Libertad de… Libertad para…
Me siento libre, hasta que
la vecindad
se hace interferencia
y comparte conmigo las zonas
comunes
o nos excluimos en reclusión.
Libre, como el aire que va y
viene
sin conocer su origen ni
destino
y pasa acariciando la frente
de todos los viandantes,
sin tomar en cuenta la
opinión ajena.
Libre, como el agua del río
para desplazarse corriente
abajo,
pero incapacitada de
remontar el curso;
libre para entregarse a
otras aguas
o para perderse entre la sal
marina.
Libre, como el agua del mar
para cabalgar las olas
y para retroceder
arrepentida
cuando se estrella en la
playa.
Libertad de… Libertad para…
Es una palabra muy bonita que se malinterpreta siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Porque cada quien la acomoda a su YO y prescinde de su sentido último, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Suerte tiene, suerte de libertad.
ResponderEliminarTodos hablan de libertad, desde Nino Bravo hasta los de Vox, pasando por los neoliberales más recalcitrantes. Un concepto que todo lo aguanta. Malo cuando se politiza. Comparto contigo tu sentido natural y vital del término.
ResponderEliminarUN abrazo, Paco.
Que grande es sentirse libre para hacer lo que nos apetece pero con responsablidad sin perjudicar a nadie y sabiendo que también tenemos obligaciones porque siempre hay gente que usa su libertad para propio beneficio aunque perjudique a los demás.Saludos
ResponderEliminarLa libertad es toda una utopía. Tu lo expresas muy bien, pero estamos limitados por tantas cosas, Francisco. A pesar de eso seguimos deseándola y nombrándola como bandera de esperanza.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo
La libertad termina, donde comienza la del otro.
ResponderEliminarBesos
La imaginación siempre libre, Paco. No hay nada que la someta.
ResponderEliminarAbrazo.
Un bello poema que habla de esa liberad que todos deseamos. Saludos Amigo Francisco.
ResponderEliminarUna manera de ser. Creo que nacemos con ella. Libertad. No hay palabra más bella, bueno, sí... Se me ocurren otras.
ResponderEliminarLa libertad, ese preciado tesoro que nadie quiere perder.
ResponderEliminarBesos
Sólo nos damos cuenta cuando la perdemos.
ResponderEliminarAhora, en estos momentos, no somos libres en el mundo.
Estamos presos.
Tenemos que cuidarnos.
(Me fui para otro tema)
Un abrazo
Excluirse en reclución es una manera de ejercer la libertad personal.
ResponderEliminarEso hacemos muchos estos días, hasta donde podemos.
Saludos.
ResponderEliminarHermoso poema, Francisco. Dios no ha dado libre albedrío, pero no lo sabemos usar. Como humanidad, somos un desastre. Abajo he citado unos versos tuyos que me recordaron las inundaciones en todo el mundo, porque el agua en esas catástrofes fluye hacia arriba y deja las casas, vehículos, etc., tapados. Los dos versos siguientes me encantan, eso de perderse entre la sal marina.
Gracias por compartir este preciosa poema. Abrazo
Libre, como el agua del río
para desplazarse corriente abajo,
pero incapacitada de remontar el curso;
libre para entregarse a otras aguas
o para perderse entre la sal marina.
Nunca pensé que el estado me considerase una presa, ni me privase de libertad. Pero, ¡qué decir de poder compartir mi casa con mis seres queridos en una cuarentena con un fin tan precioso como es proteger a los demás!Presa, sí, dentro de los muros de mi casa, como casi la mitad del ser humano. Tiene que hacérsenos llevadero por fuerza si conseguimos vencer, que lo haremos.
ResponderEliminarUn saludo y cuídate
¿Qué es la libertad?, dímelo tú poeta, pofa
ResponderEliminarUna palabra muy bella, pero que de nada sirve... alas rotas por cadenas invisibles, vuelos truncados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Bello poema de esa libertad que ahora mismo no tenemos.
ResponderEliminarPareciera que todos cometimos un crimen y estamos aislados, confiscados en nuestras casas porque algunos mandatarios no hicieron los deberes como deberían.
Las nubes son libres, los pájaros son libres, el viento es libre y la lluvia es libre en estos días.
Abrazossss