Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?
Moreneta
sevillana
con la mirada perdida por el
Gólgota,
que sigues al pie de la cruz
esperando el último estertor;
mientras que sus leales,
despavoridos,
le han dejado en la estacada
entre dos viles ladrones.
Una muerte ignominiosa
infamante, indecorosa, inhumana
al que es el Rey de reyes.
¿A quién molestaba tanto
que tan cruel muerte le han
dado?
Y tu Hijo, Virgen de Montserrat,
mientras exhala, levanta los
ojos al cielo
y dice: ¡Perdónales, Padre,
porque no saben lo que hacen!
Perdónanos, Padre... Que no sabemos lo que hacemos, y sí sabemos, hacemos como que no nos damos cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
El gran drama humano del momento es que nos desentendemos del otro y nos atrincheramos en nuestra posición social, así el otro esté amenazado de muerte por la guerra o por el hambre; también de quienes viven junto a nosotros, de nuestros vecinos que tantas veces no cuentan con lo imprescindible para la supervivencia. Gracias, Sara, muchas gracias.
EliminarBesos.
Perdónanos, Padre, porque nuestra hipocresía al aparentar ser buenos y despreciar al hermano porque no es de nuestro nivel económico y nos molesta su aliento.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco.
Lo más frecuente, Juan, es pasar junto a alguien que duerme entre cartones y mirar sin ver, sin darnos por enterados como si fueran invisibles.
EliminarUn abrazo.
Dentro de unas semanas no estaré muy lejos de la otra Virgen de Montserrat en el Monasterio del mismo nombre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero y deseo que lo pases muy bien, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Así es,
ResponderEliminarbendecida semana santa, un abrazo Francisco.
Muchas gracias, Montserrat, por tus palabras.
EliminarBesos.