleve
con precisión a la meta soñada.
Corruptor y corrupto, dos caras de una misma moneda que forma parte de la condición humana, es por eso que hay que porner el máximo de controles para evitatarla y el que lo hace que lo pague, ¿que es eso que dice el PSOE de que sancionar a las empresas es complicado?, es tener voluntad de intentar resolver un problema enquistado en este país de pillos.
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