Dejad
que los niños se acerquen a mí.
Mc 10, 14
Ellos
aprenden imitando,
mimetizando
a sus mayores
a
los que llegan a convertir en sus héroes.
En
los juegos infantiles,
las
sirenas de policías y bomberos,
el
médico, la enfermera,
las
buenas artes de sus mayores
y
esa nebulosa social
que
se filtra por las capas sociales
hasta
el torrente sanguíneo
infantil
de las calles y plazas.
Hoy
nos desayunamos con el pan ázimo
del
presidente del Consejo Europeo:
"Grecia no será más un país de tránsito".
Y olvidó
decir a los sirios
que
guarden sus miedos,
pues
la guerra sólo mata,
y
a los jóvenes
que
pongan sus miradas cándidas
lejos
de las fronteras de la salvación.
Hemos
olvidado
las
palabras acogedoras del Maestro:
“dejad que los niños se acerquen a mí”;
aunque
hacemos bandera de la solidaridad,
mas
bandera flácida al viento
de
esta calma chicha
de
mirar sin ver el genocidio,
en
tanto ¡qué bien estoy como estoy!
Lo de los niños siempre ha sido pura imitación.
ResponderEliminarUn saludo.
Por eso es tan conveniente cuidar lo que ellos pueden aprender.
EliminarUn abrazo.
Nos recreamos todavía en los ecos del holocausto y estamos portandonos de vergüenza. Si no quieren más refugiados que acaben de una vez con la locura que aterroriza a estos países. Nuestro egoísmo ya no tiene límites. Es penoso.
ResponderEliminarNo tenemos la más mínima idea de cuales son los intereses que manejan los hilos del mundo, salvo la venta de armas para ser empleadas; un negocio con gravísimas consecuencias.
EliminarUn abrazo.
La culpa no es de ellos.
ResponderEliminarSaludos
Por supuesto que no. Ellos son simples esponjas que se van empapando de lo que la familia y la sociedad les proporciona.
EliminarUn abrazo.
"Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar."
ResponderEliminarCuanto sentido tiene estas palabras!
Besos
Tienes toda la razón. Pero no aprendemos y la violencia les llega a los jóvenes como un camino a seguir.
EliminarBesos.
Hola Francisco, no hemos aprendido a ser humanos y los niños pagan los egoísmos de los adultos. Es una pena, un escándalo lo que sucede con esas familias que huyen de la guerra. Y aunque parece que haya buenas intenciones, al final les cierran las puertas.
ResponderEliminarAgradecida por tu comentario en mi blog, cuando la salud se pierde, cuesta mantener el alma en pie, por eso dejo que me levante Dios, yo sola no puedo. Reza por mi.
Te dejo mi ternura.
Aunque le sorprenda, Sor Cecilia, lo hago cada día desde hace unos años. Gracias por el comentario. Si no nos dolemos del sufrimiento ajeno, nos gana la bestia en el pulso de la vida.
EliminarUn tierno abrazo.
Llevas razón, los niños no aprenden, imitan primero y esto será lo que les guíe en la vida. Terrible lo que ven y difícilmente actuarán de otra manera cuando sean mayores. Igual que el odio engendra odio y ninguno rompemos ese círculo vicioso. Ante esto educación pero es a largo plazo y muchos no tendrán acceso a ella. Buen finde Bss
ResponderEliminarMuchas gracias, Katy, por apoyar la idea central contra esta horrible beligerancia.
EliminarBesos.
Hola Francisco, eso es lo que debemos tener en cuenta y mucho cuidado con los niños, ya que todo lo que ven lo van absorbiendo ya sea bueno o malo, y da mucha pena ver imágenes como la que tienes puesta aparte de otras mas, ojala la maldad desaparezca algún día al igual que tantas cosas malas y los niños sean totalmente felices.
ResponderEliminarBesos.
Estoy de acuerdo contigo, Piruja. Pero es muy difícil que desaparezca el mal de la faz de la tierra.
EliminarBesos.
Muy estremecedor. Pobrecitos niños que han dejado de serlo por intereses tan siniestros. Qué pena.
ResponderEliminarBesos.
La persona que se estremece ante este panorama, muestra una gran sensibilidad por el otro.
EliminarBesos.