Cuando amanece,
el día arrastra el tartamudeo de las dudas,
pero enseguida clarea
y la luz disuelve todos los equívocos,
los convierte en verdad radiante
y sigue avanzando hacia el orto.
Acribilla la luz los engaños
y los vuelve de revés
como si de un vómito indigesto se tratase.
De frente acribilla la luz
como dispuesta a abatir los obstáculos,
pero detrás de cada uno de ellos
una cortina de sombras sosegadas
se estira en el suelo sobredimensionada.
Los girasoles despiertan del sueño
y en formación, dirigen la mirada
hacia el oriente, hacia donde en todo momento
están en interminables hileras
con sus inmensos ojos amarillos.
Cuando amanece,
la vida es un disparadero
y un alboroto al que cuesta volver la espalda.
En ese momento de recibir "el orden del día" que cumpliremos.
ResponderEliminarBesos.
Cuando amanece...empieza la vida y debemos dejar atrás lo negativo y abrazarnos a la luz para seguir iluminando a los que nos rodean...
ResponderEliminarMi abrazo, amigo.