Tú,
Belén, tierra de Judá,
verás
nacer a un príncipe.
(Mt 2, 6)
Del muy recóndito Oriente
vinieron los Reyes Magos
a ofrecerle al niño Dios
los frutos más refinados.
Baltasar le entrega oro
reluciente como el sol,
reconociéndole Rey,
hijo del Dios Creador.
Gaspar incienso de dioses
con que aromar el establo,
y Melchor, el más humilde,
mirra entonándole salmos.
Herodes tiende celadas
con que engañar los Magos
prometiendo adoraciones
que nunca hubiera tramado.
Los tres Magos asintieron,
sabiendo que incumplirían,
pues no volvieron jamás
por los caminos de ida.
Tras ver la cara de los niños, ayer noche, daba igual de donde vinieran, ellos soñaban con sus regalos.
ResponderEliminarY es cierto, aunque cierta ilusión perdura, llega Herodes y ya no es lo mismo.
Un abrazo.
En este día todos volvemos a ser como niños, Emilio. Esta mañana he estado oyendo en la radio a niños que llamaban ilusionados contando la magia y acaba uno por contagiarse.
EliminarUn abrazo.
Los que ya tenemos una edad no esperamos oro, incienso y mirra; sino calcetines, un jersey o una camisa.
ResponderEliminarFeliz día de Reyes, Paco.
Y de niños todo eso más la caja de lápices Alpino.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Es bueno que sigamos homenajeando a los Reyes Magos, nuestro niño interior nos lo pide y lo necesita para seguir creando y recreando la vida con ilusión y esperanza, Francisco.
ResponderEliminarEspero que te traigan fortaleza e inspiración para seguir escribiendo y haciendo felices a los que te rodean.
Mi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
La inspiración no la he probado, pero fortaleza mental para vadear la vida sí que tengo. Muchas gracias, María Jesús.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me gusta tu romance.
ResponderEliminarMe parece que hemos elegido la misma imagen. Un abrazo .
No es de extrañar que coincidamos en la misma imagen un día como hoy, Chelo.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Qué tierno!
ResponderEliminarGracias, Tracy.
EliminarBesos.
Gracias corazón bonito de amigo, por ese maravilloso comentario y siempre tenerme en tu recuerdo, aunque yo, tarde en pasar por temporadas, pero no estas en el olvido.
ResponderEliminarTodo llega y todo pasa, y así lo vivo, unas cosas duelen más que otras, pero hay que seguir adelante.
Quie hermosamente nos cuentas la historia de aquellos días, oro, incienso y mirra, tres valores que brillan dentro del ser humano como la estrella que por dentro nos guía siempre a la luz.
Un abrazo.
Ambar
Muchísimas gracias, Ámbar, por tus dulces palabras.
ResponderEliminarUn fraternal abrazo.
Nunca dejamos de ser niños... y es un lazo que nos abraza muy tiernamemente a ti y a mí, Paco. Yo me siento muy orgullosa y agradecida con Dios, de ser tan niña y conocer personas niñas, dentro de las que siempre sobresales.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Estoy de acuerdo contigo, Sara. Además de eso, recordemos las palabras de Jesús: "De los que son como éstos (señalando a unos niños) es el reino de los cielos".
EliminarUn abrazo.
Compusiste un hermoso poema amigo. Los niños reflejan la inocencia y la ilusión más desbordante en un día tan especial para todos.
ResponderEliminarUn abrazo y deseo que este nuevo año te traiga grandes alegrías.
Muchas gracias, Jorge. Yo mismo sigo vibrando la mañana de Reyes y despierto antes de lo que lo hago normalmente.
EliminarUn abrazo.
Que bonito que le escribe los angeles a los reyes.
ResponderEliminarBesitos muchosss
Cuidate mucho, Inma, y confía que todo llegará en su momento.
EliminarBesos.