Dulce Nombre de María,
Madre del amor hermoso;
san Lorenzo es hervidero
de un gentío muy piadoso.
Cuando enfilas tenues pasos
por las calles de Sevilla;
eres la estrella que brilla
más rutilante en el cielo.
Tu Hijo ante el sanedrín
injustamente juzgado
por una ley torticera
producto del ser humano.
Y un sayón muy aguerrido
─soldado de los romanos─
le ha lanzado un bofetón
en el aire congelado.
En compañía de san Juan
─el discípulo muy amado─
sigues llorosa y callada
con el rostro iluminado.
¡Vaya belleza serena
de la gubia de Castillo!
¡Qué inmerecido castigo
para quien culpas no tiene;
de espaldas al pueblo viene,
─en silencio y sin
discordia─
muy erguido y maniatado;
en la cruz, Misericordia.
Preciosa poesía. Me encantó.
ResponderEliminarMil gracias, Tracy. La Virgen del Dulce Nombre pasa por ser la más bonita de todas las sevillanas.
EliminarBesos.
Un aroma Mariano que traspasa las fronteras...hermoso...
ResponderEliminarMuchas gracias, Diva, por tu lectura y comentario.
EliminarUn abrazo.
Dulce nombre de María, Madre del amor hermoso... todo está dicho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias, Rafael Humberto, que ella te proteja junto a los tuyos.
EliminarUn abrazo.