Al filo de los cincuenta
años no había madurado,
era un alma de peluche
que a veces se defendía con
un zarpazo
por lo más nimio
o compartía con un colega
sus escasas pertenencias.
Hay caminos que son como
destinos genéticos:
su padre murió de cirrosis
antes de que él cumpliera
los dos años
y su madre se subió a una
tangente
que conducía al cielo
cuando Manolito tenía cinco.
Desde entonces vivió en una
casa comunal
con una caterva de almas
deshilachadas
que le enseñaron con la
maestría de Monipodio
los ancestrales caminos de Guzmancillo.
Llegada la pubertad,
aprendió a saltar
y ¡vaya si supo sortear bien
las vallas.
Siguió siendo un alma de
niño en un cuerpo
ajado de intemperie
hasta que le venció el sueño
el segundo día de este año,
mientras
tú y yo, con el común de los
mortales,
nos mandábamos deseos de
felicidad.
Feliz y merecido descanso, Manolito.
Personas invisibles para muchos, pero que están ahí, cada uno arrastra una pesada maleta de supervivencia.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Su necesidad afectiva era inmensa y sus saludos muy cariñosos. Creo que Dios le ha premiado llevándoselo a descansar.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Almas crecidas en la calle, frente al frío y la pasividad del prójimo, criado a los pechos de la miseria y el salvajismo de la pobreza. Como Manolillo encontramos ciento en nuestro deambular cotidiano y hacemos como que no vemos, sordos, ciegos, mudos.
ResponderEliminarAun con todo, Feliz Año Nuevo 2017, amigo Francisco.
Hay que querer fijarse en ellos para que no pasen desapercibidos, Carmen. Mis mejores deseos para ti y mi agradecimiento por tu comentario y tus publicaciones. ¡Feliz año nuevo!
EliminarBesos.
Creo que se merecía el descanso, a pesar de las circunstancias era un alma noble. Tu tuviste la suerte de conocerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin dudas que sí. Con él he pasado mejores momentos que malos y siempre he sentido hacia él mi mejor consideración. Ahora le agradezco a Dios que se los haya llevado.
EliminarUn abrazo.
Hace muchos años que sirvo en Cáritas. Al principio me costó un poco, pues no es fácil tratar con ciertas personas, pero están tan carentes de cariño que basta que te acerques a ellos de igual a igual para que se desmoronen. Un día me dijo uno de más de 50 años: ¡es que mi no me ha dicho nunca nadie que me quiere...! No quiero presentarme como una persona especial, pues todos tenemos rincones oscuros y yo a manos llenas. Lo importante son los "Manolito", y si cuento estas cosas es para contagiar a otros a mirarles sin miedo, y si se te escapa alguna moneda, pues prívate tú de una cerveza y que él se fume un cigarro, se tome un café o aquello que se le apetezca, dale un poco de de ti mismo, de ese azúcar que les falta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, tocayo.
¡Qué bonito y qué sentido!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu modo de leerme.
EliminarBesos.
Yo conocí bien a Manolito y doy gracias a Dios porque haya decidido llevárselo... Cuando estaba cansado se preguntaba porqué el Señor no se lo llevaba ya.... y yo también me lo preguntaba, era Ángel para sus colegas y Bendición para sus hermanos. Gracias por tu carta!!!!
ResponderEliminarMe complace mucho que le conocieras y que dejes así su impronta, plenamente coincidente con mi visión de él. Muchas gracias por su comentario. Descanse en paz.
EliminarSaludos, Cecilia.
Una de esas almas que el Señor deja al cuidado del mundo para probarlo,pero el mundo se le queda pequeño.
EliminarUna de esas almas que el Señor deja al cuidado del mundo para probarlo,pero el mundo se le queda pequeño.
EliminarGracias por entrar a leer y dejar tan bello comentario, "Unknown". Aunque sin identificación, sus palabras no me son desconocidas. Muchas gracias.
EliminarImagino que el autor desconocido es María Carrillo Tejada, quien no ha querido quedar en el anonimato y ha repetido el mensaje. Doblemente gracias, María. Que terrible que un día nos pregunten como a Caín: ¿dónde está tu hermano?
EliminarGracias, María, un abrazo.
Sí, Paco... nos olvidamos del hermano en "nuestros estruendos para olvidarnos de nuestros hermanos". : (
ResponderEliminarPero el poema, de una gran confeccion y hermosura lingüística.
Un abrazo.
Para mí hay cosas más importantes que el estilo, la poética o la propia literatura. El ser humano es lo más importante de todo lo creado.
EliminarUn fuerte abrazo.
Alma de niño, alma feliz... A Manolito, más allá de sus terribles problemas, le hacían feliz la calle, sus colegas , el cariño de la gente, de ..mucha gente pero, sobre todo, su Señor.. Iba a misa a diario. Dios le había regalado, tiempos atrás, un poderoso don de lenguas . Cuando dormía en los muelles - le encantaba si el tiempo era bueno - disfrutaba, al despertarse, con el espectáculo del amanecer...Entonces, brotaban de su boca cantos de alabanza.. Su voz bronca era hermosa..."Dios te quiere un montón" le dijo, hace unos veinte días, un sacerdote..."Voy a comprarme una guitarra". Parecía ya convencido... Soñaba con tiempos nuevos.. Han llegado ...De ahora en adelante, en la Puerta del Cielo, deleitará al Padre con los acordes de su guitarra,para agradecerle que tenga el mismo trato misericordioso con sus hermanos.Gracias Manolito, hermanito mío.
EliminarGracias por este comentario entrañable, Cati. A veces se sentía derrotado y pedía que le buscáramos un centro. Recuerdo especialmente el día que le acompañé a la Comisaría a renovar el DNI; era como un niño acorralado...
EliminarSaludos, Cati.
Gracias por ese poema sobre Manolito. Expresa muy bien quién era. Yo le conocí poco, del grupo Resurrección, pero me ha dejado una huella que agradezco al Padre. Las mejores huellas que han dejado en mi vida las han dejado gente como él.
ResponderEliminarSon los preferidos del Señor, y creo que permite su vida llena de sufrimientos para darnos a los que tenemos una vida más o menos corriente la oportunidad de experimentar con ellos la caridad y la Misericordia y de ese modo hacernos mejores.
La pena es que lo habitual es que nos sintamos mejores que ellos, los miremos por encima del hombro, y los evitemos.
Yo me alegro mucho que el Señor me haya permitido conocer a Manolito, su gran Fe y su sentida alabanza, y que se lo haya llevado ya y pueda descansar de la vida tan dura que ha llevado.
Muchísimas gracias por su testimonio, Pablo. Yo he tenido la suerte de conocerlo, también sufrirlo en ocasiones, y doy gracias por el privilegio de estar desde donde sirvo.
Eliminar¡Hace un año! No sé como en su día me quedo sin leer esta página tan hermosa, llena de delicadeza y ternura. Manolito sonreirá desde las estrellas con agradecimiento por tu recuerdo y porque le hayas oftrcido un espacio en nuestros corazones.
ResponderEliminarLo importante, Chela, es que has unido tu latido al de otros muchos que nos hemos emocionado con su recuerdo. Todavía hoy me sobresalto cuando paso por el rincón de la ciudad donde se refugiaba. El Señor sabe lo mejor y le ha evitado más sufrimientos llevándoselo a su lado. D.E.P.
EliminarUn abrazo, Chela.