19 junio 2010

TRASTOS A LA CALLE

He subido al trastero buscando algo que no he podido encontrar. A veces también me ocurre con algún documento guardado en el ordenador, a pesar de las muchas carpetas, subcarpetas y sub-subcarpetas. El trastero también lo tengo organizado con estanterías que dejaron de ser diáfanas a base de acumular cachivaches que nunca más se van a utilizar o que no podrán ser utilizadas porque difícilmente se encuentren cuando las necesite.

Poco antes de subir al trastero me di cuenta que tenía el ordenador casi saturado y el disco duro externo también, la papelera de reciclaje hasta los topes y la parsimonia se había apoderado de la marcha antes ágil de mi computadora. Ayer tarde, cuando abrí las puertas de mi armario para ponerme la camisa que me regalara mi amigo Luis, a quien me disponía a visitar, no hubo forma de encontrarla; no podía estar en el cesto de la ropa sucia porque ni recordaba cuando me la había puesto, tampoco reposaba a la espera de ser planchada… Fue entonces cuando caí en la cuenta que en mi falta de espacio cuelgan tallas que dejaron de serme útiles, tallas que pelean con modas de décadas pasadas por las estrecheces que habitan: falta de espacios que sólo encuentran el camino asegurado de la arruga.

De recordarme la acumulación de libros ya se ocupa mi esposa, pero los libros no ocupan espacio; bueno, sí que lo ocupan, y mucho. Quiero decir que los libros son otra cosa. Un libro siempre es recurrente y admite nuevas y refrescantes lecturas. En un libro leído siempre está el reencuentro con una emoción: unas frases subrayadas, un marcador de lectura, una estampa o un viejo calendario, un billete de tren o autobús, un pétalo descolorido o un poema garabateado en un trozo de papel amarillento que nunca pasó de intento fallido entre tachaduras.

Y ahora que caigo, también en la mente acumulo arquetipos a los que no les vendrían mal la destreza delicada de una buena poda: ¡Trastos a la calle, que vamos a encalar!

2 comentarios:

  1. muy bueno, de un sencillo pensamiento has sacado un "peaso" de artículo

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  2. En el sótano de casa hay acumulados tantos trastos que el día que tenga de deshacerme de ellos, no sabré por donde empezar.Montones de historias y recuerdos que alzan sus voces cada vez que bajo a echar una ojeada.

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