Te has ido de puntillas,
como se desvanece el sol
por la vereda del ocaso,
sin oponer resistencia,
corriendo tras de si un velo opaco,
antes de que se enciendan los astros
como alternativa
y enmudezca tu sonrisa refulgente.
Te has marchado en silencio,
como se apaga una lumbre,
como el otoño da carpetazo
al tórrido verano
y la luz pierde su entidad fogosa.
Saldrán los coros de ángeles a recibirte
y lucirán sonrisas de plumas blancas
al ritmo de acordes celestiales,
con los que atravesar el atrio
y llegar a la divina Presencia.
Aunque no todos lo noten,
en mi calle se ha apagado una estrella.
Oh!!! Siento que se haya apagado una estrella y te envío un abrazo por si lo necesitas.
ResponderEliminarSiempre viene de perlas un abrazo, Chelo. Espero que tú y los tuyos estéis muy bien.
EliminarUn abrazo.
Esa estrella apagada seguirá alumbrando en el corazón de todos los que la van a recordar al igual que brilla en tu poema. Saludos
ResponderEliminarTu solidario poema nos llega a todos y nos hace reflexionar en lo efímero de la vida...Mi abrazo y mi ánimo, Francisco.
ResponderEliminarOh, cuánto lo siento. Con mucho retraso, pero con sinceridad te acompaño en tu sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.